When She Was Obsessed

DÉCIMO OCTAVO INTENTO

¿Qué rayos significa esto?

Loann se acerca y Stefan continúa parloteando, a pesar de que tengo los ojos puesto en él toda mi atención está en los pasos de Loann llegando hacia nosotros. Rezo interiormente porque no continúe con la conversación que tuvimos ayer, lo último que desearía es sentirme más humillada que ese día y esta vez frente a todos. Frente a Trina.

Cuando está lo suficientemente cerca, aparto la mirada de Stefan y me detengo en Loann. Me observa con un gesto frío y nada agradable, no puedo descifrar su estado de ánimo, pero claramente puedo notar que no le agrada estar aquí. Stefan sigue la dirección de mi mirada y llega hasta Loann, al principio creo que él lo va a ignorar y solo cuestionar por su presencia, pero en cuanto lo ve se coloca de pie y estrecha su mano.

Mierda, lo que me faltaba, se conocen.

— Hey, ¡¿cuánto tiempo sin verte?! — Loann estrecha la mano de Stefan. Me mira, nos miramos y después desvía la vista hacia el rubio para sonreírle.

— ¿Cómo has estado?

— Bien, me transfirieron de Nueva York a Charlotte — cuenta Stefan. 

— ¿Cómo está tu familia? Hace mucho tiempo que no los veo. 

Tomo un vaso de jugo de mi bandeja y lo bebo. Mierda, se conocen más de lo que esperaba.

Stefan asiente ligeramente, al parecer la pregunta no le ha caído muy bien.

 — Todos... bien. Como siempre, tratamos de llevar las cosas tranquilas — inclina la cabeza hacia un costado, luego parece recordar algo—. ¿Algún día tus padres y tú piensan ir a visitarnos?

Mierda, y también conoce a sus padres. Esta vez le doy un bocado a mi pan, empiezo a sentir que estoy sobrando en esta escena.

— Tal vez para siguiente verano pueda ir a Nueva York, de hecho, está en mis planes vivir ahí. Cuando lo tenga todo confirmado, te avisaré.

Toso un poco. 

¡¿Qué?!

¿Loann planea irse de Charlotte? No, no puede ser. Lo único peor que no tener a Loann conmigo, es no volver a verlo nunca más. 

— Eso suena increíble, creí que no volverías. Te va a encantar como está todo por allá, será como en aquellos tiempos — codea a Loann y él ríe. Su risa ronca se escucha hasta mi sitio y me agrada tanto que por un momento no escucho lo que Stefan está diciéndome.

— ¿Defne?

— ¿Eh?

Miro a Stefan, quien tiene una sonrisa demasiado tierna para conmigo. Me intimido un poco, hace mucho tiempo que un chico no coquetea conmigo de esa manera. JC, era todo un pervertido, y ni hablar de mis antiguas citas, solo se dedicaban a halagar mis largas piernas y mi cabellera rubia. Sin embargo, Stefan es sutil y tierno a la vez, es como un muñequito de pastel de bodas.

— Te presento a Loann, un viejo amigo. Él y yo nos cocimos porque...

Loann lo interrumpe. 

— Nos conocemos — dice, manteniendo la mirada muy fija en mí. Ahora ya no luce relajado como hace uno segundos, sino todo lo contrario, es como si el solo verme provocara que su buen humor y educación se reduzcan a cero. Odio eso. Lo detesto. Detesto que Loann no pueda ser amable conmigo, porque maldita sea, no le hecho absolutamente nada. 

Más que besarlo frente a su novia.

— Estudiamos la misma carrera — completo.

Stefan parece sorprenderse un poco. Luego, su sonrisa se ensancha aún más de lo normal. Mira a Loann y pasa el brazo por su espalda para hacer que se acerque. Mientras tanto, té helado parece no estar muy cómodo con la acción del rubio.

— Vaya, eso es aún mejor. Tú y yo después tenemos que reunirnos para charlar de muchas cosas — dice dándole una mirada cómplice.

Loann enarca una ceja, y yo me pongo más roja que un tomate.

— ¿Charlar? — cuestiona Loann sin un ápice de entusiasmo.

— De lo hermosa que es esta nueva universidad — contesta Stefan, dirigiendo la mirada hacia mí. 

Sonrío tímida desde mi asiento. 

— Esta universidad es como todas — refunfuña Loann—. Solo paredes frías, conocimientos dictados a medias, profesores que se creen dueños de la verdad — me lanza una mirada discreta—. Y fiestas cada fin de semana. Lo de siempre, aquí no hay nada especial.

Aprieto mi vaso, quiero arrojarle mi jugo de pera en la cara. Pero no puedo hacerlo, Loann no debe saber que todo lo que sale de esos crueles labios me afecta más de lo debido.

— Pues no estoy de acuerdo contigo — contradice el rubio, manteniendo la mirada en mí. Me ruborizo y decido colocarme de espaldas.

Frente a mí veo a JC mirando a Stefan con el ceño fruncido y la venenosa mirada de Trina Hall mientras intenta hacer que Loann le preste un poco de atención.

—Loann —lo saluda ella, Loann la mira con el mismo gesto frío de siempre—. Me dijeron que estuviste en mi fiesta de cumpleaños. No creí que irías. Me hubiese encantando verte.

Trina sonríe, pero él no. Incómodo.

—No estuve mucho tiempo —responde seco.




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