Y ahora ¿qué piensas? #4

3*** Primera cita.

Allyson se miró por tercera vez al espejo mientras intentaba no recordar las palabras de Penny. Dos días después continuaban atormentándola, dando vueltas y más vueltas en su cabeza.

Ella estaba segura de lo que hacía y también estaba segura de lo que no hacía. Y ella, Allyson George, definitivamente no estaba intentando obtener amor de David Henderson. No era estúpida, sabía cuan absurdo era; solo intentaba demostrar un punto y divertirse en el proceso. Nada malo podía salir de aquello.

Escuchó el sonido de un claxon justo cuando su reloj marcaba las 7:30. Sabía que era Dave, porque ni en sus más profundos sueños románticos había esperado que él fuera el tipo de hombre que tocaba la puerta con una enorme sonrisa en los labios y un hermoso ramo de flores en las manos; como había dicho, no era estúpida.

Respiró profundo, intentando infundirse valor y se echó una última mirada al espejo. Nunca había necesitado muchas ceremonias a la hora de salir con un hombre, o coquetear, pero aquella vez todo era diferente. Su misión principal en todo aquello era mostrarle a Dave Henderson que era una mujer adulta y para eso debía comportarse como tal desde el principio hasta el final.

Por eso había elegido el único vestido negro que tenía en su closet, porque todas las guías que había consultado en internet habían coincidido en que el negro nunca fallaba a la hora de lucir elegante y sofisticada. Así que todo en ella era negro esa noche, a excepción de sus labios y sus uñas, que eran su único toque de color. El rojo brillante era un color imposible de ignorar y justo eso quería, que Dave no pudiera ignorarla, aunque quisiera.

Había hecho una reservación en uno de los más finos restaurantes de la ciudad. A ella no le gustaban, pero imaginaba que a Dave sí. Parecía ser de las personas que disfrutaban de las muestras pomposas del poder económico.

Otro sonido de claxon la hizo apartarse al fin del espejo y correr escaleras abajo. Se arregló un poco más el pelo antes de abrir la puerta y luego, luciendo mucho más segura de lo que en verdad se sentía, salió de la casa.

El auto de Dave estaba aparcado justo frente a su casa, ella caminó hasta él con paso lento, permitiéndose desplegar su mejor sonrisa en el proceso, pero cuando estuvo junto al auto, no entró en él, sino que se quedó de pie frente a la puerta. Como ya había dicho antes, no podía desaprovechar la oportunidad para hacerlo rabiar.

No pasaron ni cinco segundos antes de que la ventanilla del copiloto descendiera y el rostro impaciente de Dave apareciera ante ella.

—¿Que? ¿Tu idea para nuestra primera cita es acampar en tu césped?

Allyson ensanchó su sonrisa.

—No.

—¿Entonces por qué no subes al auto? —cuestionó impaciente.

—Sé un caballero y abre la puerta.

—¿Estás delirando?

—Solo hazlo —insistió, sin perder su sonrisa.

De mala gana, él se inclinó hacia la puerta y la abrió en un rápido movimiento. Por el momento, Allyson tomaría eso como una victoria. Punto para ella.

Tan pronto entró en el auto, sus fosas nasales se llenaron con el olor del perfume y tan solo con eso la productiva imaginación de Allyson voló lejos de allí, a una habitación, con una cama y ellos sobre esta mientras sus sentidos eran monopolizados por ese delicioso aroma.

Carraspeó, volviendo a la realidad. Ese no era el momento para esos pensamientos. No era estúpida y sabía que lograr que aquella locura se hiciera realidad, en el caso de que lo intentara, le costaría muchísimo más esfuerzo y eso, que ya estaba excediendo sus fuerzas.

—Hola, Dave —saludó, animada.

Él ni siquiera se giró a mirarla, puso el auto en marcha con la vista en el frente y solo entonces, contestó:

—Hola.

—¿Cómo estás?

—Tan bien como puedo estar cuando tengo que ir a una cita contigo —siseó— ¿Dónde vamos?

Allyson le dio la dirección del lugar a donde se dirigían y por su gesto supo que había reconocido el lugar, así que se alegró de haber hecho una buena elección, al menos por esa vez.

Hicieron el resto del camino en silencio, no porque Allyson se sintiera amedrentada por él, sino porque estaba dispuesta a dejarlo creérsela un poco antes de entablar conversación. Dave no podía pasar toda la noche en silencio, o al menos eso esperaba.

En las puertas del restaurante un valet se acercó hacia ellos mientras Allyson salía del auto, esperó por Dave que se unió a ella unos segundos después y fue testigo de momento exacto en el que él fue consciente de su aspecto. Aunque la expresión desapareció en segundos, fue suficiente para que Allyson guardara esa mirada en su cabeza. Tal vez Dave se negara a "Fijarse en ella", pero sus ojos parecían hacer lo que les diera la gana.

—¿Entramos? —preguntó él, apartando la vista.

Allyson asintió y lo dejo creer que no había notado esa mirada, pero la sonrisa en sus labios no pudo controlarla.



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En el texto hay: amor adolescente, rechazo, reto

Editado: 25.05.2018

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