Y ahora ¿qué digo? #2

11*** No oigo, soy de palo...

—Vamos, Penny presumida, no te hagas la interesante —la sacudió Allyson— Dime que sucedió.

—No sucedió nada, ya te lo he dicho —replicó Penny, intentando que su amiga la dejara disfrutar de su emparedado de pavo.

—No me mientras, maldita desgraciada.  Vi como se besaban en la playa.

Penny llevaba al menos 45 minutos intentando explicarle a su amiga que las cosas no habían sucedido como ella creía. En la mente de fantasía y porno de Allyson  ella y Jason se habían metido  a la cama para hacerlo apasionadamente tan pronto habían llegado a la ciudad.

No había forma de que Penny le explicara que eso no había pasado y que Allyson le creyera.

Por desgracia, se había aparecido en su departamento llevándola afuera con la excusa de ir ir a cenar, cuando en realidad lo único que Penny quería hacer después de 38 horas de vigilia era caer profundamente dormida hasta el otro día.

—Allyson, me llevó hasta mi casa, se despidió y se marchó  —explicó por enésima vez—Tenía cosas que hacer.

—¿Quieres decir que si no tuviera nada que hacer estuvieran haciendo cositas?

—¡¿Como carajo puedo yo saber eso, Allyson?! Estás loca, ya no me preguntes nada más ¿De acuerdo? —gruño— Y no uses la palabra ''cositas'' es ridículo e infantil.

Allyson hizo un puchero, como si en algún universo paralelo ese gesto lograría que Penny cambiara de opinión. Cuando vio que ella no parecía dispuesta a caer en ese truco barato, se encogió de hombros y le dio otro trago a su batido.

—¿Que tal tus hermanos? —preguntó de repente.

—¿Mis hermanos? ¿Qué pasa con ellos?

—No pasa nada. Pregunto por cortesía.

—Oh —musitó—. Están bien.

—Vaya, que escueta...

—¿Que quieres que te diga? Brett está en su propia burbuja con todo lo que está sucediéndole y Dave... ya sabes. Hace días que no sé de él. Quedamos para desayunar mañana —Explico, esperando que aquella fuera suficiente información para su amiga.

—Siempre puedo acompañarte, si lo necesitas.

Penny se rió de su intento fallido y, como siempre, muy obvio de estar ligeramente cerca de Dave.

—Gracias por el ofrecimiento, pero no. Ya deja de acosarlos.

—Mira quien lo dice —replicó su amiga.

Por fortuna, la conversación acerca de Jason cesó Allyson se concentró en lo que más le gustaba: ella misma. Le contó a Penny  las cosas divertidas que habían sucedido en la fiesta y de las que, a pesar de estar ahí, no se había enterado.

Luego pasó otra hora dándole especificaciones de la aparente noche de pasión que Paul y su novia habían tenido en la habitación del lado. En ocasiones Penny se cubría los oídos y cantaba: ''No oigo, no oigo. Soy de palo...'' como si tuviera seis años, porque con Allyson las palabras ''Basta ya'' o ''Por favor, no más detalles'' no funcionaban y la verdad era que a Penny no le interesaba imaginarse a uno de sus mejores amigos teniendo sexo.

Alrededor de las diez de la noche Peny logró escapársele a Allyson con la excusa de el examen que tendrían el lunes en la mañana y para el que no habían estudiado. Su amiga no tenía en su historial ser la más aplicada de las estudiantes, pero tenía del don de poseer un cerebro que muy pocos poseían, así que cuando se esforzaba un poco casi asustaba. Tenía la asombrosa capacidad de recordar con una facilidad pasmosa cada cosa que quería recordad, capacidad que estaba utilizando al máximo ahora que estaban haciendo su último verano, antes de su graduación.

La sola mención de clases por parte de Penny logró que su amiga pidiera la cuenta y saltara como si tuviera una resorte en los pantalones.

Llevó a Penny a su departamento mientras no dejaba de repetir cuan irresponsable había sido irse de fiesta a tan solo unos días de sus exámenes finales. A Penny le pareció gracioso el hecho de que hacía apenas semana y media le había dicho lo mismo y solo había ganado un gélida mirada y el mote de ''Abue-aguafiestas''.

Esa noche no recibió mensaje de Jason, y aunque sabía  que esa noche Brett y Jessy estarían cenando en casa de sus padres y que él probablemente no tendría tiempo para escribirle, no pudo evitar extrañarlo.

Era tonto, porque no llevaba ni un mes conociendo a Jason Davis, pero ya sentía una afinidad con él que nunca había experimentado con nadie más. Era totalmente diferente a como se sentía con Allyson o con sus hermanos. Era sin ningún lugar a dudas muy diferente a como se había sentido con Owen y, para ser sincera, no terminaba de gustarle sentirse tan conectada, tan en armonía con alguien a quien acababa de conocer.

Jason le gustaba mucho, demasiado. Y no estaba segura de que eso fuera bueno o saludable.

Se sentía como una adolescente encaprichada y eso le molestaba mucho más de lo que podía admitir, pero al mismo tiempo le gustaba la sensación de cosquilleo que experimentaba cada vez que lo veía, o que la tocaba, incluso, cuando recibía uno de sus textos.



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En el texto hay: romance, yaqh, text

Editado: 23.04.2018

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