Wishgranters

La bruja que llora

Se dicen muchas cosas de ella. 

Dicen que vino desde el viejo mundo hasta el nuevo continente. Dicen que hace 700 años ayudó a un marinero europeo con tal de escapar de la persecución de las brujas.

Dicen que era nativa del nuevo continente. Dicen que estuvo casada con un importante militar que la abandonó a ella y a sus hijos.

También se dice que desde una cabaña en las montañas ella hacía sus maldades.

Algunos incluso dicen que ella es solo una víctima de las circunstancias... 

Ella lloró y lloró hasta que se derritieron sus ojos. Salía desde los ríos y vagaba por el monte, pueblos y caminos preguntando por sus hijos. Todos en el continente la conocen o han oído de ella, pero no todos pueden reconocerla. Seguramente la haz llegado a ver en la distancia y no la reconociste.

Desde hace ya varias décadas ella se adueña principalmente de niños ajenos para propósitos desconocidos.

Una mujer de piel pálida y cabello negro camina por un pasillo blanco hacia una puerta entreabierta. Entra y se inclina hacia el doctor sentado en frente suyo.

–Ya tengo a la próxima matriz– Grida levanta la cabeza –Su patrón de personalidad es el azul ¿Alguna prescripción doctor Monev?– Dice con un rostro inexpresivo. 

– Así es. Encárguese de tenerla dentro de la casa y que no hable con nadie para que no se contamine. Dele carne, incúlquele una habilidad y repórtese dentro de unos meses con la matriz para la metamorfosis. –Dice el doctor mientras gira en su silla y observa los documentos en su escritorio.– Puede retirarse– Concluye, desviando la mirada.

Grida sale de la habitación en silencio.

. . . 

En una cabaña en un profundo bosque, Lía despierta acostada en una cama en una habitación que no conoce. Ahora tiene un vestido gris con blanco. Se siente como si aún estuviera dormida. Se levanta de la cama, abre la puerta y camina descalza por el pasillo hasta llegar a la sala. No había nadie, pero se oían ruidos en la habitación de al lado. Lía se dirigió allí, a la cocina. Ahí había una olla en la vieja estufa de leña y una mujer sentada en la mesa, mirando por la ventana. Lía se queda mirándola y en eso Grida voltea a mirarla y dice:

"Todavía no es hora de comer"– Dice.

Lía pregunta: 

–¿Quién es usted?–  despreocupadamente la mira con sueño.

La mujer responde: –Yo soy tu madre y tú eres mi hija Ofelia. –

–¿En serio?– Dijo Lía soñolienta, pero tratando de recordar. Lía no recuerda su nombre ni a Soledad o a su amiga Blanca o lo que ha pasado antes, debido a la mirada que le dio Guida al final de aquel túnel. La mirada de un ente que te borra de las vidas de otros y te hace perder los recuerdos. Una maldición leve que se vuelve peor a medida que pasa el tiempo. Ya que funciona a través de los ojos, esta solo se puede romper si la víctima es mirada a los ojos por las personas que la olvidaron. Pero eso es un secreto que esta entidad mantiene.

Grida entonces alza un poco la voz diciendo: – Sal de la cocina, te llamo cuando esté listo. – 

… 

En otro lugar muy lejos de allí, Soledad está en su refugio investigando con Blanca. 

Aquí hay retazos de tela pero extrañamente no recuerdo para qué los usé– Piensa Soledad mientras se dirige a la niña – ¿Dices que no tienes ninguna pista sobre la otra niña que te acompañaba?–

Blanca contesta –No tengo ni idea, siento que incluso olvidé más a medida que veníamos hasta aquí. – mientras agarraba un lazo blanco que tenía Soledad sobre la mesa.

En eso Perla termina de leer su libro y añade – Bueno, por ahora centrémonos en buscarle un lugar seguro a esta niña. Si no lo encontramos, ¿crees que podría quedarse aquí contigo?– mira a Soledad.

–Claro, después de eso trataré de investigar sobre su amiga...– Dice mientras tiene sus pensamientos en los retazos de tela verde sobre la mesa. Perla se levanta y los mira de reojo mientras se dirige al estante de los libros. En ese estante hay libros viejos sobre demonología, psicología y parapsicología. 

...

Mientras tanto en el Purgatorio, los doctores Monev, Wirr y Morbus están en reunión.

– ¿Así que... como base usaste este espécimen de wyvern?– Pregunta Wirr, frotando su barbilla.

– Así es – Dice Monev– Obediente pero letal. Aliento de fuego, habilidad para volar, patas traseras reforzadas y una cola que funciona como otro brazo– mientras muestra la foto y los detalles en papel acerca de una especie de dragón peludo de cuatro patas.

Morbus ojea los documentos – Quizá haya efectos secundarios, es posible que se produzca un rechazo si la matriz es débil– Entonces Wirr interrumpe:

– Según Grida, todo va bien y sin errores. Si las cosas sale bien con nuestra nueva teoría, podríamos poner el resultado a prueba de inmediato. Tendríamos que elegir una buena muestra para contrastar– Dice el doctor –Mientras tanto esperemos unos meses. – este se levanta de la mesa. Los demás también se levantan y proceden a salir en conjunto de la habitación.

… 

Grida sirve la cena. Un caldo de papas acompañado con pan y té. Sin embargo, de su busto saca un pequeño recipiente que contiene un líquido rojo y echa unas gotas en el té de Lía. De esta forma llama a la niña para cenar. Lía come sin mucho ánimo y le da un sorbo al té, sin sospechar nada. Grida sonríe mientras toma una cucharada de caldo.

Han pasado uno días desde que Lía despertó. En esos días estuvo la mayor parte del tiempo mirando por la ventana, ya que Grida le prohibió salir y esta cerraba la casa con llave cuando iba a hacer mandados. Dentro de la casa, Lía solo comía, dormía y aprendía a cantar mientras su "madre" la guiaba. Esta había salido de casa para conseguir comida, mientras Lía se quedaba dentro practicando su canto. 

A pesar de que la bruja le borró la memoria, a Lía le siguen encantando los días soleados. Por lo que sí está sola y está haciendo buen tiempo, ella se asomará por la ventana y allí practicará alguna canción. Si está nublado o está lloviendo, Lía no cantará. Como si fuera un pájaro




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