Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 15

Capturando a la ladrona de comida

Las dos amigas se quedaron mirando fijamente al lobo. El cambio de actitud repentino que este tuvo las puso un poco nerviosas. El mayor no logró mantener su actitud amenazante, pues por un instante sus patas temblaron levemente, permitiendo que las lobas sintieran el temor que emanaba de quien recientemente las había ayudado.

—Hacerte el intimidante no es lo tuyo —dijo la loba de pelaje más oscuro, alzando una ceja y con una sonrisa algo burlona.

—Además no es bueno ayudar solamente para exigir algo a cambio luego —agregó Ice.

La sonrisa maliciosa del lobo se desvaneció tan pronto como las lobas comenzaron a hablar. Él agachó su cabeza y sus orejas.

—Lo sé. No soy bueno para atemorizar a nadie, siempre soy yo el que termina asustado —admitió—. Es por eso que las necesito a ustedes.

—¿Para qué nos necesitas? —preguntó Ice mientras caminaba alrededor de aquel lobo con una mirada interrogante.

El lobo seguía con su mirada a Ice.

—Hay una loba que ha estado siguiéndome, les agradecería si se deshicieran de ella.

Ice se detuvo, quedando a un lado del lobo.

—¿Por qué deberíamos hacerlo?

—Lo que pasa es que... —se quedó en silencio por unos segundos, en ese tiempo sus ojos se pusieron llorosos y apretó sus dientes con rabia—. ¡Ella se roba mi comida!

—Pero no te quitó ninguno de los pescados que atrapaste hace poco —dijo Makoto.

—Quizás no le guste el pescado, porque nunca me ha arrebatado uno. Aún así los peces son muy poco para mi, no importa lo sabrosos que sean ni la cantidad que coma, no son suficiente para saciar mi apetito, además no siempre hay varios de esos en el río. Yo debo comer carne de venado, de alce o de animales como esos, pero cada vez que cazo uno, ella aparece y se lleva mi presa. —Cuando acabó de explicar su situación, suspiró y volvió a apretar sus dientes.

Al ver la angustia reflejada en los ojos del lobo, Makoto no tuvo más opción que ofrecerse para ayudarlo. Ambas se miraron mutuamente, como si se estuviesen comunicando por medio de sus gestos y expresiones.

—Está bien, haremos lo que podamos —dijo Makoto—. Pero tú tendrás que ayudar igual.

—Estoy de acuerdo contigo —dijo Ice ubicándose junto a su amiga.

—Lo harán mejor sin mi. —El mayor comenzó a retroceder. Sin embargo, al darse la vuelta, Ice lo tomó por la cola. Y cuando miró al frente, Makoto se hallaba allí fulminándolo con la mirada.

—No te vas a escapar —gruñó la joven loba de pelaje oscuro. Después de todo, la presencia del lobo era necesaria para que el plan que tenía en mente tuviera éxito.

—¡Por favor, déjenme irme! —rogó el lobo intentando evadir a Makoto, pero esta no dejaba de obstruirle el paso.

—Si te vas no te ayudamos, así de simple —dijo Ice tras soltar la cola del lobo.

Sin ninguna otra opción, el macho tuvo que resignarse.

...

Al cabo de un rato, los tres caninos se hallaban ocultos tras un montón de rocas. Ice miraba atentamente los alrededores. Divisó a un pequeño conejo a unos cuantos metros de distancia.

—No es un venado ni nada parecido, pero funcionará —musitó la joven para luego darle una señal a sus cómplices.

—Ya es hora —informó la de pelaje oscuro. Cuando volteó a mirar a su compañero, este estaba echado en el suelo, con sus patas delanteras cubriendo su rostro y murmurando algunas palabras que ella no logró escuchar bien—. ¿Qué se supone que haces?

—Le ruego al mundo que tenga piedad conmigo. ¡Es injusto que siempre me pasen este tipo de cosas! —se quejó el lobo con una voz quebrada, parecía que estaba a punto de llorar.

—No seas cobarde. La parte más complicada me toca a mi, tú ve con Ice como acordamos.

—Claro... claro —dijo levantándose y respirando hondo.

El lobo marrón y la loba blanca se dirigieron hacia el conejo. Su plan era cazar a aquel animal, como solía hacerlo el lobo. Con esto atraerían a la malhechora a la que el lobo le temía tanto. Para finalizar, Makoto la sorprendería por detrás mordiendo su cuello para asustarla tanto como para que no se atreviera a atacar nuevamente al lobo.

Luego de que los dos primeros en actuar iniciaran la cacería del roedor, Makoto sintió una presencia desconocida. Al mirar hacia su derecha, pudo contemplar que algo se movía entre la maleza. Una cola blanca sobresalió de los arbustos.

—¿Ice? —se preguntó la loba. Pero al ver en dirección a donde se hallaba el conejo, notó que Ice estaba allá, cumpliendo con el plan. Supuso que podría tratarse de la misteriosa ladrona de comida, así que fijó su vista en ese pelaje que se asomaba levemente en medio de las plantas.

—¡Oye, no me dejes haciendo todo sola! —gritó Ice mientras perseguía al conejo, causando que Makoto se volteara para saber la razón de ese grito.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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