When Nobody Sees #1 [saga Kisses In War ]

✒ CAPÍTULO 8 SORPRESA

Venus Hearther.

Estoy preocupada, realmente preocupada por Andrew Sheck. No he sabido nada de él después de nuestra llamada de ayer. Ni siquiera de Donovan. Ayer estuve todo el día de compras con mi familia biológica y pensé que Andrew me llamaría, o al menos me mensajería en la madrugada, pero, me equivoque. Le envíe un mensaje a Dov y no lo ha recibido. Y entonces, me herí la nuca sin ser del todo consiente. Ni siquiera pude dormir tan bien como otros días. Creo que solamente dormí un par de horas.

«¿Porque no me llama?»

Solamente espero que no le haya pasado nada. Me mojo la cara y también mis brazos alejando así, cualquier mala vibra. Salgo del baño haciendo una coleta con mi cabello mientras hablo en voz baja.

— ¿En dónde estás Andrew? ¿Porque no respondes? — Toco las heridas de mi nuca y tengo que abstenerme de volver a hacerme daño.

«¡Como duele!»

— Necesito saber de ti, Andrew. — Me siento al borde de mi cama. — Juro que, si no me llamas ahora mismo, voy a colapsar.

— Felicidades, Venus, en tu día, que la pases con sana alegría, muchos años de paz y armonía. Felicidad, felicidad, felicidad. — Amy, Neb y Seth entran a mi habitación.

Mi hermana corre hasta plantarse delante de mí, mientras que sus padres empujan una mesa plateada con un gran pastel de cumpleaños y una vela mágica.

«Al menos se han acordado de mi cumpleaños.»

Bajo de la cama al igual que Neb para encaminarme hacia ellos.

— En tu día, que la pases con sana alegría, muchos años de paz y armonía. — Seth se planta a mi lado derecho. — Felicidad, felicidad, felicidad.

— No tenían por qué hacerlo. — Respiro hondo. — Muchas gracias.

— No pensaste que lo olvidaría, ¿o sí? — Amy me dedica una efímera sonrisa. — Pide un deseo hija. — Asiento y miro el pastel.

Hay una V pintada color rosa pálido y algunas rosas alrededor. Me inclino sobre las 18 velas normales y respiro hondo.

«Deseo que Rebeca, Adán y Paul, sean felices y me olviden para que no sufran. Deseo que Andrew y yo, seamos felices sin el mundo. Deseo que Neb siga sus sueños. Deseo que Donovan consiga ese contrato. Y, sobre todo, deseo paz para mí y todas las personas a mi alrededor. Hasta el próximo año.»

Soplo las velas y escucho los aplausos de las personas en mi habitación. Vuelvo a incorporarme mientras limpio una lágrima rebelde que resbala por mi mejilla. La vela mágica se apaga y me quedo mirando por unos segundos el humo que queda después del fuego.

— Abre mi regalo primero, Venus. — Neb me tiende una bolsa con un listón rosa pálido. — Espero que te guste.

— Gracias, Neb. — Tomo su regalo y la envuelvo en un abrazo haciéndola reír.

Nos alejamos y entonces abro la bolsa encontrándome con una fotografía enmarcada de ayer, aparecemos ambas. Justamente ayer que fuimos a Distrito de la Moda (Sangre Alley y los callejones) nos tomamos esa primera foto juntas. No voy a negar que lo pase bien con ella y con sus padres. Me hicieron todo lo que sucedió en la semana que se me hizo eterna.

Me encamino hasta mi cama y coloco la fotografía junto al reloj de mi mesita de noche, a la derecha de mi cama.

— Ahora el mío. — Me vuelvo hacia Seth y asiento dejando la caja vacía del regalo de Neb en la cama.

Vuelvo hasta Seth y también nos abrazamos para luego poder abrir su regalo.

— Todos cometemos errores, pero, está en nosotros el repararlo. Feliz cumpleaños, hija. — Sonrío tímida por su atrevimiento.

— Gracias, papá. — Mojo mis labios tragando mis propias palabras.

Que horrible es llamar de ese modo a alguien que ni siquiera conozco.

Bajo la mirada a su regalo y saco una caja cubierta de terciopelo blanco. La abro encontrándome una gargantilla plateada y la palabra "Nankurunaisa" destellando.

— Con el tiempo se arregla todo. — Hablamos Neb y yo al mismo.

Sonrío suavemente y guardo de vuelta la gargantilla. Tal vez la usé después.

— Falta el mío. — Me giro hacia Amy y asiento.

Se planta delante de mí tendiéndome también, una bolsa blanca de papel. Sin hacerlo yo, Amy me abraza tomándome por sorpresa. Sonrío y correspondo a su abrazo tan falso.

— Esto podría ser nuestro primer abrazo madre e hija. — Asiento para no hacerla enojar. — Todos cometemos errores, pero, el mío, probablemente me condene al infierno. Solamente quiero que no me arrepiento en absoluto de que tu seas mi hija. Feliz cumpleaños, mi amor.

— Gracias, mamá. — Respiro hondo evitando derramar alguna lágrima mientras nos separemos.

Abro la bolsa encontrándome otra fotografía y entonces ahora sí que comienzo a llorar.

En la fotografía estoy yo cuando era todavía una niña y a mi lado Amy. Sus ojos son confundibles. Limpio mis ojos mientras camino hacia el otro extremo de mi cama dejando el portarretratos en el otro buró.



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En el texto hay: romance juvenil, romance, amor

Editado: 01.09.2019

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