Tiempo atrás, cuando todavía era una estudiante que aspiraba a formar parte del gobierno, Carla acostumbraba a disfrutar de los viajes por carretera.
Sin embargo muy lejos quedaba aquella SUV negra de cristales tintados que cruzaba el límite de Nueva York de cualquier parecido o recuerdo feliz en coche. No al menos, cuando dos de los pasajeros iban armados hasta los dientes y uno en concreto no le apartaba la gélida mirada de encima desde que habían salido de Washington.
La respiración del Soldado de Invierno se escuchaba pesada a su espalda y no hacía más que enervarla. Tanto, que sin darse cuenta había empezado a mover la pierna derecha talón arriba talón abajo contra el asiento delantero.
—No te morderá. —dijo el conductor al ver dónde se dirigían sus miraditas de soslayo.
—Hasta que se lo ordenemos. —agregó Schäfer en tono jocoso.
Wolf soltó una risotada siguiéndole la gracia a su compañero mientras Invierno se mantenía estático con el recto inalterable, como si no estuviese allí con ellos.
—¿Qué te parece la nueva, soldat?
Solo cuando el rubio se dirigió a él fue que el asesino le dio un respiro a Carla del acoso visual al que la había tenido sometida en las últimas cuatro horas.
—Она моя миссия. —"Ella es mi misión".
—¿Qué ha dicho? —musitó la chica mirando hacia el conductor.
—Que odia a las enchufadas como tú. —Le dedicó una ladina y maquiavélica sonrisa dejándola todavía más preocupada por su seguridad—. ¿Necesitas que repasemos el plan una vez más?
—No. No soy la de las pocas neuronas por aquí.
—Uh... Descarada. Al final vas a tener madera y todo para esto.
***
DD Enterprise era un complejo enorme junto a los muelles de Upper Bay, en el neoyorquino barrio de Brooklyn. La empresa gestionaba grandes cantidades de información confidencial de varios servidores del gobierno así como espionaje industrial.
La SUV negra se detuvo a unas calles del vigilado aparcamiento del recinto. No hubiese sido inteligente pasar por los detectores con aquel monstruoso vehículo en el cual viajaban dos personas armadas.
—Os estaremos esperando en la pared oeste. —comunicó Schäfer antes de que Wolf y Carla descendieran de la furgoneta—. Y recordad encender los comunicadores una vez pasado el arco de seguridad. Si algo va mal entraremos.
—Y lo empeoraréis. —soltó la chica con fastidio.
—¿Disculpa?
—Si queremos hacer que parezca un sabotaje entrar a matar es una estupidez.
—¿Seguro que lo dices por eso? ¿O porque no es moralmente ético? —repitió sus palabras a modo de burla.
Si las miradas matasen Carla se hubiese convertido en una asesina con la que le dedicó al rapado.
—Imbécil. — Podía fingir ser parte de HYDRA, pero no pensaba fingir que sus compañeros le caían bien.
—Haremos lo que tengamos que hacer. —zanjó el rubio por su parte—. Soldat?
Invierno le tendió la piedra de Sem Karpo para que estuviese protegido de las posibles triquiñuelas de la joven morena, cambiando la vista hacia la misma tras los desordenados mechones de su cabello largo.
—Будьте осторожны, Belosnezhka. —"Ten cuidado, Belosnezhka".
Wolf y Schäfer intercambiaron una enigmática mirada ante las palabras del Puño de HYDRA.
—¿Qué ha dicho ahora? —preguntó Carla.
—Que putada que no hables ruso, ¿eh? Andando, Harper. —Wolf la empujó para que saliese del vehículo.
No obstante, aquellas bruscas formas no agradaron para nada al Soldado de Invierno, que desde el asiento de atrás tomó a Wolf por el cuello con su brazo de metal pegándolo al respaldo del conductor mientras hacía presión contra su tráquea y el rubio empezaba a boquear.
—¡Invierno! —exclamó Schäfer plantándole la pistola en la sien—. Suéltalo.
Carla se giró sorprendida contemplando la escena con la boca entreabierta. ¿La estaba defendiendo? ¿Era aquello siquiera posible viniendo de quien venía?
—Никто не должен повредить. —"Nadie debe hacerle daño".
El rostro de Wolf empezaba a teñirse de rojo debido a la falta de oxígeno en sus pulmones.
—He dicho que lo sueltes. —repitió lentamente el agente rapado, retirando el seguro de su arma—. Ahora.
Pero la amenaza de Schäfer no parecía alterar al Soldado de Invierno lo más mínimo. En cambio, miró en dirección a la joven esperando que se pronunciara.