Venganza

—¿Qué le pasará? — pregunta Jacob.

—Eso quiero saber— dice Megan.

—Y porque no averiguar— digo alejándome y caminando con paso rápidos cada vez más rápido hasta que me encuentro corriendo a velocidad sobrenatural, veo al venado que sigue corriendo, pero en cuestión de segundos desaparece.

Fue como si desapareció en el aire, sigo caminando buscando con la mirada en cada rincón que mi visión puede alcanzar a ver y nada. Pero un olor peculiar y asqueroso me marea, cuando doy media vuelta para regresar me encuentro a un chico de piel pálida y perfecta tiene unos ojos grandes de color carmesí hipnotizante pero el corazón se me acelera a mil cuando veo que alrededor de su boca y pecho está lleno de sangre.

El olor es el mismo que el de hace rato. Por instinto comienzo caminar hacia atrás y el camina hacia a mi sin perder la misma distancia y mantiene una sonrisa sínica y pícara en el rostro.

—No te acerques— logró articular.

Siento como las vibras malas que salen de él me invaden a mí y un horrible nudo en la garganta que no me deja hablar claramente, mi corazón bombea sangre tan rápido que hasta puedo escucharlo, siento como mi cuerpo quiere huir desesperadamente pero no hace más que caminar hacia atrás.

—¿Tu mataste al venado? — me esfuerzo a preguntar, el esboza una sonrisa para nada bonita.

—De hecho, si, y admito que estaba delicioso — él sonríe como si se tratara de un niño que acaba de comer un dulce.

—Me pregunto a qué sabrás tú— en ese instante mi espalda choca con pino y cuando estoy a punto de salir corriendo el me encierra entre sus musculosos brazos, está tan cerca que puedo oler su respiración con olor a sangre.

—¿Quién eres?

—Tu peor pesadilla— el ríe y su risa me da escalofrío por todo el cuerpo.

—¡Alex! — escuchó la voz de Ethan llamarme no muy lejos de donde estoy.

—¡Ethan! — grito lo más fuerte que puedo que me desgarra la garganta, pero el chico me tapa la boca con su mano que está manchada de sangre.

—Shh no hagas ruido, de todos modos vendrá— porque no le preocupa que el venga.

En cuestión de segundos Ethan aparece preocupado, cuando ve la escena su mirada se torna a furia y se acerca a toda velocidad y derriba al chico, me toma de la mano y comenzamos a correr, pero el aparece enfrente de nosotros bloqueando el paso.

—Oh no todavía no se vayan.

—¡Hazte a un lado imbécil! — escupe Ethan.

—Oh Ethan, cuida esa boca.

—¿¡Qué es lo que quieres!? — preguntó sin poder ocultar mi desesperación, este tipo si me da mala espina.

—Venganza.

—¿Por qué? — pregunta Ethan.

—¡Porque ustedes son la razón de que mi padre esté muerto! — ladra él.

Mi cabeza da vueltas y mi respiración es más rápida.

—Estas diciendo que-que tu padre era-

—Will— afirma Ethan igual de atonado que yo o quizás más.

—Y voy a vengar su muerte—cada palabra llena de ira y luego hace una risa llena de malicia.

Esto va a ser peligroso

Y me gusta el peligro.