En el año 2100, la compañía de telecomunicaciones Rare comunicaciones ha monopolizado el mercado internacional de las telecomunicaciones saltándose todas las leyes antimonopolio del mundo, a pesar de esto, es una de las pocas empresas que promueve la mano de obra humana ya que esta fue sustituida por la maquinas hace mucho tiempo, sobre todo en la Republica Dominicana donde todavía persiste una tecnofobia rampante, debido a que no todo el mundo aplico para la renta mensual por ese motivo todavía se mantiene la mano de obra humana en algunos sectores. El técnico de instalación Juan Manuel Antonio De los santos Restituyo o más conocido por sus familiares, compañeros y conocidos como Manolo Restituyo es uno de los pocos técnicos que trabaja de forma presencial, pese a que no todo el mundo acepta a los robots que sustituyen a los técnicos humanos, sin embargo, él quiere algo nuevo de su vida, así que se dirige a reportarse con su supervisor como todos los días.
—Buenos días, ministro Méndez. —Dijo Manolo mientras entra a la oficina del supervisor y se sienta en la silla frente a él.
—Ahora que quieres, Restituyo, que no ves que estoy ocupado. —Respondió el supervisor mientras revisaba unos papeles.
—Usted sabe lo que hemos hablado durante estos tres años, ya es hora de retirarme, necesito algo mejor en mi vida, he dado todo lo mejor de mí durante estos veinte años de servicio, así que le pido, que por favor acepte mi renuncia. —Contesto Manolo de forma decidida y mientras se para de la silla.
Después Manolo se sienta nuevamente en la silla.
—Sabes, yo también he querido que puedas irte de la empresa de la mejor forma posible, tú eres para mí, uno de los mejores técnicos o si acaso, el mejor técnico de la historia de esta compañía, pero lamentablemente, no te puedo dejar ir tan fácilmente. —Respondió el supervisor de la forma profesional.
Esto no le gusto a Manolo que lo demuestra con una cara de indignación.
—Y ahora, ¿cuál es la enésima razón por la cual no me puedo ir de aquí? —Pregunto Manolo de forma incomoda.
—Tú te acuerdas del proyecto de intercomunicar la dimensión oscura con la tierra, con el fin de proveer nuestra tecnología a esa dimensión para evitar nuestra destrucción inminente. —Respondió el supervisor.
—Adivinare ese proyecto que fuimos yo, usted, los supervisores y coordinadores de la compañía fuimos para ese trapo de monte que es peor que san juan, lleno de vainas raras, salidas del mismísimo infierno, si no fuera porque le tuvimos que enseñar los beneficios de la tecnología humana con el fin de evitar una ¡conquista mundial del mundo! por partes de esos bacas, esas vainas, nos iban a trasquilar ahí mismo, si no fuera por mi labia de vendedor. —Explico Manolo con ironía.
—Más respeto restituyo, que yo soy de San juan. —Exclamo el supervisor que le molesto la forma en como algunos dominicanos ven a San juan y añadió volviendo en sí. —Pero en otro orden, el Proyecto está a punto de fracasar, ya que muchos de esos seres son unos tecnófobos y conspiranoicos de la porra que creen que, usando el poder de las telecomunicaciones, vamos a conquistar su mundo.
—Mínimo, yo soy Superman para salvar al mundo de su eminente destruccion, no mandaron más técnicos para ese monte. —Exclamo Manolo que se sentó en la silla, cambio el tema y pregunto por curiosidad e intriga. — A propósito, ministro, es cierto que vamos a conquistar su mundo o que.
El supervisor mira a las cámaras, le hace señas para decirle algo al oído. Manolo se acerca para que él se lo diga en el oído.
—Ellos dicen que no, pero si te soy sincero, si, el mundo quiere manipularlos, someterlos y conquistarlos, como cuando los españoles les dieron espejitos a los indios por el oro, tú me entiendes. —Susurro el supervisor al oído de manolo.
El supervisor vuelve a su asiento y Manolo se ríe de forma malévola.
—Ok, ¿cuánto me van a pagar? —Dijo Manolo con frunciendo el ceño.
—Bueno, eso depende de lo diga el contrato...—Respondió el supervisor.
—Porque, yo por instalar una orden en ese mundo cobro cinco dragmarks y de comisiones dos dragmarks. —Contesto Manolo.
—Acaso estás loco, quien te crees que eres para pedirle tanto dinero a esa gente...y ¿cómo tú sabes eso? —Exclamo y pregunto el supervisor enojado e indignado que golpe la mesa.
—Yo sabía que usted, me iba recomendar al Proyecto de modernización de la Dimensión Oscura, por eso fue que usted me pido que lo acompañara, ¿cierto? —Respondió Manolo.
—Cierto. —Respondió el supervisor de forma cruda y pensativa.
—De los veinte años que tengo en la empresa, yo me sé todos los guiris que pasan por aquí, además de las situaciones que está pasando con el proyecto, por ese motivo les estoy exigiendo esa cantidad insana de dinero, ese monte de la porra me supera, sabrá Dios que vainas raras me esperan ahí, para ellos, nosotros somos papel de baño desechable, tú sabes cuantos de mis compañeros han desaparecido, para que vengan ustedes se limpien las manos como Pilato, como si no hubiera pasado nada, yo los conozco perfectamente. —Explico Manolo y añadió. —Yo le voy a ser sincero, Robert, yo ya pagué la casa, hice las construcciones que tenían que hacer ahí, mis hijos son mayores de edad, tienen beca y están trabajando, pague todas las deudas que tenía, ya no le debo a nadie, por lo tanto, no tengo necesidad seguir trabajando aquí, pero...