Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 2

Un encuentro con cazadores

—No deberías tratar de esa forma a alguien que está intentando ayudarte —dijo el lobo, sin mostrar ninguna señal de miedo ni dolor ante la mordida de Makoto.

La cachorra reconoció aquella voz y lo soltó de inmediato.

—Tsu... ¡¿Tsume?! —exclamó la cachorra muy sorprendida y un poco avergonzada por lo que había hecho. «Es extraño, está cubierto de sangre y su olor no es el mismo» pensó Makoto.

—¿No me habías reconocido? —preguntó con una leve sonrisa en su rostro.

—N...no... —respondió la cachorra moviendo sus orejas levemente hacia atrás.

En ese instante se escuchó un grito que provenía muy cerca de donde los dos lobos se encontraban. Al escucharlo, la sonrisa de Tsume desapareció y su mirada se volvió fría.

—Hay que irnos de aquí —dijo al mismo tiempo que comenzaba a correr alejándose del territorio de la manada, mientras aún llevaba a Makoto con su hocico.

—E...espera Tsume, ¿dónde está Kyouya?

—Nos está esperando del otro lado del río —respondió con un tono serio.

—¿Por qué Kyouya está allá? ¿Qué está pasando? —preguntó Makoto confundida.

—Vamos a vivir en un nuevo lugar, toda la manada se dirige hacia allá en este momento. Nuestro nuevo hogar será al otro lado del río, el líder se ha adelantado para asegurarse de que todo esté en orden cuando lleguemos.

—¿Y cómo es ese lugar? ¿Es grande? ¿Es lindo? —La cachorra no paraba de hacer preguntas, tenía mucha curiosidad por saber a donde irían a vivir.

—Deja de hacer tantas preguntas pequeña, lo verás cuando lleguemos.

—Je... bueno —Makoto sonrió y comenzó a imaginar como sería su nuevo hogar. Imaginaba un enorme campo rodeado de árboles, con muchas presas para cazar y un pequeño lago con agua cristalina. En medio de dos árboles, estaría la cueva donde ella dormiría con su madre y al lado estaría la cueva de Kyouya. Así era como ella lo imaginaba todo. Mientras pensaba en su nuevo hogar la cachorra soltaba de vez en cuando una leve risa, la cual provocaba que Tsume la mirara con un poco de curiosidad por saber la causa de su risa.

...

Llevaban un buen rato corriendo, las patas de Tsume empezaban a cansarse, este decidió soltar a la cachorra y sentarse para descansar un momento. Makoto estaba un poco preocupada después de ver a Tsume tan agotado, pues, al ser uno de los guerreros de la manada, era muy fuerte, resistente y veloz, podía recorrer distancias más largas de la que acababan de recorrer sin cansarse. Makoto se sentó frente a Tsume y fue ahí cuando notó que algo no andaba bien, una de las patas delanteras de Tsume, la izquierda, tenía una grave herida que estaba sangrando.

—Tsume... estás sangrando.

—¿Eh? —El lobo miró la pata donde se encontraba la herida, era eso lo que le causaba aquel dolor que le impedía seguir corriendo. Sin embargo, no le agradaba la idea de mostrar su debilidad frente a un cachorro, así que se levantó sin darle importancia a su herida—. No es nada, sigamos nuestro camino —dijo y comenzó a caminar seguido por Makoto. A pesar del gran dolor que sentía, él no cojeaba ni se quejaba.

Aún era de noche, los dos lobos seguían su camino hacia el río. Cada vez se acercaban más y ya podían escuchar el sonido del agua.

—¡Ya vamos a llegar! —exclamó Makoto muy alegre.

Antes de que pudieran acercarse más al río, un enorme animal salió de los arbustos. Makoto se impresionó al ver a aquel animal, pues nunca había visto uno igual a ese.

—¿Qué... qué es esa cosa? —preguntó la cachorra mientras retrocedía un poco.

—Es un oso... —contestó Tsume. Él era un experto en cazar osos, por lo tanto no sentía miedo al ver uno frente a él. Sin pensarlo mucho, el lobo gris se abalanzó sobre el oso clavando sus filosos colmillos en su espalda, lo había atacado para proteger a la pequeña cachorra que lo acompañaba. El oso, al sentir la mordida de Tsume, se giró bruscamente haciendo que el lobo cayera al suelo, pero este logró caer de pie gracias a su agilidad.

—Yo no soy tu enemigo, lobo. El verdadero enemigo pronto aparecerá —dijo el oso para luego irse corriendo rápidamente.

«¿A qué se refiere con que el verdadero enemigo pronto aparecerá?» Tsume estaba algo confundido por las palabras del oso.

—¿A dónde se ha ido? —Una extraña voz asustó a ambos lobos. Tsume supo de inmediato de quien se trataba, era un humano, probablemente un cazador. En poco tiempo el propietario de aquella voz apareció cerca de los lobos, pero al parecer no notó de inmediato la presencia de estos debido a la oscuridad. El humano llevaba un rifle en su cinturón. Este no era el único, había otro mucho más cerca, y ya había visto a la lobezna.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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