Xanthe

PROLOGO

***

1478 Salamanca – España

“Oh, querida diosa Selene, diosa luna y amante de la sabiduría, hermana de la diosa virgen de la caza y las tierras puras y sus doncellas, te suplico mi señora que guíes el alma de mi amada Morgana por el camino del nunca debió haberse alejado.”

Ellai rogaba silenciosamente por el alma de la hermana que ella misma había condenado a muerte.

Ella estaba desesperada, era una mezcla extraña en el que la culpa, el amor y el hacer lo correcto batallaban entre si. Miró sus manos callosas como si estuviera observando a las culpables de tal tragedia. Pero ella era la culpable,  la asesina despiadada, sin importar que los demas la considerarán heorina.

Solo importaba el hecho de que ella era la responsable de la muerte de Morgana.

Su hermana gemela.

Abucheos, insultos, miedo e ignorancia la rodeaban. Pero ella ni siquiera era consiente de nada a su alrededor. La culpa y el dolor la consumían y el miedo era tan grande que temía ahogarse en su miseria.

<<Que dios me perdone, porque no creo que yo pueda hacerlo>> se dijo a si misma al ser consciente de lo que había hecho. Al saber que ya era demasiado tarde para resarcirse.

La madre de ambas predijo años antes que una de las hermanas corrompería su alma, mientras la otra, al ser testigo de aquella aberración y ser consiente de no tener el poder suficiente para detenerla no dudaría en traicionarla y condenarla. Horrorizada por lo que había visto, la mujer se había suicidado esa misma noche dejando así a  dos niñas  huérfanas con poderes que no podían entender y en un mundo demasiado cruel y ciego, donde ser diferente estaba prohibido.

Lo que aquella bruja vio aquella noche antes de su muerte nunca se supo. Por ello, Ellai no tenía ni idea de lo que se avecinaba.

Intento acercarse a su hermana. Clamar por su perdón inútilmente. Sin embargo, no pudo mover los pies y acercarse, apenas y podia levantar la cabeza. aun asi despues de unos minutos de puro panico ella comenzo a moverse, empujando a las enojadas personas a su alrededor. luchando por alcanzar a Morgana. 

Un aldeano ondeo la antorcha que traía consigo y la dejo caer junto con la leña debajo de los pies de Morgana y con suma rapidez el fuego se propago. 

El cuerpo de Morgana se encontraba sucio, golpeado y fuertemente atado. Mientras su corazon, antes puro y ahora bañado en odio y envidia se encontraba ennegrecido por la traicion de su hermana. Gritaba venganza y muerte. Y solo habia una forma de saciar su hambre de venganza.

Ellai.

<<No, no, no… Morgana>> 

<<¿Que he hecho?>> se preguntó Ellai mientras la histeria consumia la mente de todos en la pequeña plaza. Ellos querian ver a la bruja que atormenò su aldea por años, sufrir y morir de la forma mas cruel posible. Querian sangre.

Al llegar al filo del gentío tropezó y cayó sobre el suelo rocoso. No se detuvo, no podia. Solo queria llegar a ella, soltarla y alejarla de todo ese infierno. Comenzar de nuevo y ser las amigas que un dia fueron.

Una risa espantosa resonó por toda la plaza. Una histerica y sin nada de humor. Una repleta de maldad.

Morgana.

De pronto todo a su alrededor se sumió en un silencio siniestro. Solo la risa de su hermana predominaba entre los aires. Cuando Ellai levanto su pálido rostro hacia el de la condenada contemplo con una profunda pena y temor la expresión burlona de Morgana, como sino sintiese ningún dolor a pesar de que sus pies ya estaban siendo carcomidos por el fuego. Solo reía histéricamente mirándola con un odio tan real como la muerte.

―!Ellai Paravel! ¡maldita seas! ―gritó Morgana mientras su cuerpo comenzaba a retorcerse con violencia sin apartar los ojos de los suyos, como si estuvieran viéndose en un espejo algo distorsionado―. Te maldigo Ellai. Carne de mi carne y sangre de mi sangre. Te maldigo a ti y a toda tu descendencia. Pagaras muy caro tu traición, eso te lo juro. Derramaras lágrimas de sangre aun después de muerta.

Ellai sintió que su corazón se rompía un poco más después de oírla. inmediatamente sus manos se posaron en su abultado vientre intentando inútilmente de protegerlo.

―Porque aquella hija que esperas, aquella maldita por la que me vendiste, se convertirá en lo que tanto aborreces―escupiò Morgana sacudiendo su cuerpo mientras Ellai toco su abultado vientre en un desesperado e inútil intento para protegerla―, porque en ella dejo la semilla de la maldad que tanto aborreciste en mí. ¡Porque ella matara, destruirá y aborrecerá todo lo que tanto amas!  ¡tu propia gente la perseguirá y matara y así será con las hijas que lleven la mínima gota de tu sangre! ¡ toda tu maldita descendencia provara lo que es el verdadero poder y ni tu ni nadie lo detendra!




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