—¿Qué pasa? — pregunte.
—Sígueme — mire a Tracy, pero parecía ni saber nada asique me levante del sillón y me fui detrás de Alex, ella comenzó a correr hacia el bosque y cada vez iba acelerando la velocidad dejándome atrás.
—¡Alex espera! — ella no pareció oírme solo siguió corriendo.
—¿A dónde me llevas? — pregunté, pero fue ahí cuando me di cuenta que ella había desaparecido.
—Alex — mi mirada viajaba a todos lados, pero era como si se hubiera esfumado. Seguí caminando con la esperanza de que me la encontraría a ella apareciéndome enfrente y dándome el susto de su vida como es normal en ella, pero pasaban los minutos y ni siquiera podía identificar su olor cerca.
Esto debe ser una broma
Me sentía una tonta y por eso decidí dar la vuelta para volver, cuando mi mirada se asombrada al ver un camino de pétalos rosas sobre el suelo armando un camino a lo largo; una alegría interna creció en mí.
Tal vez no sea una broma
Un suspiro de exaltación se me escapo de mis labios. Con nerviosismo comencé a seguir el camino de pétalos de rosas mientras intentaba responder una gran cantidad de preguntas en mi cabeza. La curiosidad alteraba mis nervios y por eso dejé de caminar y comencé a correr.
Seguí ese camino durante un buen rato hará que cada vez había menos pétalos dándome a entender que estaba cerca. Los árboles que rodeaban y expulsan un aroma muy relajante, todo estaba callado excepto el sonido de la brisa moviendo con delicadeza las hojas de los árboles; el olor a pino que me rodeaba como una burbuja de mi aroma favorito. En ese instante me olvide por completo de todo y me deje llevar por la suave brisa acariciando mi piel, el maravilloso aroma y la sensación de relajación que me producía. Cerré mis ojos unos segundos mientras seguía caminando en completa relajación.
Pero ese momento tranquilo no duró mucho cuando mis sentidos se alteran al escuchar el crujir de unas hojas y ramas. Mis ojos se volvieron a abrir y al ver devuelta hacia el camino visualice que este doblaba a mi derecha y terminaba cerrándose en un circulo alrededor de una banca en medio de dos pinos, pero lo que en realidad me sorprendió fue ver a Noah sentado en ella cabizbajo.
—¿Noah? — el subió la mirada y cuando se encontró con la mía sonrió y se levantó casi de inmediato.
Ahí fue cuando note que llevaba puesto un smoking que hacía juego con mi vestido corto blanco que llevo puesto. Además de admirar lo muy apuesto que se ve no podía evitar preguntarme muchas cosas.
—¿Qué es todo esto? — señale los pétalos, pero él no me dio ninguna respuesta solo volvió a sonreír algo avergonzado.
—Ven acércate — me señaló. Insegura camine hacia el hasta quedar frente a frente. Note que se encontraba nervioso y dio un suspiro pesado como si de algún modo le salieran las palabras.
No tenía más opción que mirarlo y esperar a que el me diera las respuestas. El tomo mis manos con las suyas aun sin mirarme a los ojos di un largo suspiro.
—Eres... la persona más importante en mi vida... la mujer que alegra mis días con solo sonreír y ni siquiera quiero imaginar que tu no fueras parte de ella porque... eres lo mejor que me ha pasado.
Ahora yo tenía los nervios a flor de piel, pero no lo interrumpí en ningún momento, dejé que sus dulces palabras me conmovieron el corazón.
—Y por eso hoy— se arrodillo y no pude hacer más que tapar mi boca con mi mano ahogando un pequeño grito.
—Me arrodillo ante ti Megan White para pedirte una cosa — sus ojos nunca dejaron los míos provocándome algo que solo él puede hacer sobre mí que ni siquiera puedo explicar.
—¿Te casarías conmigo?