- ¿Estás segura de que esas cosas son necesarias?
Penny lanzó un bufido, preguntándose por que no había echado a Jasón de allí aun. Si volvía a preguntarle otra tontería parecida estaba segura de que lo patearía aun con el riesgo de caer de las escaleras.
-Sí. Ya te lo dije, son necesarias porque son bonitas y este departamento necesita cosas bonitas -dijo con voz cancina-. Si quieres puedes ir a dar una vuelta, no me importaría hacerlo sola.
- ¿Intentas deshacerte de mí? -preguntó Jasón, sacudiendo un poco las escaleras.
- ¿Tú que crees? Solo podrás quedarte si te comportas y cierras la boca, de lo contrario me veré obligada a echarte de aquí hasta el final del día.
El volvió a sacudir la escalera, Penny sabía que estaba haciéndolo con la sola intención de molestarla. Porque había dicho que le tenía miedo a esas estúpidas escaleras plegables y él había estado burlándose toda la semana.
-Me siento herido.
-Y yo siento que voy a golpearte si caigo de aquí, mejor aún, te demandaré ¿Esto aplica como accidente laboral? -dijo con una de esas sonrisas tontas que ya se habían hecho permanente en su rostro.
Sobre todo desde aquellas semanas, porque había estado casi todos los días metida en aquel departamento. Lo de la decoración iba sobre ruedas, pero ellos dos... ellos dos iban muchísimo mejor, aunque todavía Penny no se atrevía a etiquetar lo que tenían ni a hacerse grandes ilusiones, le encantaba pasar el tiempo allí, con él, ayudándolo con aquel lugar que cada vez lucía mejor y mejor.
- ¿Crees que demandar a un abogado sea una buena idea?
- ¿Crees que tirarme de las escaleras con mi trabajo inconcluso sea una buena idea?
-Touchè -sonrió-. Pero es que esas cosas ni siquiera alumbran de verdad -se quejó por enésima vez.
-Ya te dije que no la quiero para que ilumine, sino para que le dé un toque glamuroso a este lugar.
-Si querías glamour solo deberías colgar el precio -dijo, volviendo a sacudir las escaleras, Penny contuvo un gruñido- Son las luces navideñas más caras que jamás he visto.
Penny sonrió. Si había aprendido algo aquellos días con Jasón era el horrible gusto que tenía y el nulo sentido de la decoración, la verdad era que había sido tan gracioso que ella sería capaz de repetirlo, aunque cada vez que iban de compras ella sentía ganas de asesinarlo.
-Tal vez porque no son luces navideñas -aclaró.
Pues eso parece.
-Si, un camaleón se parece a una rana, pero no son lo mismo -filosofo, antes de terminar con las luces y comenzar a bajar las escaleras.
Jason la tomó por la cintura y la dejó junto a él en el suelo, Penny intentó controlar el cosquillo que sentía cada vez que la tocaba.
-La verdad es que se ve muy bien... -comentó él, mirando las luces.
-Enciéndelas primero, adulador. -rio, dándole un codazo.
Aquellos días allí habían sido bastante... entretenidos, le encantaba estar con él, trabajar juntos, le encantaba sentirse importante teniendo una llave de su departamento en su bolsillo, aunque como ya había terminado su trabajo allí, no tenía ninguna excusa para conservarlas. Todo lo que implicaba a Jason Davis le encantaba y por más que intentaba alejar esa idea de su mente, las palabras de Allyson continuaban dando vueltas en su cabeza.
Ella se decía una y otra vez que no estaba enamorada, pero casa segundo que pasaba su determinación con respecto al tema cedía un poco más. Y bueno... tampoco era como que Jason estuviera dándole grandes esperanzas más allá del sexo. Es decir, estaban juntos casi todo el tiempo, iban a comer, se besaban, se acostaba y esas cosas, pero llevaban meses viéndose y ninguno le había contado a nadie sobre lo que fuera que tuvieran. Ese no podría ser un buen indicio ¿O sí?
- En serio luce genial.
- Si... -Penny intentó inyectarle un poco de emoción a sus palabras, pero no lo logró -. Creo que mi trabajo aquí ha terminado.
- ¿Eh? -preguntó él, confundido.
- He terminado -repitió forzando una sonrisa-.Y ya no necesito esto -dijo, extendiéndole las llaves.
- No, quédatelas.
- ¿Por qué? - ahora era ella la confundida, no veía una razón para conservar las llaves de Jason.
- Bueno, eh... si alguna vez las necesitas, o si yo, ya sabes... si yo las necesito alguna vez... tu... - Penny alzó una ceja, intentado entender lo que él decía- . Solo quédatelas.
Ella asintió, volviendo a colocar las llaves en el interior de sus bolsillos y sonriéndole.
- Bueno debo marcharme. Es tarde y mañana desayunaré con mamá y la abuela.
- ¿Puedo...?
Las palabras de Jason fueron interrumpidas por el sonido del celular su celular, ella lo tomó de donde lo había dejado y no necesitó mirar la pantalla para saber que era Allyson, porque Lady Marmalade retumbaba en toda la casa.
-Es Allyson, puedo contestar más tarde.
-No te preocupes, contesta. No hay prisa -La animó.
Editado: 23.04.2018