When She Was Obsessed

DÉCIMO PRIMER INTENTO

Alma gemela.

— Ups, creo que te gané — dice JC arranchándole de las manos la fotografía a Loann.

— No es mía, le pertenece a Defne.

Podría esconderme este casillero para toda mi vida. Le diría a Larry que me traiga comida, agua y podría salir por las noches a asearme en los baños femeninos. Sí, eso sería mejor que estar presenciando esto.

JC me lanza una mirada en la que capto un "Te pillé, estúpida" y yo solo trago saliva sintiéndome como un venado deslumbrado por un farol de un auto. Acabo de ser descubierta de una manera b tonta, y probablemente sea el inicio de las burlas y constantes chantajes de mi ex "el idiota".

JC agita la fotografía delante de él, sin mostrar el rostro que hay en ella y tentando al destino. Loann permanece inmóvil observando su acción, mientras yo, ya completamente sudorosa, trato de no desmayarme o de entrar en una crisis de pánico.

Después de unos segundos de extrañas miradas, Loann decide aclarar la garganta y dirigirse hacia mí. Aún en mi desesperación puedo admirar la belleza de su rostro y el color rosado de sus labios. Cuando noto que mi gesto debe lucir estúpido, lo miro ceñuda escondiendo tras eso mis ganas de arrojarme hacia sus brazos.

— No lo olvides, Defne. A las seis.

Asiento y él finalmente le echa una nueva mirada a mi ex novio quien tiene una sonrisita de lado demasiado desesperante, y luego camina hacia el lado derecho del pasillo.

Exhalo.

Sí, después de veinte minutos.

Cuando JC y yo nos encontramos completamente solos, me dirijo hacia él y extiendo una mano. Él sube una ceja y luego se cruza de brazos sin entregarme la fotografía ni mencionar nada. Me preparo en ese tiempo para la cantidad de mierda que saldrá de su boca, y también ideo unas cuántas respuestas evasivas para no convertirme en su burla. Sin embargo, JC lejos de hacer preguntas solo deja la fotografía en mi mano y dice:

— Lo estás haciendo muy predecible.

Antes de que pueda responderle, él continúa su camino por el pasillo. Esta vez no me atrevo a emitir una sola palabra más. No quiero desatar su furia, y menos ahora, cuando tengo el corazón al desnudo.

...

— Lily — la miro fijamente—. Tu podrías terminar con Loann, romper su corazón en mil pedazos y dejar que él sea mío solo mío.

Lily mueve la nariz hacia mi dirección. Claramente mi cerda no tiene ni puta idea de lo que estoy hablando, pero es muy factible decirle a ella lo que no puedo decirle a Disney.

— Ven aquí, linda. Sabes que tú podrás ser una cerda, pero jamás puerca — digo acariciando su lomo con suavidad.

Casi no llamo a mi cerdita por el "flamante" nombre que decidí ponerle por dos cosas:

1. Solo lo hice para molestar a Disney.

Lily se ha convertido en mi mascota amiga desde el día en que la he llevado a casa. Mamá se ha encariñado mucho con ella y ha ayudado mucho en el momento de crisis que está afrontando mi pequeña familia.

Los sábados usualmente mi madre y yo tomamos desayuno juntas, pero hoy es la excepción. Solo es mi pequeña cerda la que me acompaña ahora mientras me devoro un plato de cereales con yogurt.

Antes, solía pasar mis mañanas en el club que papá me pagaba mensualmente, asistía con mis amigas del colegio y luego íbamos a alguna fiesta de los alrededores. Sin embargo, este es el primer sábado que empiezo a concientizarme en que ya no podré tener la misma vida de antes, y que ahora debo encontrar con urgencia un trabajo de medio tiempo, con buen suelto y un jefe agradable.

Qué fácil tarea, ja.

Por la tarde, mamá sigue sin regresar a casa, así que ideo algunas formas de ahorrar dinero para este mes.

Dejar de mandar mi ropa a la lavandería es un gran paso para mí, así que muy dispuesta a experimentarlo, tomo mis prendas sucias de la semana y bajo hacia donde sea que se encuentre la lavadora. Lily me acompaña todo el trayecto mientras emite unos cuantos "oink" en el camino.

Aún tengo que idear qué haré para que ella se quede conmigo el resto del semestre.

Veinte minutos después, con la lavadora encendida, las tazas de detergente vertidas y la ropa lavándose exitosamente, me siento como toda una experta en el lavado casero.

Y lo mejor de todo, sin ninguna uña rota.

Dos de la tarde dicta el reloj y mamá sigue sin regresar a casa. Después de alimentar a mi cerda, sacar la ropa de la lavadora, encontrar que arruiné mis blusas blancas favoritas al mezclarlas con la ropa de color, y dejarlas tendidas en los cordeles de mi azotea, se me ocurre otra genial idea para sorprender a mamá.

Prepararé el almuerzo/ cena.

Cinco minutos después me topo con la dura realidad...

Ni siquiera sé freír un maldito huevo y el agua siempre se me evapora.

Dejemos las tareas rudas para otro momento, muñeca.

Cinco y cuarenta cinco de la tarde, mamá sigue sin llegar, así que pedí una pizza económica sin mucho queso y sin mucho pepperoni para ahorrar unos cuantos centavos, guardé tres pedazos para ella en el refrigerador, e hice jugo de mango para no sentirme tan inútil.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.