Ximantsi I. Los secretos en la isla de la hechicera

La triple posesión del zuthu

Hacía siglos que no aparecía un zuthu en Notse, tierra superior de Ximantsi. Y este era en especial peligroso. La bestia era de las inteligentes, incluso se había bautizado a sí mismo con el nombre de Uxjua y era evasivo como el viento. Los zuthus, al ser criaturas meramente instintivas, suelen ser fáciles de cazar, pero no Uxjua, esta bestia era especialmente fuerte, indicativo de que había sido atraído por un mboho tan maligno y cruel como él. Muchos hechiceros, sacerdotes, guardias y vigías de Notse habían fallecido intentando aniquilar a la bestia.

Nadie tenía idea de quién había cometido un mal tan grande como para atraer a un zuthu del poderío de Uxjua, pero era imperativo encontrar a su amo. El Consejo Bamhña, conformado por los más grandes sabios de Ximantsi, había gastado recursos del mundo entero buscando al responsable para poder tenderle una trampa a la bestia.

Estaban tan desesperados que realizaban detenciones al azar. Muchos mboho fueron gravemente heridos, y otros murieron cuando fueron expuestos ante el zuthu, pero la bestia no reconocía a ninguno de ellos como su amo. El hechicero Zatemxi, incluso había expuesto a su propia madre cuando fue hallada protestando contra esas medidas drásticas. Eso le dio a Zatemxi el puesto de canciller supremo, pues hizo evidente que era capaz de todo con tal de mantener la seguridad en la luna.

El agrónomo Bosthi y su esposa, la hermosa hechicera Xingu habían tenido que dejar sus investigaciones en el centro científico de Kando, la ciudad capital, después de que el zuthu irrumpiera en la institución en diversas ocasiones, provocando caos y miedo. Eso les hacía estar un tanto inquietos y preocupados, pues si el demonio insistía en regresar, quería decir que su amo estaba cerca. Pero la bestia dio una tregua y se permitió a los investigadores entrar a las instalaciones, sin embargo, para cuando pudieron volver, sus muestras estaban completamente dañadas.

―¡No puedo creerlo! ―exclamó Xingu examinando una serie de cajas de Petri con contenidos secos de color marrón―. ¡Ni siquiera me permitieron sacar esto! ¡Llevaba meses inoculando…!

―Déjalo Xingu ―Bosthi negó con la cabeza―, no podemos hacer nada. Al menos tus hechizos conservaron tus injertos de cerezo, en cambio, todos mis olivos están completamente secos.

―¡Esa maldita bestia tuvo que venir en época de sequía! ―El navegante Hojai, hermano de Bosthi, entraba al laboratorio con una maceta que tenía una planta marchita―. Un año más y yo hubiera podido usar tus olivos, para el diseño de mis naves.

―Bosthi tiene razón ―suspiró Xingu―, no podemos hacer nada. Ahora, a empezar de cero.

―Meses de trabajo echados a la basura ―se quejó Hojai arrojando el árbol seco a un bote.

Bosthi palmeó el hombro de su hermano. Refunfuñando, Hojai salió del laboratorio.

Él entendía el porqué del enojo de su hermano. La luna que ellos habitaban tenía dos hemisferios. Notse, que era donde habitaban los mboho era un hemisferio explorado casi en su totalidad. Pero nadie había logrado pasar a la parte baja de la luna, había sido terreno inexplorado para los mboho hasta diez años atrás.

Por el Made es imposible cruzar. De hecho, es imposible acercarse, pues su energía es tal que destruye cualquier barco. Toda esa energía es expulsada por el flanco exterior de la luna, conocida como el Ka. Hay unos minutos en los que los seres vivos están a salvo en el Ka, y eso es justo cuando el sol se pone. Pero son cientos de kilómetros qué cruzar y el sol da sus rayos de lleno en el Ka sólo por alrededor de treinta minutos.

Hacía una década, los mecánicos de la empresa más grande de navegadores lograron crear unas motonetas tan rápidas que eran capaces de cruzar el Ka en poco menos de treinta minutos. Eso había permitido que algunos investigadores pasaran al hemisferio del Hemi. Pero hubo muchos accidentes, dado que el cruce debía ser en un ángulo recto perfecto, un pequeño desvío les podía costar minutos valiosos. Luego de que algunos aventureros murieron en el Ka, los viajes al Hemi fueron cancelados.

Hojai, quien tenía habilidades como navegante, realizaba experimentos con Bosthi, para usar madera de olivos germinados cerca del Made. Su teoría era que, con el diseño apropiado y la madera de esos árboles, podría aprovechar la energía que sale por el Ka, y usarla como propulsor. Había logrado tener un modelo a escala de la nave con un olivo de la isla de Uthe y corroboró que su diseño era lo suficientemente rápido, así que pidió ayuda a su hermano, Bosthi, quien logró germinar olivos en la isla de Uthe y preservar esa energía mientras continuaban su crecimiento en condiciones controladas dentro del laboratorio. Pero los árboles de Bosthi se habían marchitado. Eso retrasaría al menos dos años más la construcción del prototipo en tamaño real.

Mientras pensaba en su hermano, Bosthi observaba a su mujer en silencio. El sol se reflejaba en su cabellera color azul zafiro. Xingu era sin duda la chica más hermosa de su generación. Esa combinación de piel rosada, cabellera color zafiro y ojos en tono amatista era tan poco común que siempre fue la más codiciada por sus compañeros. Todos la integraron en su lista de matrimonio, la lista Thati, esperando poder casarse con ella.

Llevaban apenas tres meses de casados y él aun agradecía que los eligieran pareja. De hecho, ni siquiera podía creer que ella lo hubiese puesto a él en su lista de candidatos. Bosthi era alto, de piel apiñonada, cabello dorado y ojos verdes, una fisonomía tan común en todo Ximantsi que no era considerado atractivo y no entendía como alguien tan hermosa como Xingu lo incluyera como candidato en su lista de matrimonio.




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