Normalmente, los hechos traumáticos de nuestra vida nos dejan una marca para toda la vida, pero debo destacar, que hay un gran porciento de la población, que no recuerda lo sucedido de ese hecho traumático, a eso se le llama suprimir recuerdo.
Sigo siendo Xim, pero ahora en una casa hogar, donde la privacidad apenas existe en el baño.
Cabe destacar que sigo con mis hermanas, pasó un mes de lo sucedido la más dolida es Zulema.
Nos encontramos en Grecia, antes vivíamos en Austria, no es que no halla casa hogar en Austria, solo que todos nos tenían miedo porque somos el trio que mató a su padre, aunque en parte tienen razón.
Loisa nos quiso adoptar, pero el estado se lo negó.
-NIÑAS, MAS LES VALE ESTAR LISTA- La voz de la señorita Wad se escuchó resonar por toda la casa.
Les explico cada viernes a las siete de la tarde, viene familias a ver a todas las niñas, con mis hermanas somos un trío eso implica que si eligen a una nos llevan a las tres.
Reglas del lugar pasa lo mismo con gemelas, o mellizas, en nuestro caso trillizas.
-Espero que nos escojan juntas – Habla suavemente Adelaida
La miro seriamente.
-Sabes que es regla que nos escojan juntas o nada.
-Sí, pero viste a las gemelas de la semana pasa, si las repartieron a dos familias, solo un poco de dinero cambia las reglas.
No quería alejarme de ellas, son mis hermanas, tengo miedo de que nos toque alguien peor que nuestro padre.
Aquí no ves si son aptos para criar a una niña, son felices si se sacan a una de nosotras.
Salimos de la habitación, todas estamos vestida lo más prolijamente posible, somos casi adolescentes, eso implica que no nos elijan.
Una vez que nos ubicaron a todas en una fila, las familias nos comenzaron a observar.
- Queremos una niña, que sea relativamente joven que no haga preguntas, que sea independiente. – Habló una mujer joven, rubia, de tés blanca como porcelana.
- Okey, si tenemos lo que busca señora...
Habla como si fuésemos un objeto y no una persona.
- Me llamo Aaren Ivor, llamame Señora Ivor.
Asistió con el rostro la señora que se encarga de entregarnos a cualquier desconocido.
Ella se acercó hacia mí, meto del brazo, mire a mis hermanas si saber qué hacer.
- Niña, llegó tu hora, le tienes que hacer caso a todo lo que te diga porque no hay devolución así que comportante como debe ser.
Me quede callada, me coloco al lado de la señora que me comenzó a observar detenidamente
- Es una de tres son trillizas pero por el dinero que ofrece y con la especificaciones que quiere una sola ella es la indicada.
Esto ya no era adopción, nos vendían al mejor postor.
Adelaida tenía razón el dinero cambia las reglas.
La señora rubia se acercó a mí, quedando casi a mi altura.
- ¿Cómo te llamas?
Tímidamente decidí responder.
- Xim – Respondí rápidamente.
- Apellidos, niña no tengo toda la vida.
Se le había acabado la paciencia con tan poco, creo que directamente no padece de paciencia.
- Xim Ixa Ward – Esta vez respondí suavemente.
Asistió miro mi historial el cual se lo habían entregado.
- Me gusta tu nombre te lo quedaras, te explico vendrás conmigo a vivir con mi familia así que si no te comportas, y actas las ordenes, te ira mal si, así que nada de preguntas, se sumisa si debes serlo.
Asistí con mi rostro.
Ella miró nuevamente a la señora que se encarga de todo, le dio mi expediente, y ella le dio mi bolso.
No pude decir que me quería quedar con mis hermanas por miedo.
Salimos por la sala central donde están todas, mis hermanas ya no estaban allí.
Mi respiración se detuvo al no verlas, tuve que seguir sin mirar atrás ya que la señora me tiene del brazo, me lleva rápidamente.
Llegamos a un coche, negro mate sin una gota de suciedad. Abrió la puerta trasera para que entre, me senté al lado de la puerta y me coloque el cinturón de seguridad.
- Mantente en silencio todo el viaje, iremos hasta el aeropuerto, donde me espera el dueño del coche, tomaremos el vuelo hasta Austria. Será tu hogar desde ahora.
Asistí con mi rostro, ya que me había dicho que mantenga silencio.
- Te explicaré lo básico para si no le haces preguntas a mis hijos, trabajo diseñando ropa, mi marido es contador, tenemos mellizos, Amy es un amor, después Ossian es un demonio.
Que linda manera de hablar de sus hijos señora.
- Tiene 14 años, te preguntarás ¿Por qué teniendo dos quiere otra hija más? Estaba en un viaje en Italia y me di cuenta que quería otra niña, pero grandecita para evitar las trasnoches, y todo lo que conlleva un crío, así que lo charle con mi marido cedió, y aquí estamos.
Ella me da un poco de seguridad, aunque en gran parte tengo miedo de con que encontrarme.
Llegamos al aeropuerto, bajamos del coche rápido, nos encontramos con un hombre.
-Hola, tú debes ser la niña- Habló con una voz bastante tosca.
- Hola- Decidí no hablar mucho, me molesta que todos me digan la niña, es absolutamente molesto.
- Bueno ya, Xim ve a esos asientos y espérame.
No asistí me dirigí a los asientos del lugar, con mi bolso en mi regazo.
Después de unos minutos, decidí girarme a ver si venía, no quería ser uno de los tantos casos que dejan abandonadas a las niñas en lugares públicos.
Me gire de mi asiento lo primero que vi, fue a la señora con el hombre, besándose.
Pero ella no tiene esposo.
Estoy en un enredo entonces ella engaña a su esposo.
Volví a mi postura automáticamente ante que ella me vea.
- Xim – Levante mi vista y era ella – Vamos muchachita.
Me levante automáticamente.
Comencé a seguirle el paso, es alta, sus pasos son más grandes y amplios que los míos aunque le llegó casi al hombro.