Mientras se encontraba dando vueltas en su cama, miraba con ansias el reloj que seguía marcando la hora, para luego decir con un tono de aburrimiento – ahh… no puedo creer que de verdad no haya regresado, no puedo dejar de pensar que el día de hoy si ya va pasando la hora en que regresa habitualmente. Bueno, – se levantó y se sentó a la orilla de su cama y trató de ver sus zapatos para ponérselo – a veces es un poco… agh… no puedo creer que sea un completo tonto en ocasiones y se distraiga tan fácilmente – al ver que uno de sus zapatos estaba un poco más lejos, estiró su pie poder ponérselo sin siquiera tener que tocar el piso, la verdad, si no fuera porque estaba siendo un poco floja, se veía como ella llegaba a su zapato sin tanto problema para luego empezar a jalarlo con los dedos de su pie derecho hacía ella – pero no puedo decir que esté mal que ahora se pueda divertir con sus amigos, pero tampoco es que me sienta bien el tener que esperarlo en más de una ocasión en este cuarto todos los días. Bueno, puede ser que se deba a que hoy no hay clases y por eso es que lo siento más. Generalmente me vería y estaríamos haciendo alguna locura, leyendo algo o escuchando alguna historia inventada, aunque también es divertido ver alguna película o caricatura en la tele. Pero, siempre me dice que debo de salir un poco más con mis amigas – se puso su zapato derecho y luego el pie izquierdo lo dirigió ligeramente hacía debajo de la cama donde se encontraba el otro pie de zapato – pero no quiero estar mucho con ellas, ya que estuve hablando con ellas durante las clases cuando vamos al instituto, aunque debo de admitir que me han estado invitando a salir no sólo mis amigas, sino que algunos de los compañeros de la clase también me lo han dicho, lo cual es algo raro, sobre todo por la forma en que me lo dicen mis amigas, siempre que alguno de ellos me invitan, no falta que alguna de ellas empiece a decir algo como “Uuhhh…” o un “Ahhh…” y no entiendo que tiene que ver con su sonidito ese que por alguna razón es un poco molesto. Es como si todas esperaran algo de esto – pasando su mano suavemente en su caballo color negro azabache para que, con un ágil movimiento de manos, terminar amarrándoselo con una cola y así tener hecha una cola de caballo.
Ella, poniéndose de pie, se dirigió hacia la puerta de su cuarto y, antes de abrirlo, dijo con una dulce voz – Weru, si no te apresuras a venir, entonces iré a buscarte esta vez – y en sus ojos color café oscuro, un resplandor de emoción se reflejó, mientras una inocente sonrisilla se reflejaba en su rostro para luego decir con gran entusiasmo – ¡Vamos! – y con esto empezó a dirigirse hacia las gradas para luego bajar y ver que esta vez todo estaba silenciosa la casa, esto se debía a que todos habían salido y por eso no había nadie en ese momento.
Pero, mientras se detuvo por un momento y dirigió la mirada hacía un cuadro que estaba colgado con varias fotos en ella, quedó por un instante absorta mientras miraba en las que salía para sentir una cálida sensación en su corazón, esto era algo que le daba paz y, mientras daba un salto para terminar de bajar en las gradas pero de una forma un poco infantil, pensó por un instante – creo que debí de haberme puesto alguna otra ropa, pero bueno, creo que esto tampoco está mal, así que no puedo esperar a ver su cara que pondrá en el momento en que me vea y luego le reprocharé un poco diciendo algo como “¡Cómo es que aún estas afuera! ¿Acaso no vez que ya es tarde?” un poco enojada para que se asuste y después, bueno, si el ya había pedido permiso y era la única que no sabía sobre eso, ayyy… tendré que pensar en alguna manera de poder salirme con la mía si ese fuera el caso – y con esto continuó su camino. En realidad, lo que ella estaba usando era una playera color celeste, un pantalón un poco holgado, debido a que no le quedaba ajustado. Aunque fuera un poco mal el que fuera un color beige el color de su pantalón, pero por alguna razón le queda muy bien, ya que este no contaba con adornos innecesarios, ni tampoco es que fueran tan flojos como verse demasiado grande en ella. Por supuesto que su blusa estaba fuera del pantalón, lo que le hacía destacar un poco el sentido de ser alguien hogareña.
Mientras salía de la casa, no se olvidó de enviar por medio de un mensaje que regresaría más tarde y que iría a ver a Weru, a lo que le habían respondido que estaba bien, pero que no era necesario ya que de seguro estaba con sus amigos, por lo que era mejor sólo esperar a que regresara. Por supuesto que esto no era nada más allá de lo que había esperado, ya que en realidad si era un poco sobreprotectora con él, pero también podía tener una personalidad un poco ruda si se metían con ella sin sentido alguno, lo cual podría ser una muy mala idea.
Incluso, a pesar de ser aún una adolescente, puede lidiar con tantas cosas que la podrían volver ya una completa adulta, siempre que no se relaje por supuesto. Mientras caminaba por el vecindario, saludaba a los vecinos educadamente, esto era un principio que se le había inculcado desde que era niña, así que no era raro para ella el saludar, por supuesto que fuera del vecindario saludaba sólo más cuando son personas conocidas o si le saludaban si son desconocidos, ya que sabía que muchos no le responderían al igual que también puede haber un cierto resguardo al estar afuera, sobre todo cuando son personas sospechosas.
Pasando cerca al parque, decidió comprar un jugo en la tienda, mientras veía en la estantería que estaba detrás del mostrador varios jugos, pensaba – que me compro, ¿un jugo de manzana, de melocotón o de pera?, aunque creo que sería mejor uno de caja en lugar de lata, entonces no sería como uno Del Frutal, sino quizás ese que es Ducal, o un Fruvita… No, mejor me compro uno Del Frutal – con esto en mente, pidió al tendero que le diera un jugo de melocotón y una galleta CanCan.
Aunque se sentía un poco más tranquila que de costumbre, ella empezó a seguir caminando mientras comía y veía como los carros pasaban. El camino parecía estar un poco abarrotado en ciertas partes, más que todos eran lo que estaban cerca a los centros comerciales, pero eso no le molestaba para nada, sino que en ocasiones podía sentir que era algo increíble el lugar donde vive.