Wings of Fate

Capítulo 10: Donde el Silencio Grita

Al amanecer, partieron rumbo al Bosque de los Murmullos. Allí, según los textos prohibidos, yacían los restos del Círculo de las Almas, el lugar donde antiguamente se hacía el rito original… antes de que el Consejo lo alterara.

—¿Estás segura de esto? —preguntó Cael, mientras se abrían paso entre árboles que parecían moverse con su propia voluntad.

—Sí. Es como si mi cuerpo lo recordara. Como si supiera exactamente a dónde ir.

Tras horas de caminar, llegaron al claro. Doce piedras formaban un anillo antiguo, cubierto de enredaderas y runas olvidadas. En el centro, una marca en espiral grabada en la tierra… idéntica a la forma que a veces tomaban las alas de Lysiane.

Ella se arrodilló y colocó la pluma negra en el centro.

El aire cambió. El silencio se volvió absoluto. No era vacío: era expectación.

Entonces, una voz surgió desde las piedras. Femenina, poderosa.

“Tu sangre no está hecha para elegir, Lysiane… está hecha para unir.”

Las alas de Lysiane se desplegaron solas. Cambiaron. Ya no eran inestables: eran un equilibrio perfecto entre la brisa y la corriente. Entre lo invisible… y lo inevitable.

Cael dio un paso atrás, impactado. Sintió cómo el aire mismo se curvaba alrededor de ella.

—¿Qué estás haciendo?

—No lo sé —susurró ella—. Pero siento que… que ya lo hice antes.

La tierra tembló. Una grieta se abrió bajo el círculo, y de ella emergió una luz dorada, danzante, viva.

—¡Lysiane! —gritó Cael, intentando alcanzarla.

Pero la luz envolvió a la joven hada. No la dañaba, la abrazaba.

Entonces una visión se proyectó entre ambos: un antiguo Consejo, un juicio, una niña llorando mientras le arrancaban las alas.

“Lo que fue sellado… ahora despierta.”

Y con un último estallido de magia, la luz desapareció.

Lysiane cayó de rodillas, exhausta.

Cael la sostuvo.

—¿Qué viste?

—El pasado. La verdad. Mi sangre… viene de aquella niña. Su magia fue dividida, dispersada entre los elementos para mantener el equilibrio. Pero parte de ella… fue guardada en una heredera. Yo.

Cael la miró con una mezcla de admiración y temor.

—¿Y ahora qué?

Lysiane alzó la mirada. Sus ojos brillaban con dos colores distintos: uno como el cielo, otro como el agua profunda.

—Ahora… vamos a romper el sistema.

Y el viento sopló, suave… como si el mundo entero acabara de inclinarse ante ella.



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En el texto hay: fantasia romantica, magia, hadas

Editado: 18.05.2025

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