Adalid lo miro unos segundos más y sonrío levemente, ella lo conocía.
—Creo conocerte, aun así no puedo recordar bien —habla el como si le hubiese leído la mente.
—Nos conocemos ya que nos vimos en la biblioteca, una vez fui y te vi sentado leer un libro, en eso cruzamos miradas y desde entonces nunca te volví a ver —responde ella volviendo a tomar el humo del cigarro. —Me tengo que ir, ten buen día —y con esto se va deja a Jonas.
***
—Adalid, tu padre va a venir este fin de semana —informa la mujer a lo que ella asiente.
—Esta bien, ¿saldremos a algún lado? —pregunta ella mientras traza las últimas líneas de su dibujo.
—Si, iremos a un parque de diversiones —responde la mujer.
—¡Si! —exclama la pequeña con emoción.
Mientras la música suena en su auricular izquierdo se escucha el timbre de la puerta así que detiene su mano, se levanta y al abrir la puerta se lleva la sorpresa de encontrar a Alex.
—Hola Adalid —saluda el sonriendo.
—Hola Alex —susurra ella al reconocer la canción que suena, Heather de Conan Gray.
—Vine a traerle esto a tu madre —dice él y le entrega una bolsa. —Y esto es para ti —le entrega una pequeña caja la cual tiene una frase en su portada. "For you"
—Vale muchas gracias —dice ella y cuando esta dispuesta a cerrar la puerta aparece su madre detrás.
—¡Adalid!, que desconsiderada, Alex sigue y tomas café —dice su madre a lo que él acepta.
Alex entra a la casa y Adalid corre a la sala para recoger sus cosas con la esperanza de que él no las vea, siendo demasiado tarde.
—¿Tu los hiciste? —pregunta el viendo en los lienzos dibujos pintados con acuarelas.
—Si —responde ella organizando un poco. —Perdón por el desorden —se disculpa.
—No pasa nada —dice y se sienta en un sillón.
—Toma Alex —habla la mujer y le entrega la taza al chico.
—Madre, Alex te ha traído esto —se levanta y le entrega la bolsa a su madre mientras asiente.
—Gracias Alex.
—¿Cuántos tiempo te llevo hacerlos? —le pregunta Alex a Adalid mientras esta abre la caja.
—Una o dos horas cada uno —responde ella. Abre por completo la caja y puede ver que en esta viene una caja de cigarros con un encendedor con patrones. —¿Los has hecho tu?
—Si, no sabia que tipo de dibujos te gustaban en específico, hice flores, y algunos otros dibujos —dice y toma de la taza.
—Muchas gracias, por cierto, ¿Como sabias que fumo?
—Bueno, una vez iba para la casa de mi tía y te vi fumando cerca a un bar, así que pensé en darte eso.
Adalid siguió hablando con Alex, pasando así el tiempo rápido, a lo que al ver la hora el joven decidió marcharse. Su corazón latía con fuerza y sus manos se congelaron cuando antes de irse, Alex la abrazo, diciéndole que le tendría que enseñar a dibujar algún día. No dudo en sentir las típicas mariposas en el estómago, y se despidió de él.
No dejaba de pensar en lo sucedido, las sonrisas y la forma en la que la trataba la dejaban más que nerviosa. Toda la tarde pensó en aquello, aun así volvió a la realidad cuando recordó que el tenía novia.
La noche llega y se reúnen a cenar, era un ambiente cómodo hasta cuando su hermana habló.
—Dime por favor hermana que no te traes nada con Alex —dice de la nada Alicia.
—¿Qué? —pregunta la mujer viendola.
—Si madre, hoy estuvieron muy juntos, además Alex le trajo un regalo y le dio un abrazo al salir —responde la menor haciendo reír a su madre. —¡Que es tan gracioso! —exclama
—Alicia, Adalid y Alex, solo son amigos, Alex ha venido a traerme unas cosas y al hacerlo, quiso hablar con tu hermana, no hay nada entre los dos —informa la mujer a lo que Adalid asiente dándole la razón a su madre.
—Aún así, Alex tiene novia, es imposible que tenga dos personas al tiempo —y con estas palabra termina aquella conversación.
***
Al hacer inverno la noche era bastante fría, haciendo imposible fumar. Se acercó a su ventana y la abrió sentándose en el marco de esta para admirar la luna. Le encantaba la noche, ya que esa le daba más inspiración e imaginación. Su corazón latió con fuerza cuando vio a alguien abajo. Se adentro y cerró la ventana, y en aquel momento sonó el timbre.
Bajo y vio por medio de la cerradura a Alex con bufanda y chaqueta. Se tranquilizo y abrió la puerta.
—Buenas noches —sonrío el dándole un abrazo.
—Buenas noches —como pudo habló.
—Quería traerte esto —dijo el y le entrego una caja.
"Que detallista" pensó
—Gracias, ¿quieres tomar café? —invito ella a lo que el acepto y entro.
—¿Donde esta tu madre? —pregunto con curiosidad al no verla.
—Está con mi hermana en una fiesta, la demonio ha dicho que tenía que acompañarla a la fiesta de una de sus amigas, así que no ha podido decir que no —responde mientras sirve el café.
—Ya veo, me extraño no verla —habló él mientras ella solo asintió.
Abrió la caja en silencio, sintiendo la mirada de Alex en ella, esperando alguna reacción. Acuarelas, pinceles y más cosas habian allí, se sorprendió al ver un lienzo pequeño el cual tenía una casa dibujada junto a una pequeña figura en la ventana de esta, siendo de noche.
"No lo puedo creer, soy yo" pensó sorprendida
Miro a Alex y lo abrazo, desde niña nunca le gustó el contacto físico, aun así estaba muy agradecida con él.
—Muchas gracias —dijo.
—No te preocupes, aparte de los materiales eres una buena musa de referencia, me gusta la forma en que expresas tus sentimientos en el arte, al igual en la escritura, eres mi ejemplo a seguir Adalid —respondió el haciendo que la nombrada se sonrojarse.
—Creo que debería irme, gracias por el café, y por cierto, tu rostro se ve perfecto a la luz de la luna —con esta palabras tomo sus pertenencias y salio de aquella casa, dejando a Adalid emocionada y con un remolino de emociones.