Hasta lo que había sucedido en el día anterior, aquel no había sido un buen momento en el que Nico pudiera comprender lo que la situación ameritaba. Sin embargo, esto no podía ser la única cosa que podría llegar a ser un obstáculo que llegara hacer que todo se volviera un poco difícil de continuar hacía adelante.
Mientras que Felipe se sentía un poco feliz, después de haber logrado conseguir el participar en una actividad como lo que fueron el echar fuerzas contra Nico y ser testigo de como ella era alguien inquebrantable como se lo había imaginado, no podía esperar por lo que sería del siguiente día.
Conforme todo iba sucediendo en una completa confusión, en el cual no podían ni siquiera notar si todo lo que creían era verdad o no, María sólo podía pensar en que debía de ser algo que era bueno que sucediera en este momento a que empezara más tarde, en donde el daño podría ser mayor. Es por tal razón que, a pesar de cualquier pensamiento sobre lo que sucedió en un silencio en el cual las palabras no pudieron salir para nada, Weru y Nico parecían como si nada hubiese sucedido en la superficie, pero en su interior un montón de preguntas empezaban a surgir.
Weru, mientras caminaba entre los pasillos del instituto, dejó escapar un suspiro para luego detenerse por un momento y ver a un lado con murmullo en el cual decía – hasta… ¿De verdad que es lo que debería de hacer? No recuerdo nada de lo que sucedió en ese momento al ver por un momento aquella aula sospechosa. Sólo recuerdo haber sentido por un instante, no sé, algo como si tuviera que tener cuidado y mantenerme observando ese lugar y no perderlo de vista por ni un momento – siguió caminando hasta llegar al patio donde se encontraban ya varios estudiantes abarrotándolo mientras trataban de jugar todos al mismo tiempo. Weru, evitando que le dieran un pelotazo cuando uno de los que están jugando pateo la pelota y esta se dirigió hacia él. Esto parecía algo normal de por sí, pero en realidad había algo muy extraño. En el momento en que la pelota llego a chocar contra la pared, Weru logro notar que algo había salido de esta.
Uno de los que estaban jugando, grito – ¡ey, tú…! Pásanos la pelota – Weru, que estaba dudando entre hacerlo o no, al ser que noto algo raro en aquella pelota, terminó acercándose un poco a la pelota, pero no lo toco en lo más mínimo, al ver que él no lo pasaba y sólo se quedó mirando, volvieron a decir – ey, vamos, pásanos la pelota – pero Weru al acercar su pie un poco para patearlo, sintió como una leve descarga había llegado a pasar por su pierna.
Al estar ya seguro que en sí esto no podría ser nada bueno si el lo tocaba, no podía en ese momento retroceder y no pasarlo, pero ahora la cuestión era el ¿Cómo lo iba hacer sin tener que ser afectado por esa pequeña descarga que sintió sin siquiera haberlo tocado aún?
Weru, sin dudarlo más, pateo aquella pelota y se los regresó. Aquel que había gritado que lo pasara, dejó por un momento salir una pequeña muestra de su insatisfacción al ver que no había visto ni un tipo de resultado en Weru al regresarles la pelota. Es por ello que continuó con su papel en el cual no sería nada más que un jugador más entre aquella multitud de estudiantes.
Weru, sin decir ni una sola palabra, siguió caminando hasta salir del patio y dirigirse hasta el baño. Al no haber nadie a su alrededor, este dejó mostrar por un momento una expresión de dolor. Respirando profundamente, entró al baño como si nada hubiera sucedido. Miró por última vez que no hubiera nadie y se dirigió hacia el lavamanos.
Weru, apoyando sus dos manos en el lavamanos de tal manera que pudiera mantenerse de pie, levantó lentamente su mirada hacia el espejo en el cual podía verse a sí mismo un poco malherido. La expresión que ahora estaba poniendo, era de tal manera que reflejaba un inmenso dolor y su respiración parecía ser un poco agitada, como si él estuviera corriendo por tiempo y al fin se había detenido. En sus brazos se podía notar ligeramente el como estos contenía una gran fuerza que usaba para mantenerse de pie al apoyarse del lavamanos.
Al ser que sintió que ya no aguantaría más, lentamente se dio la vuelta mientras se desplomaba en el suelo. Weru no cayó al piso, pero si terminó sentado en el mismo. Ahora él se encontraba recostado en la pared debajo del lavamanos, su respiración aún no parecía regresar a la normalidad. Un poco frustrado, dijo – Arg… esto es un completo desastre, ¿Cómo pude ser tan tonto como para llegar a tocar esa pelota después de haber sentido que esta me había electrizado un poco? Aggggggg… este dolor si que es un poco difícil de… arggg… resistir, ggggg… si fuera alguien como Felipe, María o… si tan sólo fuera la mitad de bueno como Nico… quizás no estaría en esta situación o hubiera logrado conseguir alguna forma de salir ileso de esto – cerro sus ojos y puso al mismo tiempo la mano izquierda en el suelo como si se tratara de una forma de mantenerse firme en ese sitio y la derecha sobre sus ojos mientras hacía para atrás su cabeza.
Después de unos minutos, Weru al fin pudo sentir que todo había pasado, así que se levantó lentamente mientras se apoyaba del lavamanos. Teniendo en cuenta que había sido tan ingenuo en pensar que ahora ya podía hacer muchas más cosas de lo que antes lograría haber hecho, sólo pudo pensar – no puedo seguir de esta manera, de-debo de lograr conseguir una forma de hacerme más fuerte y evitar siempre terminar de esta forma. No siempre me podrán proteger… tampoco debo de ser una carga para los demás. Sólo debo de lograr conseguir una forma de poder pasar por todo este problema. Aunque en realidad, debo de decir que de verdad todo se ha puesto un poco más raro de lo usual desde ayer – respirando profundamente, miró su reflejo en el espejo.
Weru, mientras se daba cuenta que su mirada se miraba un poco apagada en ese momento, sintió que había algo que olvidó hace un tiempo pero que este a lo lejos quería poder salir nuevamente a la luz. En un parpadeo, lo que Weru vio mientras contemplaba aquel reflejo en el espejo fue a un niño en un día lluvioso. Este niño se encontraba perdido y se podía sentir el miedo aquel que tenía al no saber nada ni tener a nadie con quien hablar. El lugar en el que podía ver a ese niño era un poco difícil de entender, por un instante miraba un bosque oscuro y sombrío en donde la lluvia era tan fuerte que las lágrimas que derramaba aquel niño se mezclaban por completa con las gotas que caían, pero el escenario cambio tan bruscamente haciendo ahora ver al niño en un lugar completamente blanco y solitario. La ropa aquella llena de lodo que contaba el niño siendo estaba conformado por una playera roja y un pantalón de lona azulado, ahora era uno completamente blanco en aquel sitio de un blanco puro, pero que cambiaría a un atuendo militar en el mismo lugar y una sombría línea que se reflejaba en sus ojos.