Witch Time

Cap. 4

 

 

Despena ... 

 

Esa mañana desperté boca abajo al borde de la cama, mi cabeza colgaba al igual que un poco de mi torso, haciendo que la única manera de bajar de la cama fuese dejarse caer por completo, una posición tortuosa para dormir, pero no la más vergonzosa para despertar, lo bueno era que había podido dormir la noche completa y no desperté a saltos cada pocos minutos, quizás por el cansancio mental que fue salir de la mansión, el intentar entender el libro y el trato que tuve que hacer con el saco de ojos volador, pero al menos tuve la oportunidad de dormir bien, al menos una noche de buen descanso. 

 

  • Despena, que bueno que despertaste - Dorothea se me acerco muy contenta, cosa común en ella, pero algo me decía que esta mañana sería diferente. 
  • Buenos días Dorothea… - le sonreí, cosa rara en mi, pero una sonrisa no mata a nadie, creo. 

 

Mi compañera se heló apenas termine de pronunciar su nombre, para luego salir y volver a entrar un par de veces, quizás una sonrisa no puede matar, pero sí qué puede desconcertar a los fantasmas.

 

  • Si, soy yo Dorothea, no me cambiaron por la noche - me reí un poco, cosa que pareció aterrar a mi compañera. 
  • ¿Quién eres? ¿¡¿Dónde está mi fría, gruñona y adorable amiga?!? - alegó acercándose demasiado a mi, haciéndome retroceder un poco. 
  • Valla, solo amanecí de buen humor, no tenias que arruinarlo - murmure molestandome un poco y levantándome del suelo. 

 

La fantasma me rodeó analizando mi estado, cosa que solo hizo que frunciera el ceño un poco más a cada paso que daba, ya cuando llegue al escritorio la mire con un palpable enojo. 

 

  • ¿En serio es tan raro que despierte de buen humor? - le protesté y ella se alejó bastante. 
  • Ay que alivio… - suspiro de manera exagerada, cosa que me irrita más. - yo ya creía que de verdad te habían reemplazado… Jejeje… 
  • ¿Entonces debí ser amargada siempre? - le reprochó y ella solo comienza a hacer círculos con sus pies. 

 

Aunque haya arruinado un poco mi mañana no podía enojarme con ella del todo, después de todo ambas no sabemos socializar muy bien. Me recordaba un poco a como nos habíamos conocido, cómo se había presentado y todo eso; aunque me hubiera parado a recordar, como había hecho en algunas ocasiones, ese día no lo iba a desperdiciar en la melancolía y en el pasado, tenía un plan, uno que apenas estoy meditando, pero que creo que beneficiará a casi todos, solo debía tener algo de privacidad y que el jabón rosa con as de murciélago estuviera dispuesto, sino, adiós gatito, adiós libro y adiós confianza de Dorothea. 

  • Tengo hambre… - musite un poco tímida, era verdad, pero sabía que a mi compañera no le agradaba que lo mencionara. 
  • ¿De verdad? - ella me vio extrañada, razón por la que sentí mi cara arder. 
  • … - asentí cerrando los ojos con fuerza. 
  • Despena… - me estaba preparando para un sermón, lo presentía. - iré al pueblo, prometo no tardar, ¿está bien?
  • ¿eh? 

 

Al abrir los ojos ella me miraba con calma, algo resignada, quizás está haciendo esto por mi debido al favor que hice por ella ayer? no lo sé, pero eso me hizo sentir más culpable aún; no pudo protestar o pedir disculpas, pues ella se retiró atravesando la pared del cuarto que daba hacia afuera de la mansión, haciendo que la culpa se acumulará en mi pecho; cuando estuve segura que se había alejado abrí el libro, buscando la página donde estaba la información del catalizador, aunque antes rompí parte de una página, asegurándome de que fuese una en blanco. 

 

  • ¡¡Demonio!! ¡Tengo algo para ti que sé que disfrutarás! - anuncie llevando mis manos hacia mi pecho, nerviosa. 

 

Esperé unos segundos, temblorosa, esto debía salir bien a toda costa, de esto dependía un tiempo más prolongado para mí vida y la del gato, el cual vi cruzar la puerta a toda velocidad cuando los primeros ojos comenzaron a rodearme. 

 

  • ¿Con que otra artimaña me trataras de engatusar pajarucha? - dijo mientras se manifestaba, sus ojos estaban posicionados de manera que él viera todo mi ser, poniéndome más nerviosa que antes. 
  • Señor… quiero pedirle ayuda… - Mi voz apenas salía, más que nada por los nervios. 
  • ¿Ayuda? - pareció sorprendido, pero antes de que se negara extendí mis manos hacia él, haciendo visible el trozo de papel. 
  • Es parte de una página del libro, se que apenas lo se leer, pero ahí hay algo que puede ser de utilidad… - mantuve la cabeza agacha mientras hablaba, solo por los nervios. 
  • ¿Qué clase de cosa? - sentí que la hoja abandonaba mis manos, sumado a lo que dijo, parecían buenas señales. 
  • Un catalizador… No entiendo mucho lo que significa, pero parece ser útil, señor…
  • Si… recuerdo que algunas brujas usaban algo así - reflexionó aquel ser, comenzando a rodearme dirigiéndose al escritorio. 

 

Eso me aterro, quizás se dirigía al libro, el cual había dejado abierto en la página con los detalles del artefacto, el lo miró y varios de sus ojos hicieron lo mismo, no sabía si él entendía la gramática humana, pero alguno de sus ojos parecían fruncidos, cosa que me causó curiosidad. 

 

  • ¿Sabes leer esto? - preguntó de repente, cosa que me pilló desprevenida. 
  • Entiendo algunas cosas señor, pero no se leer bien del todo… - confesé con algo de pena. 
  • ¿Acaso no todos los de tu especie saben hacerlo? 
  • No señor, recuerde que usted me dio la capacidad de ver, pero antes de eso no era capaz de hacerlo. 
  • No entiendo. - se me acercó de repente, tanto tiempo viendo a través de mis ojos ¿y no se había dado cuenta de ese detalle? 
  • Eso, se muchas cosas, pero la lectura se me hace difícil, de no ser por Dorothea no distinguiría ninguna letra. 
  • Vaya… sabía que eras inútil, pero no llegué a creer que tanto… - ¿¡me acaba de decir inútil?! 




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