Wishgranters

Extraños en el umbral

Una niña despierta en el sillón de la sala de estar de su casa. Siente que ha estado durmiendo durante horas 

-Mi mamá me va a regañar si me encuentra durmiendo a estas horas... -Ella piensa en silencio mientras mira a su alrededor. Confundida se levanta del sillón.

-Mamá?!

Un escalofrío recorre su espalda cuando mira la puerta de entrada. Estaba abierta, y a través de la reja se puede ver una niebla bastante densa que solo deja ver un poco la casa del frente. Todo está en completo silencio.  

...

-Me siento diferente...Tengo miedo y estoy muy preocupada, esto NO es normal- Piensa angustiada mientras camina en dirección a la entrada y abre la reja. Ni siquiera hay viento o una brisa. Y todo sigue en silencio a excepción del chirrido de la reja.

-¿Será un sueño lúcido?- piensa nuevamente tratando de darle una explicación mientras mira a su alrededor, pero sus pensamientos son interrumpidos por la voz de un extraño entre la niebla.

-Eres muy imprudente al simplemente salir así y además, viéndote de esa manera- Dice el extraño con la voz de un joven.

-¿Estás buscando que te lleven o estás loca?- Dice otra voz proveniente del mismo lugar mientras se oyen unos pasos que avanzan hacia la niña. Ella retrocede con una expresión de miedo y con su corazón latiendo rápido. En ese momento una luz que proviene de su pecho alumbra el lugar y dispersa parte de la niebla. Los dos extraños aparecen ante ella. Son un niño y una niña, gemelos cocidos en un solo cuerpo y vestidos con ropas de paciente de hospital. Ambos bastante delgados y con mordeduras en sus brazos. Al niño le falta un ojo y de esa cuenca vacía sale un líquido negro y viscoso como la tinta. La niña tiene la cabeza vendada y en las manos de ese ente hay una gran mancha negra que no permite distinguir sus dedos. Ambos sonríen macabramente ante la niña que los mira sin que su corazón deje de palpitar fuertemente mientras la luz sigue emergiendo de su pecho.

Ella retrocede mientras mira al extraño ser y al detallarlo nota que no tiene pies. -¿¡Un fantasma!?- La niña empieza a balbucear tratando de formular las cientos de preguntas que se le venían a la mente. Los extraños se detienen.

-Podemos percibir tu miedo, esta no es tu casa y no tienes oportunidad de defenderte. Nadie te va a ayudar aquí- Dice la fantasma.

-Peeeero...Para tu gran fortuna, no nos comeremos a un fenómeno como tu.-Dijo el fantasma con una sonrisa.

-¿¡No lo haremos!?- Exclama la fantasma.

La niña suspira de alivio mientras el fantasma continúa:

-No. ¿Acaso no te parece muy conveniente que mandaran alimento en buen estado? Usualmente solo mandan sobras en descomposición. Así que no seas impulsiva, podríamos terminar muy mal parados. Además hace tanto que no comemos que probablemen-

La inusual conversación es interrumpida por una sirena de alarma. Los gemelos se dirigen a la niña nuevamente.

-Los nombres aquí ya no importan. Si sabes lo que te conviene sabrás a donde huir o dónde esconderte.-Dice el fantasma con una sonrisa burlona entre el ruido de la sirena.- Aquí somos insaciables.

-¡Rápido que ya viene!- Grita su gemela mientras ambos corren torpemente por la niebla.

-¡ESPEREN!- Grita la niña mientras trata de seguirles el paso. Su pecho poco a poco deja de brillar mientras las sirenas continúan sonando. La niebla se espesa ahora que no hay luz. La niña corre por la calle, a cada lado hay casas y sus respectivos árboles. Casi llegando al parque, justo donde terminan las casas hay un árbol mucho más grande que los otros y en su tronco hay una sombra oscura. Ella, estando ya muy agitada se acerca a inspeccionar. Temerosamente pone su mano dentro de la sombra en el tronco... No tiene fondo. Su respiración agitada se corta cuando escucha unos terribles alaridos femeninos a lo lejos que hacen eco en toda la calle. 

Su piel se eriza y se queda sin aire. El pánico la inunda y no no encuentra nada más qué hacer que entrar en el hoyo del enorme árbol.

...

Todo está en completa oscuridad. Se oyen pasos agitados en todas direcciones y murmullos de cientos de personas al rededor. La niña continúa caminando rápidamente mientras escucha a las voces.

-Corre y escóndete entre las paredes más gruesas. Hazte invisible y cierra los ojos.- Dice un hombre.

-Oí que uno de los emigrantes logró salvarse al entrar dentro de una escultura de un ángel!...- Dijo con emoción una mujer.

-Si apagas por completo los 5 sentidos puedes pasar desapercibido. Si no sientes nada en ti, ellos tampoco- susurró un muchacho.

- ...Si se escucha lejos, es porque está cerca. Si se escucha cerca es porque está lejos- Dijo una anciana que repentinamente estaba detrás de la niña. Esta se sobresalta y deja escapar un pequeño grito ahogado. La anciana le tapa la boca.

-No grites, no llores, no rías, no muestres ninguna señal de emociones. Escucha lo que los demás han dicho. Hazme caso si quieres tener oportunidad. Ahora, vete de aquí.- En esos momentos los alaridos vuelven, espantando a ambas.

-¡CORRE Y NUNCA LOS MIRES A LOS OJOS!

La niña sigue corriendo en la oscuridad hasta que siente con sus manos una especie de enredaderas. Ella las rasga y sigue adelante, simultáneamente va apareciendo luz de entre las plantas. Llegó a una zona boscosa donde está anocheciendo. Después de detenerse y mirar al rededor inútilmente sin reconocer el lugar, comienza a llorar, ignorando así los consejos de la anciana. Confundida y perdida, sin su familia, sin su madre, sin hogar y sin comida. Estuvo llorando un buen rato hasta que se durmió sobre el pasto alto del monte. 

...

-Desp...Es- Una voz femenina está llamando. La niña despierta y ve a una mujer joven de cabello corto y ropas ligeras sentada en una silla a un costado de la habitación, donde hay una lámpara que alumbra toda la habitación. Esta última vuelve a preguntar-




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