Cuando volví me sentía mal conmigo misma, la ira había desaparecido y pude volver a mi forma humana. Entre por la puerta trasera, las luces seguían encendidas, pero no se encontraba nadie.
Aproveche para entrar y de inmediato subí a mi habitación; al entrar cerré la puerta con sumo cuidado de no causar un solo ruido, al asegurarme me dispuse a caminar a mi cama lo vi sentado sobre ella y mi corazón casi se sale de mi pecho.
—Casi me das un infarto.
Susurre tocando mi pecho sintiendo los latidos desenfrenados sobre mi palma.
—Tenía que verte.
Lo miré a los ojos donde descubrí su preocupación.
—Estoy bien.
—Pensé que habías dejado las huidas en el pasado.
Se levantó caminando hasta quedar enfrente de mí y poder acariciar mi mejilla, disfrute su tacto sobre mi mejilla.
—Necesitaba despejar mi mente.
El me miro con ternura.
—¿Te encuentras mejor?
A veces creo que se preocupa mucho por mí, aunque no puedo evitar adorarlo más.
—Mejor— afirme.
—Podría jurar que ya casi lo tenías dominado.
—Yo igual— suspire — es difícil... como si la loba en mi fuera más fuerte y no puede enjaularlo.
—Tranquila ya lo lograras confió en ti ... es hora de que tu confíes en ti misma.
Le sonreí.
—Lo haré.
—Bien ... tenemos que lograrlo antes que la suprema venga este viernes.
—¿Viernes? ... Pero si hoy es miércoles.
—Exacto y tenemos todo el día de mañana para que controles a ese lobo.
Su dedo toco mi pecho de forma juguetona.
—Es imposible.
—Nada es imposible, al menos no para ti— sonreímos.
—Bien pero primero tengo que ir a disculparme con mi hermana.
Comencé a caminar.
—Alex... su habitación está del lado contrario.
Dijo viéndome rara cuando estaba a punto de entrar al baño.
—Oh ya lo sé, pero quiero darme un baño estoy llena de tierra.
—¿Te darás un baño?
Él frunció las cejas mirándome extraño.
—Si.
—¿Puedo hacerte compañía? — me sonrojé.
—No.
—Por favor.
—Pervertido.
—Pero así te gusto.
Lo mire ofendida y tome una de las almohadas para arrojarlos mientras reía a carcajadas. El salió de la habitación sonriente y yo pude darme mi baño.
(...)
Toque la puerta dos veces y todavía no estoy de lo que le voy a decir. Escuche sus pasos acercarse y luego el sonido del plomo abriendo la puerta. Lo primero que vi fue que sus ojos estaban tristes y me duele que sea responsable de eso.
—Tracy ... yo en verdad lo siento-
Sentí sus brazos rodearme con desesperación y pude sentir su suspiro de alivio cuando mis brazos la rodearon a ella.
—Yo también lo siento.
Retuve las lágrimas que amenazaban en salir y apreté más mi abrazo.
—Te quiero hermana— solloce.
—Yo a ti.
(...)
Al abrir mis ojos un dolor despertó en mi espalda y me doy cuenta de que estoy en el suelo con solo una almohada. Me levanto recordando la pijamada que tuvimos anoche, veo como Megan y Tracy duermen como bebés en el suave colchón. Recogí la almohada del suelo y las golpeé a ambas levantándose a de mi manera favorita.
—Levántense par de brujas.
Las dos se quejaron.
—Agradezcan que no hay un vaso de agua y levántense como niñas bien portadas.
Ninguna se movía.
—Deben ayudarme con mi entrenamiento.
Tracy levanta su brazo y me muestra su dedo de corazón.
—Muy lindo de tu parte hermanita, pero la vida es injusta hace que levántense par se idiotas o juro que me vengare por tirarme de la cama.
Ellas al escuchar mi amenaza con gran esfuerzo abrieron los ojos.
—Así me gusta, las espero abajo.
Bajando las escaleras percibí el olor a huevos y tocino, al entrar a la cocina los tres hermanos Woods se encontraban cocinando.
—¿Y a ustedes que mosquito les pico?
Los tres sonrieron casi al mismo tiempo.
—Qué tal si dejas de ser un poco menos desagradecida y pruebas diciendo la palabra gracias.
Jacob me obliga a sentarme en una de las sillas.
—¿Qué planean? — los miro mal.
—Solo estamos siendo caballerosos.
Dice Noah y yo por poco estalló en risa, estaba a punto de burlarme cuando Jacob habla.
—Solo di gracias Alex— sonreí.
—Muchas gracias caballeros.
Ellos sonrieron con aire de superioridad.
Minutos después las chicas bajaron y lucieron igual de sorprendidas cuando los vieron, pero no dudaron en aprovechar su caballerosidad.
(...)
Salimos al patio y por patio me refiero al bosque porque toda la casa está rodeada de él. Decidimos que hoy haríamos la prueba de fuego y es que usaría todo mi poder y dejaría ir el lobo dentro de mí, pero manteniéndolo bajo control y para eso debo luchar con todos al mismo tiempo.