Ximantsi 2. Bajo la luna de Ximantsi

Bosthi VS Uxjua

―¿Tan pronto se cumplió el ciclo? ― Chheze habló con tristeza―. El tiempo se me ha ido tan rápido desde que estás aquí querida, que no me había dado cuenta.

―Será mejor que todos entren a sus casas ―dijo el sabio―. Chheze, prepara todo.

Banxu fue llevada a una de las casas de la aldea mientras en una explanada, un grupo de ancianos se sentó en flor de loto alrededor de la fogata, murmurando algún conjuro o plegaria, era difícil determinarlo, cuando una enorme criatura con forma de oso apareció entre ellos.

―¿En verdad ya pasaron tres meses desde que yo llegué? ―preguntó Banxu observando desde una ventana―. Recuerdo que en la misma tarde en que yo llegué presencié por primera vez la transformación del agrónomo, en verdad que me dio un susto de muerte esa vez.

―Pero la vez anterior, Uxjua no apareció en la aldea ―Nhis chasqueó la lengua―, me preguntó qué lo habrá entretenido tanto la vez pasada como para no haber venido y hacer que eso se repita.

―Cada tres meses es lo mismo ―expresó Yaba―, el navegante Hojai tiene el corazón de Uxjua, por eso es el más peligroso de ellos, y cada que sufren la transformación, él intenta venir a hacernos daño.

―¿Por qué quiere dañarlos? ―preguntó Banxu.

―Porque eso lastimaría al agrónomo. No conozco su historia, él nunca nos cuenta nada, sólo sabemos que Hojai es su hermano, pero nada más, y una cosa es segura, Hojai odia a su hermano más que a nada en el mundo.

En efecto, aquel lobo era el navegante Hojai, transformado por Uxjua, el zuthu que le poseía. Bosthi y Xingu también se transformaban en ese periodo, pero ninguno de ellos era peligroso como lo era Hojai, pues es quien tenía en su interior el corazón de Uxjua. La bestia se sabía débil al haber sido dividido y no se atrevía a cruzar a Hatso, pero por alguna extraña razón, cada tres meses desde su aparición, Uxjua regresaba a la aldea buscando pelear contra Bosthi. Cuando se dio cuenta de que empataban en fuerza, el zuthu comenzó a intentar ir contra los tuki para obligarlo a rendirse. Los ancianos se veían obligados a crear una barrera protectora para evitar que ninguno de los suyos fuera asesinado por el zuthu.

El viento silbaba entre los árboles manteniendo a la aldea entera en suspenso, de pronto, la llama de la hoguera se hizo mucho más grande generando una especie de jaula de fuego alrededor de las casas. El aullido se hizo más fuerte, un enorme lobo negro estaba parado frente a Bosthi, ambos erizaron su piel lo que los hacía verse enormes y fieros.

―La transformación dura alrededor de cuatro horas ―dijo Yaba―. A los ancianos les cuesta cada vez más mantener la barrera protectora en pie.

―Es una protección fuerte ―Banxu evaluó el hechizo desde lejos―, pero debe requerir de mucha fuerza, no sé si resistirán las cuatro horas.

Uxjua comenzó a lanzar mordidas a la reja, era más que evidente que lastimaba su hocico en cada embestida, pero su odio era tal que no dejaba de atacar.

―¿Tan grande es tu necesidad de matar que no te importa hacerte daño? ―gruñó Bosthi.

―¡Tú me has hecho daño siempre! ―gruñó Uxjua lanzando otra mordida― ¡Ya te lo dije, déjame matarte y dejaré en paz a los aldeanos!

―Lo haría si creyera en tu palabra ―respondió Bosthi―, pero el sabio me dice que no confíe en ti, ¡mi corazón me dice que no confíe en ti! Eres la combinación de un zuthu y un traidor, ¡no se puede confiar en ti!

Uxjua desapareció entre los árboles, y Bosthi se puso en guardia, observando todo alrededor. Pocos minutos después, los gritos de los aldeanos le hacían saber que el lobo había aparecido en el lado este de la aldea. Corrió hacia allá en cuatro patas, perdiéndose entre los árboles llenos de casas.

―Esta protección no va a durar ―dijo Banxu observando la jaula―, las mordidas del zuthu la debilitan cada vez más.

―Lo sabemos ―respondió Nhis―. La última vez, Bosthi tuvo que terminar en lucha cuerpo a cuerpo con su hermano. ―La niña meneó la cabeza―. Ambos quedaron muy malheridos.

Por horas se escucharon los gruñidos de ambas bestias. Los ancianos se notaban cada vez más cansados y de pronto sucedió lo que todos temían.

―¡Regresen a las casas! ―gritó Yich. Los ancianos se levantaron y corrieron hacia las casas más cercanas.

―¡El zuthu logró penetrar la barrera! ―dijo Banxu sin aliento.

―Las casas tienen una barrera aún más poderosa ―dijo Yaba―, estoy segura de que tardaría cinco o seis horas debilitarla. Pero confía en Bosthi, él jamás le permitirá hacer daño a nadie.

―¿Cuánto tiempo más durará la transformación? ―preguntó Banxu.

―No estoy segura ―respondió Nhis―, no menos de media hora.

―Es demasiado. ―Banxu lo meditó unos minutos y sin que nadie lo esperara, salió de la casa.

―¡Banxu! ¡Banxu no salgas!

Pero Banxu no escuchó a los niños, se dejó caer por una escalera colgante y corrió rápidamente a donde se escuchaban los rugidos. En cuanto encontró a ambas bestias pelear fieramente entre los árboles, se hincó en el suelo.

―Almas puras de los tuki ―elevó una plegaria―, acudan a mi llamado. Ayúdenme a proteger a los suyos. ―De los árboles emergieron sombras blanquecinas que rodearon a Banxu creando un viento que le alborotaba el cabello―. Entreguen su protección al agrónomo Bosthi, para que logre vencer al demonio que amenaza la vida de los suyos.

Una esfera de luz se fue formando en el viento, creciendo hasta tener el tamaño de un balón de playa que flotó lentamente por el aire hasta llegar al cuerpo de Bosthi, quien la absorbió entre su pelaje. La fuerza de Bosthi creció evidentemente, tomó a Uxjua entre sus fauces y lo lanzó a lo lejos, pero la bestia más que intimidarse pareció enfadarse más, se lanzó de vuelta contra él, con mucha más furia.

―¡Almas ancestrales! ―Banxu tomó un madero de la hoguera y lo blandió en lo alto―, ¡debiliten al demonio que nos amenaza! ―la luz del fuego se descompuso en pequeñas chispas que se acercaban al lobo, absorbiendo humo negro que salía del cuerpo del lobo. Uxjua se debilitaba, eso se hacía evidente, Bosthi lo notó de inmediato y levantó su garra para arremeter contra el cuello de su rival cuando el viento lo hizo caer metros atrás. Xingu, convertida en zorro estaba parada detrás de ellos con su báculo en alto, rodeando a su amante de nuevo en ese remolino de hojarasca. Banxu invocó a los espíritus para que debilitaran a la hechicera, pero la luz no pudo penetrar el remolino, se quedó flotando alrededor de él. Valientemente, Banxu caminó hacia el extremo del remolino y se paró frente a Xingu, observándola fijamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.