Y ahora ¿qué piensas? #4

17*** "Un tiempo"

Al parecer, las conversaciones con Penny se habían hecho muy profundas últimamente, porque con regualaridad, luego de algún encuentro con ella, Allyson pasaban los días siguientes dándole vueltas a sus palabras.  

Por eso, justo en aquellos momentos, aunque se suponía que debía estar concentrada en la película que veía con Owen, su mente continuaba en esa cafetería diez días atrás. 

Su amiga había vuelto a ser la misma loca curiosa y gruñona solo hasta niveles saludables a los pocos minutos de dejar claro que Allyson no volvería a desaparecer de esa forma jamás  y ella había sido demasiado inocente para pensar que todo quedaría ahí. Momentos antes de marcharse, tras tres tés verdes y dos cafés, un trozo de pastel de chocolate y un batido de fresas por parte de Penny, ésta se había armado de valor para dejar salir la cuestión que parecía haberla estado torturando durante todo el encuentro: ¿Como manejaría las cosas con Dave después de su acostón de navidad? 

Si era sincera consigo misma y con el mundo, Allyson debía admitir que no tenía ni idea. El estar pensando en Penny y en como evitar que la asesinara cuando aún pensaba que estaba enojada con ella, le había  tomado mucha energía y tiempo y había expulsado a Dave y a lo incómodo de la situación de su cabeza. 

El punto era que ahora ya Penny no representaba un problema, entonces tenía tiempo de sobra para pensar en todo lo demás. Y eso incluía a David, de hecho solo incluía a David. 

Habían llegado hasta allí por una apuesta, por llamarlo de algún modo y, al menos como ella lo veía, ya había ganado.  Es decir, ¿Qué mejor muestra podía darle Dave de que la veía como una mujer,  que acostarse con ella?  

¿El problema?  Ambos habían sido muy específicos sobre que pasaría si “perdía ”,  pero lo que pasaría si no, no había quedado nada claro. 

Era por eso que, en conclusión, Allyson no tenía ni idea de que rumbo tomar en adelante. ¿Seguía con sus cinco citas hasta el final?  ¿Lo dejaba estar de una vez por todas con la satisfacción de haberlo vencido?  ¿O esperaba a ver si él daba algún paso?  

Esta última opción parecía casi imposible y si lo unía a las últimas palabras de Penny cuando se vieron en la cafetería, era incluso más difícil.  

Éstas volvieron a su mente por enésima vez en aquellos últimos diez días: si piensas seguir adelante con lo que quiera que tengas con Dave, tal vez sea bueno que lo dejes a solas por algún tiempo. No quiero ni pensar en todo lo que debe estar pasando por su cabeza en estos momentos. Conozco a mis hermanos más que nadie en el mundo y sé que lo que pasó entre ustedes para él significa el rompimiento de muchas reglas, necesitará de algunos días a solas hasta que él mismo comprenda que no es el fin del mundo. 

Ella no estaba segura de  haber comprendido del todo las palabras de su amiga, sin embargo, estaba de acuerdo con lo que entendía. 

En el cajón de su mesa de noche tenía un par de boletas para un concierto que significaría su cuarta cita con Dave y aún así no se atrevía a llamarlo, no tenía idea de cuantos días era “un tiempo” en las palabras de Penny. El concierto era para dentro de tres días, pero no estaba segura de que invitar a Dave fuera una buena opción, dadas las circunstancias. Después de como se habían despedido la última vez y en vista de la usencia de señales de  vida por parte de él, parecía que no quisiera volver a verla.  

Lanzó una mirada a Owen desparramado junto a ella y se dijo que, de su hermano ser menos idiota, tal vez le habría pedido un consejo, pero nunca tenía una idea de que tonterías podía decir y prefería no arriesgarse. 

Al parecer, tardó mucho mirándolo, porque él levantó la vista y sus miradas chocaron. 

—¿Qué? —cuestionó, achicando los ojos. 

—Nada. 

—No estás poniendo atención —replicó Owen, volviendo la vista a la pantalla—. Ese tipo de ahí acaba de cortarle la cabeza a otro y no lo viste. 

—Si lo vi —mintió. Lo cierto era que hacía rato que no estaba al tanto de lo que sucedía en la película—.  Estuvo bárbaro. 

El timbre de la puerta interrumpió su descenso al infierno. Allyson le lanzó un mirada a su hermano.  

—Te toca abrir la puerta. 

—¿Por qué a mi?  ¡Si ésta es la mejor parte!  

—Te toca abrir la puerta porque yo preparé las palomitas —le explicó lentamente, como si tuviera diez años. 

Owen no refutó eso.  Se levantó del mullido sofá y se dirigió a la puerta de mala gana.  Allyson lo siguió con la mirada intentando contener una carcajada. Lo observó abrir la puerta sin antes ver por la mirilla y quedó tan sorprendida como él cuando vio quien interrumpía su sesión de película sangrienta y palomitas de la tarde. 



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En el texto hay: amor adolescente, rechazo, reto

Editado: 25.05.2018

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