Xilam Balam

El pozo de los Itzáes

Los resultados de la universidad al fin habían llegado. Narcisa celebraba haber sido admitida en la escuela de negocios del clan empresarial. Chava e Ixchel habían entrado en carreras de ingeniería en sistemas y biología marina respectivamente en la Universidad de Quintana Roo y Rosa veía con una mirada ensoñadora su aceptación al fin en la Universidad de Mérida. Balam no decía nada, sólo miraba en silencio su tableta.

―¿En dónde te quedaste, Balam? ―preguntó Narcisa.

―Yo… ―él al fin esbozó una sonrisa―. Estaré con Rosa en Mérida.

Rosa le devolvió la sonrisa. Después de aquella noche después del intercambio de cuerpos entre ella e Ixchel, ya no habían tenido momento para estar a solas, pero se habían vuelto más unidos.

En ese momento llegó el maestro Gustavo. Ellos le hicieron saber de sus resultados en el examen y el hombre los felicitó con un gesto algo sombrío.

―¿Pasa algo, profesor? ―preguntó Chava. El profesor suspiró.

―El maestro Saguaro me llamó ayer por la noche y me pidieron darles un mensaje. Los chamanes se reunieron de nuevo y al fin lograron develar algo más. El demonio que trata de ocultarse de su visión es justo el espíritu del falso guerrero sol, y no está en ninguno de ustedes seis, pero sí muy cerca de alguno de ustedes.

―O sea que… ―Balam intercambió miradas con los demás―, el demonio puede estar en alguien que conocemos.

―Peor aún. Se ha aliado con miembros de uno de los clanes. ¿Cuál?, no se sabe. Pero ese clan ya ha traicionado a la secta del xilam para unirse al antiguo guerrero, pues él les ha hecho promesas que llenaron sus corazones de ambición. Los chamanes me pidieron prevenirlos. Procuren permanecer juntos, cerca de sus familias. Los chamanes los mandarán llamar a la Ciudad de México para verificar si pueden ayudar a obtener el último glifo y así despertar a los dioses guerreros en ustedes.

Por algunos días, los seis jóvenes permanecieron en casa como siempre, entrenando y buscando pistas del último glifo.

Balam iba a su casa acompañado por Facundo cuando vieron una sombra escabullirse por la ventana. Balam corrió hacia él y de un golpe lo lanzó lejos. Era un hombre encapuchado que, con el golpe, soltó un pequeño saco de tela. Balam levantó el saco del cuál cayeron sus seis glifos. Reaccionó con ira, lanzando otra patada al ladrón el cuál perdió su capucha.

―¿Kevin? ―exclamó Balam, asombrado al ver al hijo de la señora Chamoy.

―¡Maldita sea! ¡Mi cara! ―se quejó el muchacho―. ¡Le dije a mamá que tenía que mandar a uno de los sirvientes!

―¿Tu madre te mandó robar los glifos? ―Balam lo tomó de la solapa.

―No sacarás de mí una palabra, sin importar cuánto…

―Te dejaré la cara tan deforme ―Balam amenazó con su puño―, que ni una cirugía te devolverá a la normalidad.

―Sí, fue mi madre ―dijo de inmediato y sacudió sus finas ropas―. ¡Demonios! Y yo que acababa de comprar este traje.

―¿Qué pretende tu madre con los glifos?

―¿Qué sé yo? ―el muchacho sacó su teléfono celular, sin darle mayor importancia al asunto―. Hizo un acuerdo con la señora Polluelo, algo de quedarse con los glifos para que los dioses estén en nuestro clan… ―el muchacho marcó en su celular y dejó de hablar con Balam―. Hola, quisiera hablar con mi asesor…. Sí, es sobre mi traje nuevo, por un accidente se llenó de polvo y….

―¿Quieres dejar eso? ―Balam lanzó el teléfono con furia―. Dime, ¿qué más sabes?

―¡Pero qué genio, we’! ―chilló el muchacho―. Es todo lo que sé, nuestros clanes quieren que los dioses estén con nosotros, dijo algo de un aliado de no sé qué, ya sabes cómo es mamá, parlotea todo el tiempo.

―¿Un aliado? ―Balam volvió a lanzar otro golpe a Kevin, quién quedó sin aliento―. Dile a tu madre que no le funcionará, los chamanes han descubierto su traición. La delataré y quedarán expulsados de la secta xilam para siempre.

El joven adinerado echó a correr y Balam se dirigió a Facundo.

―¿Puedes ir por Rosa y Cisa? Diles que me alcancen con Ixchel, iré a ponerlos al tanto.

Balam llegó a la casa de Ixchel, en donde escuchó la voz de “la aplanadora”

―!… no, no y no! No apruebo esta relación. Chava, tú eres demasiado débil con ella, le conscientes todo.

―Si a esas vamos, no más que usted ―reclamó Chava.

―Eh… bueno, sí, pero… ¡No! No doy mi consentimiento para que seas el novio de mi hija, y punto.

―¡No te estoy pidiendo tu permiso! ―Ixchel estaba a un lado de Tapón, quien sólo se agachaba al ver el pleito familiar―. Te estoy diciendo que me iré a estudiar a Quintana Roo y que he iniciado un noviazgo con Chava, sólo para que estés enterado, no por pedir tu bendición.

―¡No lo entiendes! ―el campeón, por primera vez, se notaba muy alterado―. ¡Estás destruyendo a la familia!

―¿Cuál familia? Sólo somos tú y yo.

―Ok, hija, nunca te lo he querido decir, pero… mi madre, tu abuela, está pagando caro nuestros errores. El clan la ha culpado por no haberme educado correctamente. Digo, dejé el clan por hacer dinero y mantenerte y simplemente no he podido hacerte sumisa como se debe, y todos la culpan a ella.

―¿Por qué a ella? ―chilló Ixchel―. En todo caso es culpa tuya.

―Sí, pero la mujer es la encargada de criar a los hijos y si yo abandoné el clan y no pude educarte, es porque ella…

―¿Es en serio? ―Ixchel dio un golpe con el pie en el suelo―. ¿Me quieres convencer diciéndome que el clan la hace responsable? ¿Qué hay de tu padre? ¿Qué hay de ti mismo?

―¡Por eso no quería decirte nada! ―su padre estalló―. Sabía que en tu loquera feminista te pondrías del lado de ella.

―¡Claro que me pongo del lado de ella! ¡No es justo que la culpen de todo! Ahora con más razón me decido a despertar en mí a la diosa guerrera y todo ese clan pagará por lo que le hace a sus mujeres.

―En ese caso… ―el campeón hizo un gesto de dolor e ira―… ya no eres mi hija. ―Ixchel dio un paso atrás, dolida. Pero en seguida se recompuso.



#5240 en Novela romántica
#2016 en Otros
#590 en Humor

En el texto hay: fantasia, romance juvenil, situaciones comicas

Editado: 17.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.