Wolfsbane

No Vayas A Gritar

TRES AÑOS DESPUÉS

Adrenalina corría en mis venas y bombeaba en mi corazón, seguí corriendo como podía, pero escuchaba sus pies pisotear el suelo con rapidez. En cuestión de minutos ya podía sentirlo detrás de mí cada vez acercándose más y como lo esperaba sus brazos se enredaron a mi cintura provocando que ambos cayéramos al suelo dando vueltas sobre el césped y las hojas y al final aterrizar y el quedó encima mío mirándome con la respiración agitada.

—Gane.

—Eso es injusto hiciste trampa.

—No es cierto.

—Oí cuando saliste corriendo antes de que terminara mis diez segundos de ventaja.

—Debo admitirlo no aguanto estar tanto tiempo lejos de ti — mi risa le causo una sonrisa hasta que se la borre cuando lo empuje para así yo quedar encima de él y al notarlo volvió a sonreír, pero esta vez con picardía.

—Debes de ser castigado.

Me acerque a su rostro hasta el punto en donde nuestras respiraciones se mezclaban y al notar sus pupilas dilatarse sabía cuáles serían sus intenciones y por eso me levante evitando que el pudiera acercar sus labios a los míos, el me miraba entre enojado y atontado aun recostado en el césped.

—No besos por hoy.

—¡¿Qué!? — su puchero me causo gracia.

—Será tu castigo.

—No todos menos eso.

—Mmm... te diré algo, te revolcare el castigo si... logras alcanzarme — salí corriendo, pero algo tenía seguro va a alcanzarme.

Cuando volvimos a casa Kai nos esperaba con unos papeles a la mano.

—Buenos días tortolos — nos saluda con su típica sonrisa pícara, Ethan lo saluda estrechando mano y conmigo basta con una sonrisa.

—Mientras ustedes se besaban en el bosque yo su querido servidor logre conseguir el sello oficial de las escrituras — arroja los papeles sobre la mesa enfrente de nosotros y no mentía el sello rojo con la luna y el lobo estaba ahí.

—Eso significa que- — la emoción no me dejaba siquiera terminar la oración

—Lo conseguimos — balbucea Ethan como si no pudiera creérselo, busco los ojos de Kai quien nos miraba con orgullo.

—¡Somos una manada! — grité saltando a abrazar a Ethan.

—Debemos de decirle a los demás.

—Acerca de eso — Kai nos sonríe.

—Noah y Megan llegaron hace una media hora — sentí mi ser llenarse de alegría y de inmediato salí corriendo hacia las escaleras y cuando abrí la puerta la vi.

—¡Megan!

—¡Alex! — las dos corrimos a abrazarnos.

—Te extrañe tanto.

—Solo me fui un par de semanas.

—Nunca estuvimos tan separadas.

—Tienes razón, yo también te extrañe — al separarnos nos miramos como si fuera hace mucho tiempo que no nos veíamos.

—¿Y...cómo les fue?

—Bien mi padre aceptó a Noah y la pasamos de maravilla.

—Increíble.

—Claro que lo fue estuvo conmigo — escuché su voz a mis espaldas al darme vuelta lo vi recostado en el marco de la puerta.

—Hola pequeña Sullivan — no dije nada solo salí a abrazarlo.

—te extrañe Mike Wazowski.

—Y yo a ti pequeña.

Ethan no tardó en entrar a la habitación y rencontrarse con ellos en un cálido abrazo. El luego me miró y con solo verlo a los ojos podía adivinar lo que me quería decir, sonriente volteo a ver a la pareja.

—Tenemos noticias — anuncie ganándome miradas curiosas de parte de ellos dos.

—Oficialmente somos una manada — ambos saltaron de alegría.

—Esto se merece una celebración — opina Noah.

—Tienes razón yo la organizo — confirmó Megan y no había modo de decirle que no. Ethan y Noah bajaron para celebrar con una bebida.

—¿Cómo les fue a ti y a Ethan estando solos? — su tono y mirada esparcía picardía.

— No del todo solos.

—Sabes a lo que me refiero — su tono de obvio me hizo reír.

—Fue... increíble.

—Me alegro... qué me dices de Tracy.

—Según lo que sé muy bien y hoy vuelven de su luna de miel.

—Aww es tan tierno que aún no me lo creo.

—Ni yo... antes hubiera pensado que tu serias la primera en casarse — ella río.

—Crecen tan rápido — simuló limpiarse una lágrima que hizo que las dos estallar amos en risas.

—¿Lista para averiguar si seremos tías?

—Tengo todo el interrogatorio listo — volvimos a reír.

—Genial... vamos a acompañar a los muchachos se me antoja una bebida fría — ofrecí y ella asirio totalmente de acuerdo.

(...)

Me senté en la sala de estar junto a Megan discutiendo lo que haremos para la fiesta de celebración. Aunque yo no quería algo tan extremo como una parrillada en el patio, pero ella Insistió y cuando digo Insistió era mejor solo decir sí a todo lo que proponía porque ella ya tiene la fiesta perfecta creada en su mente. En todo caso una fiesta en manos de Megan es inolvidable. 




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