Y ahora ¿qué más? #3

25*** Una broma de mal gusto.

"¿Eres feliz? Disfrútalo mientras dure. Ya acabará." 

Jess leyó el trozo de papel que alguien le había dejado en el limpia parabrisas de su auto y suspiró. No entendía que clase de enfermo mental ocioso se dedicaba a esas cosas, pero ya comenzaba a cansarse. 

-¿Otro? -preguntó Dan, llegando junto a ella justo cuando arrugaba el papel y lo lanzaba al suelo.  

Jess asintió. 

-Debe ser una broma de mal gusto. 

-Sí, igual que ese auto que veías en todos lados y que milagrosamente no has vuelto a ver desde que fuiste a la policía -ironizó, con un molesto tono de voz que a Jessica le provoco ganas de golpearlo. 

-¿Qué insinúas? -cuestionó, abriendo la puerta del auto. 

Dan se sentó junto a ella en el asiento del copiloto y la miró por unos segundos. 

-Yo no insinuó, te digo que tal vez deberías preocuparte un poco más -habló-. Ahora vámonos de aquí, este lugar comienza a aterrarme. 

Jess no discutió eso. En realidad, después de recibir esas notas por cuatro días consecutivos se sentía un poco inquiera, pero no le gustaba la idea de ir por ahí mostrando lo asustada que estaba, así que en lugar de hablar condujo hacia la estación de buses en la que dejaba a Dan cada día. 

Con el tiempo, se les había hecho costumbre marcharse juntos, aunque por lo menos dos veces por semana dan se quedaba en la oficina terminando informes o alguna otra cosa. Esos días eran los peores. Jess odiaba tener que llegar sola hasta el aparcamiento fingiendo que no le afectaba en nada. 

-Ignorarme no hará desaparecer el problema. Estar toda la semana recibiendo esas notas tal vez sea la prueba que necesitabas para ir a con la policía. 

-No volveré con la policía, Dan -indicó. 

El chico resopló, pero no hizo ningún otro comentario. 

-Te veré mañana, Jessica -se despidió. 

Ella le respondió con la mano y una sonrisa. 

Ese día debía verse con Elise y por supuesto, con Penny. Jess recordó un refrán que decía que el tiempo pasaba rápido cuando te divertías, al parecer también cuando intentabas huir de tu dama de honor y tu planeadora de bodas. Solo faltaban poco menos de cinco meses. 

Cinco meses, pensó. 

Brett se encargaría de ir por Bree, para que Penny y Elise tuvieran la oportunidad de torturarla un poco, una hora o dos. Era muy considerado. 

Al llegar al discreto restaurant en el que habían quedado, Jess pudo ver a Penny y a Elise en una de las mesas exteriores, ambas parecían bastante concentradas en algo que había sobre la mesa, tal vez una revista. 

Jess aparcó en la primera plaza que encontró libre y fue hacia ellas. Parecían estar muy concentradas, pero cuando se acercó, Penny levantó la vista y le sonrió. 

-¡Jess, viniste! 

Jessica intentó no poner los ojos en blanco por las palabras de Penny y se sentó junto a ella. 

-Si. ¿Qué tal va todo? 

-¿Vas a pedir algo? -Le preguntó Penny- Aquí sirven los mejores Martini's que he probado. 

-No tengo hambre, pero la bebida estaría bien -aceptó. Estaba segura de que lo necesitaría. 

Le dedicó a Elise una sonrisa cordial. 

-Jessica, es un placer verte. Penny me contó que has estado bastante ocupada en estos últimos meses. 

Jess se alegró de que Penny fuera lo bastante diplomática como para no decirle a Elise la verdad de la historia: que había estado ignorándola porque sí. 

» Tengo algunas cosas que hablar contigo hoy. Algunas son buenas, otras no tanto. Por fortuna no es nada que no podamos resolver con facilidad -aseguró. 

Jess no pudo contener una mueca. No le gustaba cuando las cosas no salían bien. No era una de las personas que parecían obsesionadas con el control, pero le gustaba que las cosas funcionaran desde el principio como se suponía que debían hacerlo, aunque debía admitir que la voz de Elise surtía un efecto de calma en todos a su alrededor. 

Aceptó el Martini que le ofrecía el camarero y luego le presto toda su atención. 

-¿Qué sucede? -inquirió. 

-Bueno, primero que nada, hablemos de tus flores. Tengo tres floristerías que pueden encargarse de trabajar con nosotras y sería muy bueno que te pasaras por todas para que elijas cual te gusta más -dijo, entregándole algunos brochures y tarjetas. 

Jess asintió mientras le echaba un vistazo a los papeles que le entregaba la mujer. Solo eran flores, ¿Por qué tenía que evaluar floristas para eso? 

» El próximo miércoles ambas tienen cita con la modista, primera prueba de sus vestidos. No lleguen tarde. Te enviaré las especificaciones y el horario a tu correo electrónico -puntualizó, con la vista enfocada en la agenda entre sus manos- También reservé tu curso prematrimonial, es dentro de dos fines de semana, aquí tienes todo lo que necesitas saber -agregó, aun sin mirarla a la cara -Tienes tiempo de más para prepararte. 



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En el texto hay: peligro, bebe, madre

Editado: 24.04.2018

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