Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 28

El Clan Tora

En una zona llena de rocas de gran tamaño, donde las abundantes hojas de los árboles, —que estaban tornándose marrones desde hace unos días—, tapaban casi completamente la luz de la luna, un lobo de pelaje marrón rojizo caminaba en círculos frente a su cueva. Pronto se detuvo y alzó la cabeza, abriendo lentamente el hocico para iniciar un aullido.

—¡Jefe! —exclamó una voz grave, perteneciente a un macho café oscuro que aparecía por un lado de la cueva. El líder lo fulminó con sus peculiares ojos: uno amarillo y otro violeta—. Sé que he interrumpido su aullido, y que me había ordenado que fuese a dormir. Sin embargo, tengo noticias que seguramente querrá escuchar. Ya he descansado un poco desde que llegué, ahora por favor póngame atención —pidió con seriedad.

—Adelante —ordenó con un gruñido—. Más te vale que sea importante de verdad.

—Estuve en el otro lado del bosque —empezó mientras se sentaba frente a su líder—. Buscaba a una joven que escapó de mis garras, y de pronto me encontré con otros dos jóvenes. Uno de ellos intentó atacarme, tuve que marcharme de allí porque ellos tenían la marca de humanos, lo más probable es que hubieran cazadores cerca. Obviamente los amenacé con que algún día mi clan los hallaría y les daría su merecido.

—¿Y eso qué? No me interesa saber tus aventuras con lobos y cazadores —espetó el de pelaje rojizo.

—Perdóneme, iré directo a lo que debía contarle —dijo para luego proseguir—. Esos dos jóvenes tenían pelajes que recuerdo haber oído antes. El macho era marrón claro, con las orejas negras y una línea café en el cuello y la espalda; la hembra era idéntica a Sora, de pelaje gris oscuro azulado, si no fuese por sus ojos, tal vez la habría confundido con la pareja de Takeshi. Ambos tenían ojos celestes.

—¡Los hijos de Takeshi! —exclamó el lobo con asombro—. Koji los describió detalladamente, pues los vio al irrumpir en la guarida de Takeshi —recordó frunciendo levemente el ceño—. Si lo que dices es cierto, entonces esos dos siguen vivos.

—Estoy seguro de lo que vi —aseguró él—. Estuvieron vivos todo este tiempo, ¡junto a los humanos! —bufó con desagrado.

El ruido de alguien acercándose velozmente hizo que los dos movieran las orejas y observaran en dirección a donde provenía el sonido. Un tercer lobo se hizo presente entre dos enormes piedras. Era de pelaje negro, y su cuerpo estaba cubierto de heridas de batalla. Este frenó frente a la cueva, al lado de Sawyer, y se sentó, sin poder parar de jadear.

—¿Qué sucede, Veyron? —preguntó el líder con preocupación bien disimulada.

—Takeshi volvió. —Tomó una gran bocanada de aire para poder continuar—. Apareció al alba y comenzó a atacarnos, los de su manada empezaron a revelarse. Poco después llegó Tsume y otros dos que, por sus pelajes, supongo que eran los hijos de Takeshi y Sora. Hemos perdido el territorio de los guerreros lunares, y con él a nuestros prisioneros —informó cabizbajo—. Hirieron gravemente a Ren —añadió.

—¡Eres un inútil! —gruñó el macho rojizo—. ¿Cómo dejaste que nos ganaran?

—Sawyer —rezongó el líder mostrando los colmillos. Se dirigió nuevamente al guerrero negro—. ¿Nadie murió? ¿Dónde están los demás?

—Todos siguen con vida, llegarán pronto. Me les adelanté para informarte rápido —contestó Veyron mirando de reojo a su compañero—. Luchamos lo mejor que pudimos, pero eran muy fuertes. Tsume me inmovilizó y no tuve más opción que anunciar nuestra retirada. —Volvió la vista hacia el lobo que se hallaba sobre la roca plana donde estaba la cueva—. Querían hablar contigo, pero me negué a traerlos.

—Bien hecho —felicitó el líder con una sonrisa que se asemejaba a una mueca. Luego les dio la espalda y se sentó—. Seguramente los guerreros lunares intentarán detenernos otra vez.

—¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó Sawyer bastante inquieto y enojado.

—Takeshi estará buscándome, esperaremos a que caiga en nuestras garras —dijo con tranquilidad—. Ahora somos más y le costará acabar con nosotros. Por esta noche no nos moveremos, mas a partir de mañana nos concentraremos en la conquista de las manadas del bosque, antes de que Takeshi las reclute. En alguna oportunidad que tengamos, lo atraparemos —anunció con una maliciosa sonrisa antes de internarse en su oscura guarida—. Márchense a dormir.

Ambos se dieron la vuelta para ir a los sitios donde acostumbraban dormir. Sin embargo, sobre una gruesa rama de un roble, un desconocido de pelaje rojizo oscuro, con particulares rayas negras, había estado espiándolos durante su plática.

...



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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