Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 13

Todos los nombres tienen un significado

En el interior del bosque, la loba de pelaje oscuro caminaba a paso lento pero seguro. Miraba cada detalle del sitio donde se encontraba, para así tal vez localizar algo que le fuera conocido y pudiera guiarla hasta el lugar que buscaba.

—Definitivamente no conozco esta zona —dijo para sí misma luego de observar con atención aquella parte del bosque.

Sin abandonar sus esperanzas, continuó con su camino. Habían pocos animales en donde ella estaba. Solamente se veían algunas ardillas en los árboles y uno que otro pájaro volando o posado en una rama. Esto no era muy bueno para Makoto, pues no veía a ningún animal con quien pudiera comunicarse para que este le ayudara a encontrar el río más rápido. En su mente se preguntaba que debería hacer ahora. En ese momento recordó algo importante, al llegar a la ciudad cayó por una colina, lo que significa que antes de ingresar a la ciudad ella se encontraba tras esa colina. Sin embargo, cuando se despidió de la familia de Jess, entró al bosque por una zona sin ninguna colina, y con muchos árboles. Empezó a suponer que el lugar por donde había llegado no era el mismo por donde había salido. Ahora no estaba segura si el camino por el cual iba era el correcto.

La joven loba se detuvo y respiró profundamente. Quería mantener la calma a pesar de que la frustración y las dudas empezaban a crecer dentro de ella. Un grito hizo que el intento de Makoto por mantenerse tranquila fracasara. Sonaba como alguien pidiendo socorro. La joven guerrera lunar siguió los chillidos que comenzaron a escucharse después del grito. Se acercaba lentamente y con mucha preocupación, teniendo en cuenta que podría estar esperándole algo malo si llegaba al lugar de donde se oían los chillidos.

Cuando se acercó a un gran arbusto, pudo sentir un olor a sangre. Los pelos de su espalda se erizaron de inmediato y comprendió que el animal que había dado ese grito y esos quejidos de dolor se hallaba tras ese arbusto, probablemente sangrando.

Makoto entró un poco en el arbusto, sacando parte de su rostro por el otro lado. Logró ver a una loba blanca echada sobre el césped, esta tenía una pequeña herida sangrando levemente cerca de su oreja derecha y otra que estaba en su pata derecha, también de esa salía sangre en cantidades no muy grandes.

—Hey, ¿te encuentras bien? —susurró la loba de pelaje oscuro sin salir completamente del arbusto.

La desconocida detuvo sus chillidos al escuchar aquella voz. Al sentirse amenazada comenzó a gruñir. Solo alcanzaba a ver dos puntos azul celeste brillantes y parte del hocico de Makoto que sobresalía de las hojas del arbusto.

—¿Qué vas a hacerme? ¿Me harás daño al igual que él? —preguntó la loba mientras gruñía y se levantaba con dificultad.

—¿De quién hablas?

—Ese lobo que me atacó, ¿vienes con él o no?

—No. Yo no pienso atacarte.

—¿Cómo confiaré en alguien que ni siquiera logro ver con claridad?

La loba miraba fijamente hacia el arbusto, mostrando levemente sus colmillos. Estaba preparada en caso de que tuviera que defenderse.

Makoto salió lentamente de su escondite, hasta quedar totalmente a la vista de la otra loba. La desconocida miró detenidamente a la joven loba. Tenía un pelaje gris oscuro con toques azulados y unos ojos azul claro. También observó el collar gris que esta llevaba en su cuello. Se quedó enmudecida por unos segundos para luego suspirar aliviadamente.

—Lo siento. Realmente creí que podrías hacerme daño, pero ahora que te veo, tú pareces ser inofensiva y de la misma edad que yo.

Makoto sonrió levemente y al contemplar mejor a quien se hallaba frente a ella, pudo confirmar lo que esta dijo.

—Es agradable conocer a alguien de mi edad —dijo Makoto con un tono dulce.

—Lo mismo digo —sonrió y luego se quejó un poco por el dolor que venía de su pata.

—¿Por qué ese lobo te lastimó? —El tono de la joven se tornó más serio.

—No entendí por qué, pero él era bastante violento.

 

Todo ocurrió mientras Makoto caminaba cerca de aquel lugar. La loba blanca estaba algo delgada y hambrienta, por lo tanto decidió cazar algún animal. Un conejo lo suficientemente grande como para llenar el estómago de dos lobos pasó por ese lugar. La loba no lo pensó dos veces y corrió tras el roedor. Este era un poco lento, ya que su peso le impedía desplazarse velozmente.

—¡Lárgate, esa es mi presa! —gritó un lobo adulto mientras se interponía entre la loba y el conejo.

—¿Por qué es tuya? ¡Tú no estabas aquí cuando apareció, es mi presa! —protestó.

—No mientras chiquilla. Si yo digo que es mía, lo es —gruñó para luego golpear a la joven loba tan fuerte como para hacerla rodar hasta un árbol y lastimarse cerca de su oreja derecha tras el impacto.

—Agh... —gimió. Luego vio como el lobo sonreía maliciosamente al mismo tiempo que se le acercaba enseñando sus dientes—. A... ¡ayuda! —gritó con fuerza de modo que se escuchara a metros de distancia.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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