Y ahora ¿qué piensas? #4

4*** Fue bien...

-¿Y bien? -cuestionó Penny pasando frente a ella con Bree colgada al pecho como un chango.

Allyson cerró la puerta tras su amiga y se quedó observándola. Verla entrar en su casa de esa forma no la sorprendía en lo absoluto, llevaba casi una semana sin verla y usando cualquier excusa para finalizar sus llamadas tan pronto como podía, en lo que a ella respectaba, había tardado en aparecer como un torbellino. Era de esperar que luego de su cita del viernes con Dave, Penny intentara obtener información de ella, porque era más que evidente que él no se la proporcionaría.

Nada fuera de lo común sucedió en esa cita. Tal cual le prometió a David, habían cenado y comido postre. Allyson había dejado de lado el vino para no darle el placer de repetir que ella tenía un problema con la bebida y, al final, él la había llevado de vuelta a casa. Ella se había despedido y había entrado a la casa sin decir mucho.

Eso no era nada de lo que tuviera que avergonzarse, tampoco nada para celebrar o atesorar, pero de todos modos quería mantenerlo para ella. No era que no confiara en su mejor amiga, ni mucho menos, pero no quería convertir sus citas con Dave en un circo de conocimiento público. Justo por eso había estado ignorando a Penny con maestría.

-Y bien, ¿Qué? -preguntó, siguiéndola hasta la cocina, donde la vio acercarse hasta el refrigerador y sacar una coca-cola.

-¿Crees que no sé que me estás ignorando, Allyson George?

Allyson volvió a lanzarle una mirada, deteniendo los ojos unos segundos en Bree, que parecía enfocar toda su energía de bebé en intentar tomar la lata.

-Esa bebé parece que va a saltar de esa horrible cosa en cualquier momento -la acusó-. ¿Le damos una coca-cola?

-Allyson, primero, no toman soda los bebés; segundo, esta horrible cosa es un cargador y solo para que lo sepas, es muy cómodo y práctico y tercero, no me cambies el tema. ¿Qué hiciste con mi hermano el viernes?

Allyson sonrió, mientras se acercaba a por una botella de agua para ella.

-No le salté encima y lo violé, si es lo que quieres saber -Se sentó en uno de los taburetes y su sonrisa se ensanchó al pensar en la noche del viernes y en la cara enfurufuñada de Dave- ¿Qué tal te va haciendo de súper tía para la pequeñaja?

Penny enarcó las cejas y resopló.

-Sabes a lo que me refiero, Allyson. Dime como fue -insistió, ignorando su pregunta.

-Fue bien.

-¿Bien? ¿Eso es todo lo que piensas decirme? ¡¿Bien?!

-Si, fue bien, Penny.

Su amiga fue hasta el basurero, dejando caer allí la lata, cosa que casi provoca que Bree se lanzara de cabeza a este. Cuando se giró, había una enorme sonrisa de complicidad en su rostro. 

-¿Cuántas veces lo hiciste rabiar?

Allyson también sonrió al recordar la escena del salmón y ella dándole a Dave de comer en la boca. No pensaba contarle eso a Penny, lo guardaría como una broma personal.

-Muchas -respondió, sin poder contener la carcajada que se le escapó.

-Al menos dime dónde fueron.

Esta vez Allyson no pensaba negarse, sabía muy bien que para mantener la curiosidad de su amiga a raya, tenía que proporcionarle algo de información.

-A cenar.

-¿A cenar? ¿Dónde?

Allyson resopló, frustrada. Penny estaba logrando colmar su paciencia en tiempo récord, o tal vez ella sólo estaba muy sensible. Como fuera, el interrogatorio era desesperante.

-A un restaurante, Penny -respondió.

Para intentar que su amiga cerrara la boca, se acercó hasta ella e intentó tomar a la bebé, al final necesitó que Penny la ayudara porque esa maldita cosa en la que había metido a la pobre Bree, que parecía más un juguete sádico que un utensilio para bebés, se negaba a dejarla escapar.

-Deberías ir a la cárcel por torturar recién nacidos -la acusó, cuando al fin logró sacar a la pequeña de esa... Cosa.

-Bree no es recien nacida, está a punto de cumplir su primer añito -replicó Penny, apretándole a la pobre chiquilla un cachete regordete- ¿Verdad que si, pequeña?

-Para mi son recién nacido hasta que aprenden a llamar por pizza, lo siento -bromeó, alejando a la niña y sus cachetes de los molestos dedos de Penny-. Estás semanas contigo deben haber sido una tortura para la pobre, ¿Los padres cuando la rescatan?

-No lo sé, en cualquier momento antes de navidad. Y se la está pasando bomba conmigo, aunque no lo creas -Luego, de repente, Penny volvió a fruncir el ceño. Allyson supo de inmediato que la había descubierto-. Espero que sepas que cambiar de tema no te va a salvar.

Allyson sabía aceptar cuando perdía y conocía bastante bien la fuerza con la que Penny se agarraba a un tema cuando tenía curiosidad sobre algo, así que prefirió ceder, solo por el bien de su salud mental.

-No fue nada del otro mundo, Penny -aclaró, dejando a la Bree sobre el suelo, para que pudiera estirar las piernas. Conociendo a Penny, podía jurar que no la dejaba respirar-. Fuimos a cenar, tu hermano fue un cretino durante toda la noche, luego me trajo a casa y se marchó.



#1846 en Novela romántica
#621 en Chick lit
#726 en Otros
#236 en Humor

En el texto hay: amor adolescente, rechazo, reto

Editado: 25.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.