Wings of Fate

Capítulo 3: Alas que No Eligen

Lysiane despertó en una cama de hojas tejidas y seda lunar. El murmullo del viento entraba por las ventanas abiertas, agitando las cortinas como si jugara con ellas. Su cuerpo aún temblaba por dentro. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que cruzó el Velo.

Intentó incorporarse, pero una punzada en la espalda —en sus alas— la obligó a detenerse. Las sintió más sensibles que nunca. Vibraban, incluso sin moverse. Como si algo dentro de ellas estuviera tratando de despertar… o de encontrar una forma de expresarse.

—Estás despierta —dijo una voz masculina.

Ella giró la cabeza, y allí estaba él. Apoyado contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada que parecía capaz de ver más allá de lo visible. Sus ojos grises eran serenos, pero intensos. Y de alguna manera, familiares.

—¿Nos conocemos? —preguntó Lysiane, con la voz todavía ronca.

Cael negó con la cabeza.

—No. Pero el Velo… nos presentó.

Ella frunció el ceño.

—Eso no tiene sentido. El Velo no une a personas. Revela elementos.

—Y sin embargo —replicó él, avanzando un paso—, yo lo sentí. Cuando caías, mi magia reaccionó antes que yo. No fue una elección. Fue un llamado.

Lysiane lo observó en silencio. Cada palabra suya vibraba en su pecho, como si tuviera un eco que no era del todo suyo. ¿Podía ser que su conexión con el elemento… no fuera uno solo? ¿Y si el Velo no le mostraba un camino, sino una encrucijada?

Antes de que pudiera hablar, sus alas parpadearon con un brillo extraño: una mezcla de viento y agua, moviéndose como una danza.

Cael las miró con asombro.

—Eso… no es normal.

Lysiane apretó los labios.

—Lo sé. Pero nada en mí lo es.



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En el texto hay: fantasia romantica, magia, hadas

Editado: 18.05.2025

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