Y ahora ¿qué más? #3

30*** Haciendo bromas y todo.

-¿Estás seguro de que este es el camino correcto? -cuestionó Jess por enésima vez.

Brett le lanzó una mirada de fastidio antes de volver la vista al camino e ignorarla tanto como ella se lo permitía. Jessica debía admitir que si ella estuviera en el lugar de Brett también estarías frustrada, pero no podía evitar preguntar, sobre todo cuando llevaban más de una hora conduciendo y no parecían ni siquiera estar cerca de su destino.

-Brett -insistió, buscando en la radio algo que si quisiera escuchar. Sonrió cuando al fin rencontró algo que le gustaba, al menos algo salía bien aquel día.

-Estaría más seguro si hicieras silencio y quitaras esa música horrible mientras yo intento concentrarme en la carretera -gruñó él sin mirarla.

Jess se cruzó de brazos y resopló mientras se hundía en el asiento del copiloto, pero no quitó la música.

Al cabo de unos minutos no aguantó estar en silencio.

-¿Y por qué Russell tenía que venir con nosotros? -preguntó. Intentó no sonar como si lo acusara de algo, ni dejar entrever lo incomoda que estaba con la situación.

-¿En serio quieres discutirlo de nuevo? Déjalo estar al menos este fin de semana.

-Pero... Es un curso prematrimonial, no pinta nada aquí -se quejó- No lo necesito si estoy contigo.

Brett le lanzó una sonrisa socarrona.

-Eso es motivador, pero no estás segura de que no lo necesitaremos. De todas formas, no lo verás mucho, te prometo que olvidarás que está aquí.

Jess suspiró y centró su vista en el camino, aun no entendía por qué Penny había elegido justo esa forma para tomar su curso prematrimonial, así no habría tenido que dejar a Bree tres días al cuidado de su hermano y su cuñada, Jason la asustaría con su horrible rostro y Penny la consentiría todo el tiempo.

Ella le había dado una explicación que a Jessica le parecía bastante tonta, ella y Brett no necesitaban liberar las tensiones que provocaba la boda; prácticamente no estaban haciendo nada, Brett incluso hacía menos que ella y eso ya era mucho decir. Tenían tensiones, pero la boda no era la causa y no creía que encerrarse todo un fin de semana en medio de la nada con media docena de parejas y un clérigo que hablaría sin parar sobre la convivencia en pareja fuera la respuesta para el estrés.

Se le escapó un suspiro mientras veía hileras y más hileras de árboles pasar frente a ella.

-¿Pasa algo? -cuestionó Brett, lanzándole una breve mirada.

-No, solo pensaba -aclaró distraída.

-¿En qué? -insistió.

Jess lo observó unos segundos antes de contestar a su pregunta.

-Solo pensaba en que casarse es más difícil de lo que parece - confesó -Es decir, Elise y Penny se encargan de todo y aun así es mucho... Debí aceptar tu propuesta de ir a las vegas.

La carcajada de Brett la sorprendió, no estaba haciendo un chiste y no entendía por qué él se reía; aunque siendo tan raro como era, nada en Brett debería asombrarla.

-Yo no te planteé casarnos en las vegas, al menos no en serio. Jamás haría una cosa así.

-¿Por qué no?

-¿Además de que mi madre y Penny me matarían si no les permito convertir mi boda en un circo de dimensiones colosales? -señaló con humor -. No creo que me dirigieran la palabra si corro a las vegas y vengo casado.

Jessica podía diferir en eso, pero prefirió quedarse en silencio. Era la primera vez que Brett sonreía tan sinceramente en días, tal vez semanas. Ella sabía que algo le preocupaba, pero no quería insistir hasta el punto de volverse molesta, de todas formas, sabía que lo averiguaría tarde o temprano, siempre lo hacía.

Por fortuna unos minutos después llegaron a su destino. El lugar en si no estaba mal, además de lo alucinantemente lejos que quedaba. Era una especie de campamento de lujo, el edificio principal se robaba todas las miradas; era una construcción de dos pisos de color verde. En el centro se encontraba una recepción con una sonriente mujer detrás. A su derecha Jessica pudo ver un salón con puertas de cristal y en ella se leía "Comedor", aunque en realidad parecía más un restaurant de lujo. Aquel lugar parecía un sueño.

Dejó que Brett los registrara mientras ella continuaba mirando como idiota en todas las direcciones, estudiando el sitio tanto como le era posible. Al cabo de unos minutos él volvió junto a ella, que en ese momento miraba los cuadros de la pared, con dos cocteles en las manos y una graciosa expresión en el rostro. Jess enarcó una ceja.

-¿Estás seguro de que es un curso prematrimonial y no vacaciones? -cuestionó con una sonrisa, mientras él le hacía un gesto para que lo siguiera.

-Es tan típico de Penny; mandarnos a la mitad de la nada, pero con estilo-respondió Brett con una sonrisa mientras atravesaban el edificio central y salían al área de las habitaciones, que eran más bien pequeñas cabañas colocadas en fila frente a un camino de piedra, estaban ubicadas al menos a quince metros una de la otra y eran al menos diez. De fondo Jess podía escuchar el sonido de agua, pero no estaba segura si era algún lago, un arroyo o solo alguien tomando una ducha.



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En el texto hay: peligro, bebe, madre

Editado: 24.04.2018

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