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La confesión de Nico

Después de las vacaciones, comenzaron el primer año de básico. Para Weru, era toda una hazaña hacer logrado entrar en el mismo Instituto que Nico. Durante las vacaciones, Weru tuvo que entrenar con María, para estar alerta ante cualquier situación. Pues, al no querer que sea revelado el secreto de Nico, Weru tendría que dar lo mejor de él para hacerlo. María estaría vigilando por cualquier emergencia, aunque Weru no entendía cómo le hacía con las clases, ya que tenía buenas notas.

Durante el primer día de clases, Weru se alistó para ir a los actos de inauguración. Estuvo toda la mañana revisando sus cosas, ya que estudiaba por la tarde, para no dejar nada. Al ver que ya todo estaba listo y, terminando de darse los últimos días toques, salió. Que sorpresa se llevó, al ver que Nico lo estaba esperando. Weru le preguntó - Nico, ¿qué haces aquí? -, Nico, - como es el primer día de clases y, como eres el único que conozco, a pesar de ser alguien problemático. Decidí que pasaría viendo si ya estabas listo para ir al Instituto -, Weru, - pero, no está muy lejos tu casa -, Nico, - no -, Weru, - ¿Cómo puede ser posible?. Si me llevo alrededor de unos cuarenta y cinco minutos para llegar -, Nico, - ha, de eso hablas. Pues verás, ya no vivo ahí. Ahora estoy viviendo allá - Weru vio que Nico le apunto la casa de enfrente.

Weru se quedó sorprendido y dijo - ¿desde cuándo? -, Nico, - desde la semana pasada. Acaso no te enteraste -, Weru recordó que su mamá le había dicho de unos nuevos vecinos, pero él no le prestó mayor atención. Weru, aún sorprendido, dijo - pero, me hubieras dicho desde antes de que ahora vives enfrente. Además, ¿cómo es posible de que no te halla visto -, Nico, - eso mismo me pregunto. Tal vez sea porque nunca sales de tu casa -, Weru, al sentirse mal por aquella respuesta, dijo - Ésta bien, mejor nos vamos sino se nos hará demasiado tarde -, Nico, - Sí, vamos -.

Al ser el primer día de clases, todos los de primero, no llevarían el uniforme. Por ello, Weru no dejaba de ver que todos los estudiantes iban con diferentes estilos, lo que hacía parecer que estuvieran en una pasarela. Al entrar, el establecimiento era muy grande. Weru se quedó admirado al ver el tamaño del lugar, ya que los exámenes de admisión los tomaron en unas de sus instalaciones especializadas para ello. Al ser un gran Instituto, contaba con varios establecimientos para sus diferentes usos, tanto dentro como fuera de sí.

Al entrar, no sabían hacia dónde debían de ir para la ceremonia de inauguración. Por tal motivo, estuvieron dando vuelta por un buen rato hasta encontrar a alguien que los llevara hacia allá. Al estar en el salón donde se llevaría a cabo los actos, intentaron hablar con otros estudiantes. Pero, a pesar de intentarlo, parecía que la mayoría era muy reservada o arrogante. No les fue posible hablar con alguien antes de que empezara todo. Weru y Nico, sin haber logrado tener éxito, se sentaron. Al haber tomado lugar, Nico le dijo - Ja ja ja. No puedo creer que no hallamos logrado nada, al parecer, será muy difícil poder encontrar amigos -, Weru, - Ja ja ja, tienes razón, pero lo lograremos. Además, apenas estamos comenzando el año -, Nico, - Tienes razón pero, fue divertido ver las caras que ponían algunos. Parecía como si estuvieran listos para luchar o si fueran a terminar con ellos -, Weru, - Tienes razón. Si te distes cuenta, incluso algunas compañeras pensaron que sólo intentamos coquetear con ellas -, Nico, - eso si. Aunque no creo que tuberías tenido ninguna oportunidad -, Weru, - no seas así. Eso es por que, al no ser alguien tan popular como lo eres, no es tan fácil - Nico, - yo no podría coquetear con ninguna de ellas -, Weru, - no presumas. Incluso, sin intentar hacerlo, ya tenías a dos preguntando por si se podían ver más tarde -, Nico, - yo nunca haría algo así. Nunca me voy a fijar en una mujer -, Weru, -! Por qué? -, Nico, - este, eso no interesa en este momento. Además, ya va a empezar -. Y de esta manera empezó su primer día en el Instituto Jac Arb.

Al regresar a sus casas, Weru y Nico venían hablando de lo que les gustó y no del primer día. Venían riendo y bromeando en todo el camino. Weru pensaba que sería un gran año y, si continuaban sus días como siempre, no tendrían que preocuparse por nada. Lo que le parecía extraño fue que, durante las presentaciones y recomendaciones que les dieron en el aula, les dijeron que no tendrían que llevar el uniforme hasta que ellos les avisara. Pero no le prestó mayor atención, mientras pudiera hacer que Nico lograra tener una vida normal, no importaba mucho los pequeños detalles.

Al haber llegado a su casa, se dirigió directo a su habitación. Después de un rato de haber llegado, empezó a sonar su teléfono. Weru pensaba, al escuchar sonar su teléfono, - ¿Quién podrá estar llamando?. No recuerdo haber dado mi número a nadie aún - respondió - hola -, desde el  teléfono, - hola Weru. Te quería felicitar por tu primer día de clases. Y ¿Qué te pareció? -, Weru, - ¿Quién es? -, desde el teléfono, - que malo eres, cómo no puedes reconocerme -, Weru, - disculpe, pero no sé quién sea -, desde el teléfono, - soy María -, Weru, - ¿María?, ¿cómo obtuviste mi número? -, María, - no hay nada que no pueda conseguir -, Weru, - ¡qué!. No lo hagas, respeta un poco la privacidad de los demás -, María, - de todas maneras, habrías tardado bastante en darme tu número -, Weru, - tienes razón pero, bueno, qué es lo que quieres -, María, - quería decirte que muy pronto comenzaremos con nuestro verdadero entrenamiento -, Weru, - ¿entrenamiento? -, María, - así es. Debemos de estar preparados para cualquier problema que pueda darse, si es que queremos que Nico continúe teniendo una vida tranquila -, Weru, - está bien, sólo dime dónde y ahí estaré -.

Unos días después de la llamada, se juntaron para comenzar la práctica. El punto de reunión fue el cuartel, ya que ahí no se daría cuenta Nico. Para que poder estar preparado ante todo, María le enseñó a Weru lo básico acerca de cómo le avisaría si fuera necesario entrar en acción. Pero, sin falta alguna, Weru tuvo que aprender a controlar mejor cada uno de sus movimientos, para volverse ágil. Ya que le hacía falta bastante entrenamiento, lo puso a hacer un arduo ejercicio. Tuvo que tratar de poder manejar cualquier situación que se diera. Para ello, por medio de simulaciones, le mostró como debía de defenderse ante el enemigo. Por supuesto, esto no lo lograría en un sólo día, por lo que tendrían que practicar todos los días que fuesen necesarios. De esta manera comenzó el entrenamiento de Weru.




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