—¿A qué se refiere señor? — pregunta Jacob.
—Tal vez no lo sienten ahora, pero estoy muy seguro que sus chicas son su otra mitad, veo la química entre usted.
Los corazones de Jacob y Noah se aceleran.
—Muchas gracias señor — agradecen los dos al unísono.
—No se deben preocupar si no lo sienten, yo pasé por lo mismo, no supe que Amelia era mi mate hasta después de casarnos, solo deben tener paciencia.
Sonrió al recordar esa historia.
—Lo tomaremos en cuenta gracias.
—Bueno ahora vayan y terminen de alistarse que en poco salen— escucho sus pasos alejarse y cuando estoy a punto de irme.
—¿A dónde crees que vas jovencita? — oigo la voz de mi padre detrás de mí, doy vuelta y intento hacer una sonrisa inocente.
—Hay hija, sabía que nos espías tu curiosidad no se puede evitar.
—Lo siento.
—Tranquila tampoco es la gran cosa— él me sonríe y yo a él sin dudarlo salto y lo abrazo
—Te quiero papa.
—Yo a ti hija— el acaricia mi cabello, oigo pasos detrás y me separo y al voltear veo
—¡Tío Damon!
—¡Hola pequeña! — corro a abrazarlo, el deja caer sus maletas al suelo y abre los brazos para recibirme en un abrazo.
—Qué bueno que llegas hermano— dice papá luego de separarme de él y ellos dos se saludan con otro abrazo.
—Todo por apoyar a familia.
—¿A qué te refieres? — atraigo la atención de los dos.
—Tu tío Damon nos va a ayudar a protegerte de ese lunático— dice papá.
—¿Enserio? — pregunto entusiasmada.
—Claro que si enana — dice tío revolviendo mi cabello.
Su gran altura le da un aspecto intimidades más un cuerpo bien trabajado, su cabello negro y su típica chaqueta de cuero que a veces varía entre una negra y café, es el único en la familia que tiene ojos claros, cafés claros y aún me sorprende que siga soltero para mi es el hombre perfecto para cualquier chica.
—Bueno ¿Cuándo me presentas a esos famoso hermanos Woods? — me pregunta y mi expresión de sorpresa lo hace reír, volví mi mirada a mi padre.
—¿Enserio le contaste todo?
—¿Conoces a tu tío hija? — se ríe y yo también, vuelvo a mirar a mi tío y le sonrió.
—Sígueme.
Con los dos detrás mío camino a la habitación dónde se instalan los Woods que siguen organizando sus cosas.
—Chicos— los llamó, ellos voltean a ver y posan sus ojos en mí y en mi tío muy confundidos.
—Él es mi tío Damon — lo presentó, mi tío se adelanta y los Woods avanzan y le estrechan la mano.
—Es un verdadero gusto conocerlos.
—El gusto es nuestro — dice Jacob.
—Damon los acompañará de vuelta a Washington para asegurar su seguridad y enseñarles técnicas de batalla — le explica mi padre.
Tío Damon es dueño de un gimnasio para hombres lobo uno de pocos y tiene su propia empresa de armas y de ahí sacó su fortuna.
—Me parece buena idea — dice Noah emocionado, sus hermanos asienten.
—Dejaremos que ustedes se conozcan más a Damon y que él les explique su plan para el viaje — ellos asienten de acuerdo.
(....)
Terminamos de guardar las cosas en los autos y nos encontramos, listos para salir.
—Al llegar no olviden llamarnos — avisa mama.
—No te preocupes mama— me acerco a ella y le doy un abrazo tratando de tranquilizarla con eso, luego Tracy se nos acercó y le dio otro abrazo.
Cuando papa apareció enfrente de nosotras las dos corrimos a abrazarlo como dos niñas despidiéndose antes de ir al primer día de escuela.
—Cuídense ¿Sí? — las dos asentimos tratando de agarrar las lágrimas que amenazan en salir, pero as retenes negándonos a hacer esto más triste. Volvimos a despedirnos por última vez y después entramos a los autos.
Las chicas en uno y los chicos en otro más el auto que no cuida detrás de nosotros.
Yo al volante de mi auto y tío en el de los Woods, Rafael en él se atrás.
Prendo el auto iluminando la oscura calle y arranco con los otros dos detrás.
(...)
DAMON
Llevamos dos horas conduciendo y aproveche ese tiempo para conocer más a los chicos Woods y me parecen unos buenos chicos, pero mi instinto me dice que ocultan algo, y claro que tengo intención de averiguarlo.
Quedamos todos en silencio, uno cómodo y decidí marcarle a Alex para ver como antes a cosas por allá y preguntar si estamos cerca.
Luego de un momento de un momento me contesta.
—Hola.
—¿Cómo van las cosas ahí pequeñas?
—Tracy y Megan se durmieron — su risa me hizo reír.
—No las vayas a despertar.
—Hago mi mejor esfuerzo.
—¿Cuánto falta para llegar?
—Mmm... como unas tres horas más por lo menos — miré por el espejo retrovisor el auto que Richard envío, luego volví mi vista al frente dónde está el auto de Alex.