El consejo estaba muy dividido en opiniones. Algunos creían que la misión de Ndomi de develar los secretos de la isla estaba por encima de cualquier amenaza, otros creían que debía ser apresado junto con su mujer para atraer al zuthu y condenarlos a muerte por haber puesto en tal peligro al consejero Toke.
Pero el interés social y político fue más fuerte y ese mismo día, ambos fueron absueltos. Se hospedaron en el hotel adyacente al castillo y esperaron a la madrugada para poder hablar.
―El amo del zuthu es el consejero Toke ―dijo Ndomi en cuanto corroboró que nadie los escuchaba. Banxu lo observó, confundida, pero Kuamba no se asombró en absoluto.
―¿Cómo lo sabes? ―dijo esbozando una sonrisa amarga.
―No me lo preguntes, sólo lo sé, lo vi en los ojos del zuthu.
―Lo hizo con el firme propósito de atraer al zuthu ―concluyó Kuamba.
―¿Qué es lo que sabes, abuela?
―No puedo decirles mucho ―respondió la anciana―, son sólo sospechas. Verán, poco antes de casarme, estuve en un grupo de investigación en la isla de Uthe, y entre mis compañeros estaban Toke y Noho. Toke descubrió algo, pero nunca nos quiso decir qué fue, tuvo un comportamiento muy extraño e insistió año con año ser residente controlado en la isla. Siempre hubo algo que no me gustaba, nunca supe definir qué era, simplemente no me convenció jamás de sus intenciones.
» Se lo hice saber a Noho, pero Toke era su mejor amigo y nunca desconfió de él. A Noho se le permitió el permiso de residencia permanente en la isla e iba ascendiendo a puestos de mayor importancia, me costó trabajo convencerlo, pero al fin lo hice, convencí a Noho de que no le aceptara sus solicitudes de residencia a Toke.
―Pero tú también pedías tu residencia año con año ―reclamó Banxu―, dejaste tus documentos entre los papeles del castillo.
―Tenía mis razones ―dijo ella―, y en parte era por vigilar a Toke cuando estuviera de visita en la isla. Y ahora que he estado en la isla, creo saber qué es lo que Toke busca.
―¿Qué es eso, abuela? ―preguntó Banxu cuando ella le alargó el libro de Uthe abierto en una página en específico.
―Al fin logré descifrar estos glifos ―dijo ella señalando una serie de símbolos a un lado del dibujo de un grupo de zuthus entre árboles negros y retorcidos―. Cuando Noho encontró ese libro, sólo reveló su existencia a su viejo amigo Toke.
―Ahora que lo pienso, el dibujo se parece al que había en las hojas que él revisaba en su despacho cuando entregamos nuestra lista Thati ―dijo Ndomi frunciendo el entrecejo.
―Toke no tuvo acceso a este libro sino hasta unos días antes de que ustedes aparecieran en Danda ―explicó Kuamba―, le sacó copias, por alguna razón, sólo a estas que están en estas páginas, en las que recién descifré.
―¿Pero ¿qué es lo que dice? ―insistió su nieta.
―Dice esto ―Kuamba comenzó a leer―: “El zuthu era débil conmigo. Encontré cómo sacarlo de mi cuerpo, lo que no sabía, es que aún sin el zuthu, me quedaría con todo este poder. Creo que fue la ira lo que me ayudó a sobrevivir mi viaje a Hatso, y esa misma ira, me permitió exorcizarlo.”
―¿Eso es lo que busca? ¿Quiere el secreto de cómo sobrevivir un viaje a Hatso? ―preguntó Ndomi―. ¿Él quiere ser poseído por un zuthu para obtener el poder que tenía Uthe?
―Nunca estuvo interesado en el secreto de cómo replicar la isla ―respondió Kuamba―. Lo que él quería era que le dieras el secreto de cómo Uthe sobrevivió su viaje a Hatso y de cómo se libró del zuthu. Seguramente hizo algo que atrajo a un zuthu y lo dejó fortalecerse en Ximantsi, confiado de que él lograría descifrar los glifos en lo que el zuthu se volvía lo suficientemente fuerte para ser poseído y regresar con vida a Hatso.
―Seguramente cuando logró descifrar los glifos, creyó poder prescindir de mí ―dijo Ndomi―. Debe haber hecho algo malo para atraer al zuthu a propósito y falseó declaraciones para hacer creer que nosotros éramos sus amos.
―Se propuso como voluntario para recibir al zuthu porque quería ser poseído ―dijo Banxu―, y armó toda esta farsa por si algo salía mal, tener una coartada para librarse de acusaciones.
―Quizá vamos a tener que escapar, ocultarnos. Toke no se dará por vencido ―dijo Kuamba―. Dime Ndomi, ¿crees tenerlo todo como para replicar la isla?
―Sólo me falta una cosa: determinar la metodología que se utilizó para atraer la energía del cementerio hacia la isla, es ya lo único que me falta por encontrar. Kuamba, en el diario de Uthe hay bosquejos de los planos de la isla de Kutsi, encontré una habitación oculta, por encima de lo que actualmente es la cocina. ¿Crees que Uthe pudo haber ocultado parte de sus secretos aquí?
―Puede ser… ―Kuamba hizo una pausa antes de continuar―. Te acompañaré.
Kuamba siguió a Ndomi a la planta baja del castillo, todo estaba solitario y silencioso. Se encaminaron por un pasillo oscuro con una escalera que bajaba a un sótano que usaban como cocina.
―Esto está muy cambiado ―exclamó Kuamba.
―¿Ya habías estado aquí?
―Cuando era niña vine con mi padre, él era arquitecto y le dieron el trabajo de remodelar este sótano. Él mencionó que la estructura le hablaba de un pasaje oculto, justo ahí ―Kuamba señaló una hendidura en el techo, formada de grietas, pero que daba la impresión de ser una cerradura―. Trata de comunicarte con el edificio, Ndomi, trata de sacar el secreto de cómo abrir esa habitación.