ALEX
¿Mate?
¿Yo mate de Ethan?
¿Cómo es eso posible siquiera?
¿Él no puede?
¿Yo no puedo?
¿¡Qué diablos está pasando con mi vida!?
No entiendo como yo puedo ser el mate de Ethan si apenas le importo o al menos eso es lo que él me ha demostrado.
El es uno de los mejores chicos que he conocido y es verdad que el único que en verdad me ha atraído de una manera que jamás me había pasado, pero... solamente no tiene sentido. El jamás podrías aceptarme como su alma gemela.
—Alex — la voz de Ethan provoca que vuelva a la realidad—Yo-
Will lo interrumpe.
—Entonces no quieres admitirlo... bueno qué tal si hacemos esto más interesante— él les hace señales a los hermanos Hathaway para que se acercaran... a mí.
— ¿Qué le vas a hacer? — pregunta Ethan tratando de zafarse de las sogas.
Un inmenso miedo comienza a atravesar mi cuerpo cuando los veo acercarse, las imágenes horrorosas pasan involuntariamente por mi mente y quería zafarme de las sogas con desesperación. No creo aguantar esto más.
— ¡No por favor!
ETHAN
—¡No por favor! — volvió a repetir ella.
Angustia invadía todo mi cuerpo, ver que en su rostro solo reflejaba miedo y desesperación me infiltro un miedo tremendo en mi pecho que me comenzó a doler. Movía la silla como loco, pero no lograba librarme de las sogas que me tenían atado evitando que me moviera un centímetro hacia la mujer que en este momento me doy cuenta que es la mujer de mi vida.
Me ardía la piel cada vez que intentaba romper las malditas sogas que están bañadas en wolfsbane quemando mi piel.
— ¿¡Qué le vas a hacer Will!?
—Ya verás.
El bastardo ignora a oídos sordos mis gritos mientras mantenía la mirada pegada en ella. Lágrimas empapaban el rostro de Alex y el miedo en sus ojos me estaban matando, necesito sacarla de aquí ¡Rápido!
Los hermanos Hathaway se acercan a ella con una bandeja llena de jeringas y cuchillos, uno de ellos con una jeringa se la ensarta en el cuello haciéndola gritar. Al oír su grito sentí algo romperse en mi interior.
Otro de los hermanos tomó un cuchillo y le toma el brazo a Alex y comienza a hacer cortes en su antebrazo.
La habitación se llenaba con los gritos de Alex, agitaba y agitaba la silla tratando de zafarme, pero me era imposible. El wolfsbane que entraba a mi sistema a través de la soga me volvía cada vez más débil.
— ¡DEJALA!
Lagrimas recorrían mis mejillas, es un infierno ver como la torturan.
— ¡YA BASTA, YA BASTA POR FAVOR! — y esta vez Will si me hizo caso, le indico a los científicos que pararan y se acercó a mí.
— ¿Quieres que pare con su sufrimiento? — pregunta el muy cerca de mi rostro. Voltee a mirar a Alex quien tenía la respiración débil y no dude en asentir. Él hizo un movimiento con la mano y los científicos le entregaron un cuchillo y él lo baño en un líquido que por su olor supe que era Wolfsbane y después se la entregó a uno de ellos quien rápidamente se acercó a Alex y se la ensarto en el pecho.
— ¡NO!
El rostro de Alex se volvió pálido y un pequeño chillido salió de sus labios. Mucha sangre se derramaba por su boca y nariz y su respiración debilitándose cada vez más.
Esta vez busqué fuerzas donde no tenía y movía la silla como loco queriendo acabar este infierno, pero, aunque logre moverla no logré zafarme.
Y en ese instante pasa la peor imagen de mi vida, Alex cierra sus ojos y no puedo escuchar su corazón latir más.
La ira y el dolor me invade y sin ningún control me convierto en hombre lobo logrando romper las sogas. Un rugido se escapa de mi pecho lleno de dolor y angustia.
Tomó la silla y la tiró al suelo agarró la estaca y se la ensarto a Will en su pecho. Su tibia sangre cae en mis manos y entierro más la estaca haciendo que un chillido salga de él y luego de unos segundos miró con ira directo a sus ojos mientras el deja de respirar y lo dejó caer al suelo. Miro mi mano llena de su sangre volteó a ver a Alex ahora tirada en el suelo corro me arrodillo a la par de ella y con mi brazo la acercó a mí volviendo a transformarme en humano.
Su sangre mancha mi camisa, pero no me importa, la quedo viendo unos momentos y ni siquiera me doy cuenta que estoy llorando pero la acercó más a mí y la abrazo fuerte, sollozos salen de mi boca. Huelo su cabello dejó que su espléndido aroma inunda mis fosas nasales.
—Perdóname Alex... lo lamento tanto — solloce dejando que las lágrimas fluyeran.
No tengo idea cuando tiempo pasa, pero la sigo sosteniendo en mis brazos. No quiero, no aceptaré que ella está muerta. Ahora que sé que ella es mi alma gemela no dejare que me la quiten.
Los hermanos Hathaway fueron responsables de su muerte y es su deber revivirla.