Y ahora ¿soy papá?

Capítulo 8

Olivia:
—Sophia agradezco tu invitación, pero no creo que pueda ir... —le explico a la chica que insiste en que vaya al cumpleaños de su prometido. 

—Por favor no rechaces mi invitación, te lo pido... En este poco tiempo en que te he conocido ya te considero una buena amiga. 

—Gracias, yo también y los niños te quieren mucho—explico y sonríe. 

—Pero quiero hacerte otra invitación—dice sorprendiéndome. 

—¿Cuál? 

—Quiero que seas mi dama de compañía en mi boda—me cubro los labios ante su invitación que en verdad me ha sorprendido demasiado porque apenas nos conocemos. 

—Sophia no te imaginas el honor de lo que me propones, pero creo que deberías elegir a alguien que conocieras de más tiempo, a tu mejor amiga... 

—Es que te soy sincera, tengo pocas amigas. Te cuento algo, es muy personal... Mi novio es demasiado mujeriego y mis amigas eran demasiado coquetas y por eso me alejé de ellas. Olivia yo adoro a Alex, es más que un simple amor, más que una obsesión, lo único que me importa en este mundo es Alex y por estar a su lado yo sería capaz de lo que fuera—confiesa y la miro sorprendida, mi experiencia me ha enseñado que querer demasiado a alguien solo puede destrozarnos el corazón. 

—¿Cualquier cosa? 

—Si lo que sea, haría lo que fuera por él—responde dejándome pensativa—Por eso quiero que seas mi dama, porque sé que eres una mujer seria y responsable y que jamás te fijarías en alguien como él, fiestero e irresponsable y también sé que él tampoco se fijaría en alguien como tú...una chica tranquila,  seria y con dos niños... —exclamo y la miro con cara de sorpresa, no creo que tener hijos sea un inconveniente para que una mujer no le guste a un hombre, igual jamás yo me fijaría en un hombre como el que ella ha descrito mujeriego e irresponsable  es que ni siquiera sé cómo puede hablar con tanta admiración de un hombre así. 

—Acepto—respondo y me abraza. 

—Gracias, no te imaginas lo feliz que me haces. 

*******

Termino de vestir a los chicos y estoy frente al espejo  terminando de maquillarme. He comprado un frasco de perfume para el cumpleañero, es un perfume que me encanta y además es una buena marca y me lo han envuelto en la tienda en un papel de regalo. No niego que ya me dio curiosidad conocer al novio de Sophie  la verdad está todo el tiempo hablando de él e incluso los niños también. 

—Mamá , mamá, ¿te falta mucho? —cuestiona Adrien. 

—Ya queremos ver a nuestro amigo—dice Ángel y sí,  se refiere al novio de Sophie. 

—Ya estoy lista. 

—Estás preciosa mamá—dice Ángel tomando mi mano. 

—Si muy linda—agrega Adrien, me miro por última vez en el espejoespejo; no me veo nada mal, llevo un vestido rojo justo al cuerpo y el cabello suelto. No me gustan mucho ir a este tipo de eventos, más aún porque no conozco al dueño de la fiesta, peroSophie ha insistido tanto que no he sabido como decirle que no. 

********

—Estoy tan feliz de que vinieras—pronuncia Sophie que sale a recibirme apenas llego. —Alex está atendiendo una llamada importante. 

—¿Alex? —trago en seco de solo escuchar ese nombre. 

—Sí mi prometido—entonces lo recuerdo,  ya los chicos me habían dicho que él también se llamaba Alex. Definitivamente tengo que dejar de pensar en que ese nombre solo le corresponde al desgraciado de Alexander, si es un nombre bastante común...como él. —ven mientras te presentaré a mi suegra—dice halándome por la mano  y los niños me siguen.

—Mar—dice cuando llegamos hasta donde está, una señora rubia de unos 60 años, muy arreglada y elegante—ella es Olivia. Olivia, ella es mi suegra. 

—Un gusto conocerte, Sophie nos ha hablado muy bien de ti, tanto que quiero que seas tú quien me haga un vestido muy lindo para la boda de mi hijo  he visto tus diseños y te confieso amo la moda Europea,  esos diseños llenos de glamour tan diferente a los de aquí  se reconoce su valor con facilidad. Que suerte que la encontraras—dice dirigiéndose luego a su nuera. 

—Muchas gracias, yo estoy encantada de haberlas conocido. —respondo sonriendo. 

—Y al fin aparece el cumpleañero—dice la señora indicando la dirección por donde se acerca su hijo que es justo detrás de mí. Me volteo a mirar y mi rostro me cambia totalmente  esto es una pesadilla, no me puede estar pasando a mí. 

—Alex amor, te presento a Olivia—dice Sophie—Olivia él es Alex—me quedo en silencio, tengo ganas en ese momento de salir corriendo y escapar de allí, pero el lugar está repleto de gente y vengo con mis niños, además de que eso sería demasiado extraño. Mi mirada se cruza con la sulla, en silencio, mis ojos se nublan y el regalo que llevaba cae al suelo, trago en seco y me inclino a recogerlo al mismo tiempo que él hace lo mismo  poniendo sus manos sobre las mías y nos ponemos de pie así, mis manos están sobre el regalo y las manos de Alexander sujetan con fuerza las mías. Mi corazón late tan fuerte que creo que él puede oírme. Jamás imaginé que volvería a ver a Alexander y que tendría que hablarle,  es más, si lo hubiese visto en otro lugar lo habría ignorado completamente, pero estoy aquí en su fiesta de cumpleaños parada frente a él mientras sostiene mi mano. Mi corazón jamás sintió odio por ninguna persona salvo por él. He perdonado a todo el que me ha hecho daño, pero a él no, porque nunca tuve siquiera la oportunidad de preguntarle por qué se había ido, me dejó con la duda de qué había mal en mí, de si había hecho algo mal y lo único que le había pedido a Dios era no volvérmelo a cruzar, pero ahí estaba, a solo unos pasos de mí sosteniendo mis manos. 

—Alexander—pronuncié bajando la mirada de sus ojos a mis manos y él se dio cuenta y me soltó las manos. 

—Imagino que es mi regalo—se atrevió a decir el muy desgraciado y me dieron ganas de entregárselo, pero lanzándoselo en la cabeza como merecía por idiota... Pero no podía hacerlo. 

—Si—dije y él sonrió tomándolo, no imaginaba que alguien pudiera ser tan cínico como él, su actitud solo aumentaba la ira que sentía. ¿Cómo era capaz de actuar cómo si nada después de dejarme sin darme la menor explicación? me pasé meses llorando tratando de superar y asimilar aquella situación,  intenté hablar con él y solo me ignoró, me bloqueó y se comportó como lo que realmente era: un niño engreído sin empatía que le valían madres los sentimientos de los demás. 

—Olivia... hasta que por fin nos volvemos a ver. —se atreve a decir y tanto su madre como su novia nos miran sorprendidas.

—¿Ustedes ya se conocían? —cuestiona su novia y ambos nos miramos antes de responder a la vez. 

—No—exclamo.

—Si—dice él. 

—¿Sí o no? —cuestiona la chica mientras nos miramos nuevamente antes de dirigir nuestra vista hasta ella.



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En el texto hay: familia, secretos, amor

Editado: 11.02.2023

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