Y Cruzo la Lìnea.

Capitulo XIII

Paula  abre  sus  ojos  en  una  sala  Blanca ,  con   mangueras  pegadas   a  su  cuerpo,  le  duele  todos y cada uno de sus  huesos, le duele el alma.

Y  ustedes se  preguntaran cómo es posible que  pueda  doler  el alma, pues  Paula  es  una  mujer  con  el  alma  fragmentada, con   los pensamientos  disociados, refiere ella que es  como  un  baile  de emociones  donde  todas  se mezclan y de repente  van  al  compás  de  un  lado  y luego  cruzan  al  otro  lado.

 

Todo a su  al  rededor esta nublado.

 

Pasan  los  días,  las  noches  y  las  madrugadas.  Muchas  madrugadas. Ya  se  recupera  de  sus  quemaduras;  Es  trasladada  a  una  sala  de  enfermos mentales dentro del  mismo  hospital   donde  se  encontraba  recluida.

 

Es  dada  de  alta por los  médicos  tratantes, quienes atendieron su  situación  física  y estabilizaron  su  crisis  mental.

 

Sin  embargo,  pasan  las  horas, los  minutos, los  segundos y  nadie  llega  a retirarla  de  aquel  lugar.   Así  pasan  los  meses  y  los  años.

Una mañana  de  verano,  paula  decide  escapar de  aquel  lugar.

 

Inicia  su  travesía  por  las  calles  del  país.    Las  personas en situación  de calle, en  estado  de  indigencia  suelen desarrollar  sentidos  y  mecanismos  de  defensa  para  poder  sobrevivir  a  tal  momento;   resistir  frio,  aguantar  calor, hacerse  innato  a  los olores desagradables  de  la  basura en  la  calles, resistir  a  su propio olor corporal hasta que  la  mente  bloquea  los mismos  y  no se  dan cuenta  de  que tienen  días, meses , incluso  años  sin tomar  una  ducha.

 

Paula pasando  por   momentos  crudos  en  la calle, durmiendo  con  un  ojo  abierto  y otro  cerrado  para  que  no  le  hagan  daño, desarrolla  habilidades para  poder  alimentarse,  calzarse o descalzarse, vestirse  o desvestirse,  muchas veces  atacar    y  teniendo  que  hacer daño  para  sobrevivir  al  mundo  hostil  de convivir  con otras  personas  en estado  de  indigencia.

 

De  por  si,    en   la  actualidad   vivimos  hostilidad, intolerancia e irrespeto , aunado a muchas  injusticias, suponiéndose  que  interactuamos  en  un  mundo  normal  bajo  reglas  de  convivencia , respeto,  tolerancia .  Ahora  bien colóquese  en los zapatos  de paula,  andar  en calle por no tener donde vivir, no tener empleo, notener  apoyo familiar  ni redes  de apoyo social a  quien  acudir, añádele que sufre  una  enfermedad  mental y  ha sufrido  todos  los  traumas  mencionados  en los  capítulos anteriores.  Nada  fácil cierto?.

 

Pues   revisar  en  la  basura, buscando  alimento,  agua.  En su  delirio pensando  que  alguien  la  iba   a  perseguir  y cambiándose  de acera pensando  que  alguien la  iba a   rescatar. Así  paso  tres  meses, en  su  lucha diaria,  hasta  que  una  noche   de  invierno  donde  el  frio  era  inclemente, aquella  joven  de  cabellos rojos  con  una  flor  en  la  oreja  se  paseaba  por  los basureros  del  lugar   cuando   es  abordada  por   dos  monjas  de  un  convento  cerno  a la  zona.

 

Estas  dos  monjas,  la  acompañaron hasta  una  fundación  en  la  que  recluían  pacientes  psiquiátricos  que no  tenían  familia  ni  redes  de   apoyo.  Allí  la dejaron  en  condiciones   higiénicas  poco  aptas  para  un  ser  humano.

 

La  recibieron  un  grupo  de enfermeras  quienes   la  abordaron  en  la  entrada  la  despojaron  de  mucha  basura  que  tenía  acumulada en  su  cuerpo,  tierra  y  material  orgánico  en sus  genitales, Hojillas  de  cortar  dentro  de  la  boca  y  un  cuaderno  lleno  de  historias  asombrosas  que  más  adelante  conoceríamos  de  aquella  joven  paula  con  trastorno  bipolar  que  desde  los 17 años  estuvo  internada  en  hospitales  psiquiátricos, escapando  de  aquellos tenebrosos lugares  y  deambulando  por  las  calles conociendo  la  cruda   realidad  del  aquella  selva  de  cemento  que  es  la  ciudad.

 

Paula  gritaba ,  lloraba, reía,  bailaba  todo  era  un tormento  en  aquel lugar  desde  que  llego  ella .  Las  compañeras  de  paula  se  quejaban,  porque  aquella  mujer  de cabellos rojos  no  permitía  el  descanso  de  nadie  en el  recinto.

 

El  cuerpo  de  ella  recibía ingería píldoras para  calmar  la ansiedad,   inyecciones  para  calmar  su crisis psicótica ,  liquido  relajante  recorrían  sus  venas pero  ningún efecto surtía   en  paula.

 

Noches  y  días  interminables.

 

La  convivencia   en  aquel  centro   de  atención,  era hostil, amargo,  angustiante, espeluznante ; Aquellas    20  mujeres  con  trastornos psiquiátricos  residían  en esos  espacios donde  se  suponía  podían estar  tranquilas, pero  no era  asi. Se  complicaban  cada  minuto  más  con  la  presencia  de  paula  en   aquel  lugar.




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