Jacob corrió a su lado tratando de tranquilizarla.
— Hey tranquila, tranquila
—Jacob tenemos que salvarla por favor— suplica Tracy muy desesperada. Ethan se pone a su lado tratando de tranquilizarla también.
— Shh Tracy está bien tranquila— Tracy solo empezó a llorar más fuerte.
— Ethan por favor necesitamos salvarla oh...— se quedó callada.
— ¿Oh que?— pregunta Ethan conteniendo las lágrimas que comenzaban a acumularse.
— Alex morirá— dice muy seria y la lágrima que Ethan contenía resbaló por su mejilla.
ETHAN
Alex morirá. Esas dos palabras hacen que mi corazón quiera dejar de latir. Alex no puede morir, no dejare que eso pase.
Sentía como mis mejillas se humedecen de las lágrimas y con mis manos comencé a jalar de mi cabello con desesperación; quería gritar.
Si tan solo lo hubiera admitido Alex estaría en mis brazos...necesito encontrarla.
Me acerque a Tracy de manera cuidadosa para no exaltarla limpiando sus lágrimas y calmado le pregunté.
— Tracy tranquila, hallaremos Alex, pero dime... ¿Qué fue lo que viste?
Ella asintió ahogando un sollozo.
— Lo que vi... no estaba claro, estaba oscuro, pero era como un sótano. El olor a mugre y humedad... lo recuerdo demasiado bien— su cuerpo tembló — Era como si estuviera dentro de su cuerpo. Desperté amarrada... a lo que parecía ser una camilla pero toda de metal— trago saliva con los ojos llorosos — Tenía mucho sueño, apenas podía mantener los ojos abiertos, pero lo peor era el dolor en el cuerpo, de inyecciones insertándose en mi piel.
— ¿Algo más? — pregunta Noah.
— Había un hombre... parece que se llama ...Will— cuando dijo su nombre un escalofrío pasó por todo su cuerpo haciéndome temblar un poco.
Los chicos y yo quedamos paralizados, ese nombre lo conozco.
Noah, Jacob y yo nos volteamos a ver preocupados y eso significa que es justo en el que pienso.
— ¿Ustedes lo conocen? — pregunta Tracy.
— Emm...si Will era amigo de la familia— Noah no me dejo terminar.
— Pero descubrimos que el mató a varios de su manada y de otras— Jacob lo interrumpió.
— Y nuestros padres lograron exiliarlo del consejo de lobos— ellas nos miraron aturdidas los chicos nos miramos muy preocupados porque sabemos que Will es capaz de todo, y eso es lo que más temo.
ALEX
Debía usar toda mi fuerza de voluntad para poder abrir mis ojos, pero la luz cegadora de la lámpara encima mio y el dolor en todo mi cuerpo me lo hacía muy difícil. Todo alrededor está oscuro; intento levantarme pero las sogas sujetándome me lo impiden.
Me doy cuenta de que estoy atada a una camilla de metal para nada cómoda aumentando el dolor en mi cuerpo. Con la mirada trato de buscar algo con que salir de este lugar siniestro; algún objeto filoso para cortar las cuerdas o tal vez una botón o interruptor que puede liberarme.
No puedo seguir buscando mi escape cuando de la oscuridad aparece Will de repente sacándome un susto. Él sonríe en forma de burla y se acerca más a mi.
—Al fin despiertas preciosa— dice el caminando hacia mí.
—No me llames así — dije, pero el ignoró mi comentario y con su mano forzó mi cabeza hacia un costado dejando ver la marca que me quedó cuando el me ensarto la jeringa y pasó sus dedos encima de ella tratando de no poner mucha presión cuando apartó los dedos vi que tenía algo de sangre y mis ojos se abrieron como platos cuando vi que se lo metió a la boca saboreando mi sangre.
¿¡Y este que se cree vampiro o que!?
— ¿Qué fue lo que me hiciste? — pregunte con voz baja ya que el temor no me deja hablar, pero lo suficiente para que me escuche, el solo sonrió y rodeó la mesa hasta quedar del otro lado de ella.
— Alex sé que quieres respuestas... y tranquila te las daré, pero primero yo necesito repuestas —dijo y luego volteo a ver a la puerta y por ella entraron una clase de científicos creó, pero muy escalofriantes, traían una bandeja llena de cuchillos y jeringas y comencé a desesperarme.
Mi respiración se acelera y me movía tratando de zafarme, pero me era imposible.
— Shh, tranquila solo necesito muestras de tu sangre,no te matare,por lo menos,no ahora— dijo tomando mi muñeca con brusquedad acercando la jeringa a mi ante brazo y aunque trataba de zafarme, no podía.