Al principio, tus ojos eran mi refugio, una llama cálida que me hacía sentir segura.
Pero con el tiempo, esa llama se apagó.
Y cuando te miré de nuevo, sólo encontré invierno.
El amor no debería sentirse así, como un frío que cala los huesos, como una nevada eterna
donde el sol nunca vuelve a salir.
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dolor del pasado y un nuevo comienzo, escritos desde el alma, poesiadedesamor
Editado: 02.03.2025