Juntos

Vuelvo a reír y volteo mi mirada a la recepcionista que no se rinde con el coqueteo.

— En unos minutos el doctor la atenderá — dice mientras abre más su escote.

—Gracias.

Dije y me dirigí hasta donde Alex ahora más relajada, pero veo tensión en sus hombros, coloco mi brazo alrededor de ellos y ella los relaja, me acerco a su oído.

—Me encanta verte celosa — ella se sorprendió, pero sonrió por mi comentario.

—Pues acostúmbrate — dijo y los dos reímos al unísono, iba a decir algo, pero.

—Alex Murphy — la llamó la recepcionista, ella la volteo a ver y su sonrisa desaparece y de mala gana se levanta alejándose.

Pero la tomo de la mano y la jalo hasta a mí conectando mis labios con los suyos y ella no dudo en corresponder, dios jamas me cansare de sus labios. Me aleje y ella sonrió y se fue con esa sonrisa ignorando por completo a la recepcionista que tenía la boca entreabierta por la envidia.

(...)

Pasaron treinta minutos y Alex aún no regresa y me preocupa mucho, una enfermera se acercó a la sala de espera.

— ¿Tracy Murphy?

—Soy yo — dice Tracy levantándose de su asiento.

—Acompáñeme por favor— y Tracy la comienza a seguir, me preocupe aun más por Alex.

Tracy se detuvo en seco y me volteo a ver y con la mano me indico que la siguiera, me paré de golpe y la seguí.

Llegamos a la habitación 230 al abrir la puerta vimos al doctor diciéndole algo a Alex, pero ella miraba al suelo.

—¿Qué pasa? — pregunta Tracy atrayendo la atención del doctor.

—Señorita Murphy lamento decirle que el asma de Alex es muy grave, por no haber tratado el problema antes.

Quería gritarle que antes Alex era una mujer lobo y no podía tener asma, pero decidí relajarme.

—Alex se quedar unos días para tratar de reducir el asma... pero si no lo logramos.

Porque siempre hay un maldito, pero.

—¿Qué doctor? — pregunta Tracy.

— ... el asma matara a Alex lentamente—el mundo se me cae encima, volteo a ver a Alex ella sigue mirando al suelo detesto verla así. Me acerqué a ella y entrelacé mi mano con la de ella y con el otro tome su mentón levantándole el rostro obligándola a verme a los ojos.

—Tranquila lo superaremos— le digo.

— ¿Como?

— Juntos.

Dije y ella sonrió y se levanta para abrazarme que con gusto correspondo.