Wings of Fate

Capítulo 27: La Confrontación

El aire en el Templo de los Elementos se volvía cada vez más denso, como si el propio lugar intentara resistirse a lo que estaba por suceder. Lysiane sentía la presión en su pecho, la energía que había despertado en su interior ardiendo como un fuego incontrolable. El Corazón de los Elementos brillaba con una luz cegadora, respondiendo a su angustia, pero también a su poder.

Aurélien se acercó, sus ojos fríos y calculadores observando a Lysiane y Cael. Había algo en su mirada que los hacía sentir como si estuvieran siendo juzgados, como si su destino ya estuviera sellado en el futuro oscuro que él quería imponer.

—Sabía que tu poder estaba latente, Lysiane —dijo Aurélien, su voz cargada de desdén—. Pero el amor… el amor nunca ha sido parte de los elementos. Es una debilidad. Un defecto que destroza el equilibrio que hemos mantenido durante siglos.

Lysiane se acercó un paso más, mirando directamente a los ojos de Aurélien. El Corazón de los Elementos seguía resonando con su magia, como si quisiera liberarse de las cadenas invisibles que el Consejo había puesto en él.

—El amor no es una debilidad —respondió Lysiane, su voz firme—. El amor es lo que nos conecta, lo que nos hace más fuertes, no más débiles.

Cael estaba a su lado, su presencia serena pero llena de determinación. La conexión entre ellos parecía amplificarse, un vínculo que se tejía no solo entre sus corazones, sino también con los propios elementos.

—El amor es lo que nos permite resistir —agregó Cael, mirando fijamente a Aurélien—. Y no lo destruirás, Aurélien.

El líder del Consejo sonrió con frialdad, levantando una mano hacia el Corazón de los Elementos. La luz del orbe se intensificó, y un vórtice de energía comenzó a girar en su interior. La magia de Aurélien se mezcló con la del Templo, creando una presión insoportable que hizo que el suelo temblara.

—Lo lamento, Lysiane. Este es el destino que te ha sido asignado —dijo Aurélien, mientras las sombras de su magia se extendían hacia ellos—. La magia de los elementos es más poderosa que cualquier sentimiento humano.

Lysiane, sintiendo el peso de sus palabras, respiró hondo. Sabía que la batalla no solo era por su supervivencia, sino por la libertad de todos los que creían en el poder del amor.

Con un movimiento rápido, extendió las manos hacia el Corazón de los Elementos, y la energía que fluía de él se unió con su propia esencia. Los elementos respondieron a su llamado, y en ese instante, la sala se llenó con una poderosa explosión de luz.

El aire, el agua, la tierra y el fuego se entrelazaron con su ser. El Corazón de los Elementos comenzó a brillar con un resplandor cegador, y las alas de Lysiane se desplegaron, etéreas y poderosas, como una mezcla de los cuatro elementos. Cael se acercó a su lado, y la magia de aire lo envolvió, fusionándose con la de Lysiane.

—No lo entenderás, Aurélien —dijo Lysiane, su voz resonando con el poder de los elementos—. El amor no es un obstáculo, es el catalizador de todo. Y juntos, con nuestros elementos, lo vamos a demostrar.

Aurélien intentó resistir, pero la energía de los elementos no se podía detener. La magia de Lysiane y Cael, unida, era más fuerte que cualquier hechizo que Aurélien pudiera lanzar.

Con un grito, Aurélien fue arrastrado por la energía, y el Templo tembló aún más fuerte, como si la propia tierra estuviera luchando contra su presencia. El Corazón de los Elementos comenzó a estabilizarse, su luz ahora cálida, como un sol naciente.

La batalla estaba ganada, pero el precio de esa victoria aún no se había revelado.



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En el texto hay: fantasia romantica, magia, hadas

Editado: 18.05.2025

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