Su cabello su suave cabello, sedoso y largo cabello me vuelve loco. Las puntas azules una de las razones por las que me atrajo la atención. Además de su lindo rostro, tentativo cuerpo y una increíble personalidad tan libre y organizada al mismo tiempo. No pude haber tenido una mejor mate, ella tiene todo lo que me encanta. Fui un idiota por haber hecho lo que hice, ni siquiera sé en realidad porque lo hice solo sucedió, es algo confuso.
(...)
Comienzo a reconocer el camino al parecer solo faltan unos cinco minutos para llegar.
—Okay no puedo evitarlo ¿A dónde vamos exactamente? — pregunta Megan irritada.
—Le haremos una visita a nuestra madre — dice Jacob mirándola por el espejo retrovisor.
—Esperen ¿Su madre? — dice volteando a ver a cada hermano Woods y cada uno le asiente en confirmación.
—¿Por qué?
—Ella además de ser la luna es la sanadora de la manada u una de las mejores.
—¿Están seguros que logrará curar a Alex? — pregunta Tracy.
—Por supuesto — decimos mis hermanos y yo al unísono.
Jacob comienza a desacelerar hasta parquear enfrente del gran portón y baja la ventana para poder ver mejor a nuestro viejo amigo.
—No lo puedo creer mis ojos me engañan o los hermanos Woods en realidad han vuelto — él se inclina en la ventana.
—Es un gusto volverte a ver Kay — lo saluda Jacob.
Para ser mayor que nosotros parece de nuestra edad tanto su madurez como su físico. Kay es alto cabello rubio más largo desde la última vez que lo vi, ojos cafés y se ve tan joven como si tuviera diez y siete años cuando en realidad tiene veintisiete.
—¿Quiénes son estas bellas señoritas? — pregunta sonriente pero cuando se mirada topa conmigo y Alex en mis brazos llena de sangre su expresión se torna a preocupación.
—Necesitamos la ayuda de nuestra madre — le informa Jacob, él asiente y le hace señales a otro de los guardias para que abriera las puertas.
Jacob le sonríe en forma de agradecimiento y pisa el acelerador adentrándonos a nuestro hogar. "No hay nada mejor que el hogar". Podría decir que el dicho no miente del todo. El viejo camino rodeado de árboles donde mis hermanos y yo solíamos correr trae buenos recuerdos, pero no todos los recuerdos son buenos por desgracia.
Mi hermano parquea el auto a un lado de la casa.
—Ethan carga a Alex a la habitación de invitados yo le avisare a mama que la revise ahí — me ordena Noah y asiento.
—¿Crees que él esté en casa? — me pregunta Jacob.
—No lo creo.
Bajo del auto con Alex en mis brazos y caminó dentro de la casa que parece no haber nadie además de algunas sirvientas. Subí las escaleras y caminé todo el pasillo hasta el fondo tratando de ignorar los recuerdos alrededor. Como pude abrí la puerta de la habitación al fondo, con cuidado coloqué a Alex sobre la cama. La observe por un momento, pero cuando sentí que las lágrimas amenazaban por salir me retire de la habitación.
Baje a la sala de estar donde por poco choco con mi madre, su mirada de preocupación cambió a un brillo de felicidad y no dudo en jalarme hacia sus brazos apretando me como un peluche de felpa sin querer volver a soltarme.
—También te extrañe mama — ella me estrujo más fuerte al escuchar mi voz.
—Me hicieron mucha falta — dice haciendo un gran esfuerzo por no ponerse a llorar.
La obligue a separarse, este no es el momento para un platica de madre e hijo primero lo primero y es Alex.
—¿Noah hablo contigo? — ella asiente limpiando la lagrima de felicidad que se le escapó.
—Vamos quiero revisarla — le tomó de la mano la guió al cuarto de invitados. Le abrí la puerta y ella de inmediato se acercó a ella.
—¿Cuál es el diagnóstico previo?
—Herida en el antebrazo y otro detrás de la cabeza — ella les da una rápida mirada, veo la típica expresión en su rostro de concentración en su rostro.
—Al parecer el golpe detrás de su cabeza no es tan grave tal vez le deje una cicatriz interna, pero por lo pálida que se ve creo que necesitara que le traslademos sangre, ¿Sabes cuál es su tipo de sangre?
Recuerdo la letra O+ en las bolsas de cuando le sacamos sangre.
—O positivo.
—Bien hijo ve a mi laboratorio y trae dos bolsas, uno de mis ungüentos naturales y un par de vendas — asiento y salgo corriendo en busca de las cosas.