When She Was Obsessed

TRIGESIMO TERCER INTENTO

— ¿Y luego se fue?

— Después de decir que deseaba abrazarme.

— Y de reconocer a tu tía.

Asiento. Tan o más confundida que Larry por lo que yo misma acabo de contar.

— Ese chico es raro o realmente solo quiere jugar contigo.

Sacudo la cabeza al escuchar la idea de Larry. Desde ayer, estuve pensando que quizás Loann siente lo mismo por mí, y eso me gusta. Me gusta alimentar la esperanza que ya había perdido. Eso de sentirme ilusionada es hermoso, y, vamos, esa mierda es vida. Cómo no podría atesorar esa idea.

Larry yo caminamos hacia una estación de policías de la ciudad. He decido iniciar una denuncia contra JC. Sí, tengo los cojones para hacerlo aun cuando sé que lo haría él después de saberlo. Pero, no puedo dejar que JC golpee a una chica. Mi ex debe entender que no puede meterse en mi vida y que no debe invadir mi espacio personal. Estoy segura que la próxima vez que intente hacerle daño a alguien, lo pensará dos veces.

Cuando llegamos a la oficina, Larry se detiene en la entrada como si hubiera recordado algo.

— Y dices que tu tía te contó que lo conoce.

— En un gimnasio en Nueva York. Fue su entrenadora.

Larry sube una ceja.

— Yo ni siquiera recuerdo a mi entrenador de hace medio año, y tampoco creo que él me recuerde. O tal vez sí, como el idiota que no podía hacer veinte sentadillas sin decir que ya tenía el culo duro.

Antes de que pueda hablar, Larry me adelanta.

— Pero supongo que una mujer como tu tía es difícil de olvidar.

— Supongo — digo, sin conocer el sentido de sus palabras.

— Es extraño, ¿no lo crees?

Achico la mirada y luego miro hacia los interiores del local. La oficina está despejada, perfecto esto será más rápido de lo que pensé. Vuelvo a mirar a Larry, él continúa observándome.

— ¿Qué insinúas, idiota?

Levanta las manos en señal de inocencia.

— Nada, nada, solo digo que tu tía está muy buena.

Resoplo.

— Lo has dicho más de tres veces desde que salimos de casa — le recuerdo, repentinamente ofuscada por la apasionada y repetitiva admiración de Larry hacia mi tía.

Veinte minutos después, estoy sentada frente a un pequeño escritorio Y una chica de cabello rubio con traje formal color plomo y unas gafas negras. Ella inicia la conversación con unos buenos días y la frase: ¿En qué podemos ayudarte?

No me limito ni un poco en decir lo que he venido a hacer.

— Buenos días, vine a denunciar a un compañero de universidad. Él golpeó a una de mis amigas, y lo hizo adrede. Lo hizo porque ella intentaba defenderme de sus acosos.

— ¿Sus acosos son constantes?

— Cada que él puede o quiere, me acosa. Ayer por la noche se acercó a mí demasiado y me tomó a la fuerza del brazo porque no quería seguir charlando con él. A pesar de que le dije que no quería seguir escuchándolo, él siguió. Mi amiga intento ayudarme, él giró y la golpeó en la cara.

— ¿Puedes darme su nombre completo y algunos datos de él?

Me detengo y mis manos tiemblan. Voy a hacerlo, aun cuando sé que esto significa una guerra declarada contra Javier Collie. Aun cuando sé que él podría tomar represalias contra mí, yo lo haré. Tengo miedo, debo admitirlo. Esto de ganarme enemigos, no me hace mucha gracia. Pero JC no puede dañar a alguien y luego seguir su vida como si nada, él debe conocer las consecuencias de sus actos. Y esto se siente correcto, y lo correcto algunas veces te lleva a ganarte enemigos.

— Su nombre es Javier Collie, veinte años, estudia en Jhonson Smith, carrera de medicina, vive en Charlotte...

***

— Mira esos ovarios grandes y bellos — dice Larry cuando salimos de la oficina.

Solo sonrío, pero que en serio estoy temblando como una gelatina. Larry me envuelve con un brazo y coloca una mano en mi hombro, me acerca a él para darme un apretón más fuerte de lo normal.

— Tranquila, hiciste bien. JC no volverá a comportarse como un imbécil después de que vea a la policía llegar a su casa.

— No lo encarcelarán — me convenzo.

— Pero al menos hará a papi Collie enojar tanto que le quitará dinero, su auto, o cosas que el idiota ese ama.

— ¿Y si no sirve para deje de ser idiota?

— Entonces lo matamos en el día de la "Purga".

Achico los ojos, me separo de él y golpeo su hombro. Larry continúa caminando.

— Maldita sea, ya basta con esa película.

—Yo solo digo que era una buena idea. Tengo a muchos en mi lista...

— La idea apestaba — revoleo los ojos.

—Aunque probablemente con lo sexy que soy, terminaría asesinado por envidia como todos los sex symbol de este mundo — mueve el trasero—. Tienes razón, la idea apestaba.

Mientras Larry y yo devoramos una hamburguesa en una cafetería aledaña a la oficina policial, recibo un mensaje de WhatsApp de la señora Vega. Intento hacer el arte de escribir con una mano y tener mi gran hamburguesa doble queso en la otra. Lo logro un poco, pese a que varias papas fritas caen en el plato. Me maldigo interiormente, pero no podría ignorar a la señora Annie.

Después de todo, es mi futura suegra, jeje.
 

"Buenos días, señora Vega. ¿Pasó algo?"

Cuando levanto la mirada, Larry se ha comido las papas de mi plato.

— ¡Hey!

— Esos son las consecuencias de "ser la amiga que no se da cuenta".

— Estoy hablando con su mamá.

— Peor aún — gruñe, jalando una papa de mi hamburguesa. La devora frente a mí con orgullo.

Niego con la cabeza y vuelvo la vista a mi móvil.

"Lamento fastidiarte un día no laboral, Defne. Pasa que hoy por la noche mi esposo tiene una reunión muy importante en el trabajo. Me encantaría acompañarlo porque es una ceremonia de reconocimiento. Loann no está en casa y no ha regresado desde hace un par de horas. No me quiero arriesgar a confiar en el que él puede cuidar de Liana. ¿Podrías venir y cuidar de ella unas horas? Te llevaremos a casa en cuando lleguemos, y por supuesto te pagaremos extra. En caso no puedas, no te preocupes, solo dímelo".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.