Tratos son tratos.
— Maldita sea, Defne. No pensarás salir así con ese imbécil.
Una blusa de tirantes color beige se ajusta a mi cuerpo y una falda de terciopelo se ciñe a mis caderas de forma estratégica. Llevo unas zapatillas color blanco para verme más informal y he colocado una casaca jean en mi hombro para lucir más relajada. No le veo nada de malo a mi look, no cuando he pensado estilos más candentes si mi cita se tratara de Loann. Quizás menos ropa, quizás menos todo.
Cuando estoy nuevamente divagando/babeando por Loann, Larry da una fuerte palmada para hacerme reaccionar.
— Sí — respondo obvia. Luego, camino hacia la cómoda y observo mi reflejo en el espejo. Tomo el lápiz labial color vino y delineo mi boca con suavidad. Ni siquiera me preocupa que Larry tenga una gran vista desde mi cama. Aun así, solo por curiosidad le echo una ojeada y lo encuentro, como siempre, tan inmune a mis encantos como desde la primera vez que me confesó su homosexualidad.
— Larry, ¿puedo hacerte una pregunta?
Él se desploma sobre mi cama y coloca las manos detrás de su cabeza. A Larry nunca le gusta hablar sobre eso, lo sé, sin embargo, siempre he tenido esa gran interrogante. La gran pregunta de aquel verano en la escuela, la duda que todo nuestro circulo social tiene. ¿Qué pasó para que él de repente decidiera cambiar tanto? ¿Era solo deseo de liberación o había algo detrás de su historia?
Entonces, decido cambiar mis interrogantes por un...
— ¿Qué tal me veo?
Larry toma asiento nuevamente y recorre con una mirada netamente preocupada mi figura. No parece agradarle que haya invitado a una de nuestras fiestas privadas a cabeza de plumero. Y lo comprendo. George es el chico más pervertido y zorro sucio que he conocido en mis diecinueve años.
— Violable por George —responde.
Río.
— Solo trataré de convencerlo. Para George antes que el sexo está el dinero — subo una ceja un par de veces, sin embargo, mi gesto no parece convencer a mi amigo.
— Cooper es un chico lindo, Defne. Pero ese no es motivo para que arriesgues el pellejo por él. No intentes convencerte de que George solo necesitará un par de billetes para aceptar tu trato, él querrá algo más... y está debajo de esa falda aterciopelada. No seas tonta. No ahora, tú eres todo menos una tonta.
— He tenido mi dosis de sermón hoy día. Te agradezco por tratar de cumplir el papel que mis padre nunca ha hecho, pero no eres un amigo divertido ahora.
Larry emite un bufido, pero no cualquiera. El tipo de sonidos que solo escuchas cuando quieres golpear muy fuerte en la cara a alguien.
— Prefiero cumplir el papel de salvador de virginidades. Evito violaciones a toda costa, ¿te parece eso un amigo no divertido? Porque para mí la mejor definición es: bueno.
Tomo mi bolso del perchero y luego ajusto más mi falda. Después camino hacia Larry y pellizco su nariz. A él no parece agradarle ya que quita mi mano con desdén, no obstante, yo solo río e inflo el pecho con toda la seguridad que me caracteriza. Luego, tomo mi móvil y me saco una foto para Instagram. La subo y a los pocos minutos ya tengo una buena cantidad de corazones y comentarios con la palabra “guapa”. Sé que todos quieren al menos bailar conmigo esta noche en el club. Todos menos Loann Cooper quien posiblemente está un viernes por la noche, en casa de Lilian Disney intentando tocar algo más que sus mejillas, y yo... solo no puedo dejar de pensar en lo aburrido que es, pero en lo mucho que me encantaría si quiera tener un poco de su atención.
...
— Defne Prinsloo, más ardiente que nunca, el sol de Jhonson Smith, la reina de las porristas de la escuela y la Diosa de esta facultad.
Giro la mirada. JC siempre intenta adularme en todas las fiestas en las que nos chocamos, como un intento en que nuestra ex relación amorosa vuelva a surgir y eso nunca pasará. Nuestro noviazgo fue un error y los errores no se vuelven a cometer a menos que estés enamorada de ellos, y JC no se acerca en lo más mínimo al hombre de mis sueños. Él solo pertenece al círculo del que yo ya estoy cansada de pertenecer.
—Baila conmigo, hermosa. Como lo solíamos hacer antes, ¿recuerdas?
Tomo un poco de ponche al mismo tiempo que apoyo mi espalda en el borde de la mesa de bocaditos. JC me observa como si fuera un postre de vainilla, su gesto solo lo hace lucir más ridículo.
— Fueron buenos tiempo, lo admito, pero se fueron a la basura por tu pésima actitud.
— Claro que lo fueron, ¿acaso no quieres que vuelvan a ocurrir? — toma un mechón de mi cabello, yo solo río hilarante por lo que JC se aleja un poco.
— Defne —noto un poco de seriedad en su rostro—. Debemos intentarlo, dame una oportunidad al menos.
No lo oigo bien puesto que la música electrónica apaga su voz, él lo nota, así que se acerca para susurrar algo en mi oído.
—He sido un idiota contigo, pero realmente me gustabas demasiado. Tú eras la indicada para mí. No se lo he dicho a ninguna chica, solo a ti porque tú eres especial.
Sí, claro.