Y ahora ¿qué digo? #2

10*** Comer pan frente a los pobres.

—¿Dime por cual razón está a punto de amanecer y aun no logramos dormirnos?

—No lo sé...

A Penny se le ocurrìan media docena de razones, pero decircelas a Jason rompería su promesa de no cometer màs ridiculeces por las próximas 24 horas , asì que solo mirò al techo, fingiendo que todo estaba bien.

—Tal vez si me cantaras una canción para dormir...

—O tal vez si te sedara... —repuso Penny conteniendo una carcajada.

—¡Oye! Si vas a drogarme, que sea con algo màs divertido.

—¿Eres consciente de que dentro de seis horas, aproximadamente, debemos volver a casa conduciendo y ninguno ha dormido? —cuestionò, girándose para mirarlo a los ojos.

—Igual no cambiaría nada de lo que ha pasado hoy —contestò JAson, pero aquella vez no pudo contener un bostezo. A Penny no le importaba, porque estaba demasiado ocupada sintiéndose alagada por sus palabras.

—Duérmete ya.

—Solo porque me lo pides con tanta amabilidad— ironizó acomodándose frente a ella y clavando sus ojos en los de Penny—Buenas noches, chica linda.

—Buenas noches para ti también.

*

**

***

De todas formas, Penny no logró conciliar el sueño. Estar en la cama junto a Jason era algo que no podía ignorar por mucho que lo intentara, y si era sincera, debía admitir que no intentaba ignorar el hecho de que había un hombre junto a ella en la cama y que ese hombre era, ni màs ni menos, Jason Davis.

Al cabo de treinta minutos perdió las esperanzas de dormirse, asì que se levantò de la cama y fue a la cocina por algo de tomar. El sol estaba despuntando y la casa estaba sumida en un silencio tan profundo que Penny podía escuchar sus ligeras pisadas sobre el suelo.

Tomò un poco de agua del refrigerador y la botella casi se escurre de sus manos cuando escuchò una voz a sus espaldas.

—Debe haber algo mal contigo si estás aquí en lugar de en la cama con ese magnifico dios griego. —dijo Allyson.

—No puedo dormir —le explicó, sentándose en la pequeña mesa ubicada en una esquina de la cocina, invitándola, sin palabras, a sentarse junto a ella.

—Si, ese es el destino dándote la oportunidad de tener sexo salvaje con èl toda la noche —replicó su amiga, sacando otra botella de agua del refrigerador y luego sentándose frente a Penny. —¿Y entonces? —cuestionò Allyson al ver que no decía nada.

—¿Qué?

—¿Por qué estás aquí? —insistió.

—Ya te dije que no puedo dormir , tal vez el develo me pase factura màs tarde, pero justo ahora no logro conciliar el sueño. —su amiga se quedò mirándola fijamente, como si no le creyera lo que acababa de decir—Es loco, pero no puedo dejar de mirarlo y no quiero que despierte y me descubra. No quiero que piense que soy una psicópata. ¿Tu por qué no estás dormida? Después de tremenda borrachera imaginè que dormirías hasta el lunes.

—Bueno... es que no està bien comer pan frente a los pobres —ante la mirado confundida de Penny, Allyson aclarò —Lo que te digo es que a diferencia de ti, mi querida amiga, alguien si estaba teniendo sexo en la habitación del lado.

Los ojos de Penny se abrieron con una mezcla de sorpresa y comprensión.

—Debiste imaginarte que sucedería, son novios, Ally, y estaban ebrios. Tal vez deberías buscarte un novio para estas ocasiones especiales.

Su amiga negó rotundamente con la cabeza.

—El sexo està bien, Penny, pero yo ya agotè mis cuotas de cretinos —afirmò categórica— La próxima vez que me acueste con alguien me asegurarè antes de que no sea un maldito imbécil.

Para nadie era un secreto que en los anteriores cinco años Allyson habìa tenido un sinmumero de relaciones amorosa, una tras otra, como si quisiera probar un punto. Algunos novios habìan estado bien, otros... no tanto. Lo extraño era que, en realidad a su amiga no parecía importarle demasiado cuando una relación no terminaba bien, por eso a Penny le sorprendían las palabras de Allyson.

—¿Estás diciéndome lo que creo que dices? —inquirió con delicadeza.

¿Era acaso que Allyson George, a sus 21 años quería sentar cabeza? ¡Imposible!

—Lo que digo es que no estoy en proceso de búsqueda ahora. Quizá solo necesito fluir y seguir con mi vida hasta que aparezca alguien con quien valga la pena estar.

—Y mientras eso sucede ¿Nada de nada? —Preguntò con una ceja enarcada.

—Te recuerdo, Penny presumida, que tu has estado apartada del delicioso mundo del sexo por màs de cinco largos meses, asì que eres la menos indicada para mirarme de esa forma.

—No estoy mirándote de ninguna forma en particular. Creo que tomaste una excelente decisión, en serio. —se defendió. Antes de que Allyson volviera a atacarla se puso de pie —Voy a nadar un poco ¿Vienes?

—No, voy a ver si la maratón del sexo terminò y de ser asì, dormiré toda la mañana.



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Editado: 23.04.2018

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