y Cuando al Fin te Encuentre

CAPITULO 3:ME ESTOY VOLVIENDO LOCO

NARRA MIA:

El día de hoy fue bastante agotador y no puedo creer que logré salir viva de ahí. La cafetería L'Flor suele estar muy concurrida en fines de semana, sobre todo los viernes asi que prácticamente asumías no descansar hasta que el turno terminara. A veces me pregunto si la Señora Céline nos obliga a usar zapatos de tacón solo para torturarnos, caminar con ellos es agotador.

―Suficiente―decidí quitarme los zapatos y continuar caminando las ultimas calles restantes para llegar a casa pronto. Me pregunto por qué el autobús no llegó el día de hoy, pero si fue por mi mala suerte...me sentiré culpable por las personas que tuvieron que caminar a casa como yo.

Por suerte, la noche de hoy era perfecta. No llovía y el frio era soportable asi que era perfecto para hacer una caminata nocturna si lo decidías así. La ciudad de New York era preciosa de noche asi como el puente de Brooklyn que se podía ver a lo lejos. Estuve tan distraída en mis problemas todo este tiempo que ni siquiera me percaté del magnífico paisaje que había ante mis ojos cada noche.

Algunas calles más tarde pude encontrarme cerca de la Universidad Roselile. Tenía la esperanza de que el autobús me ahorrara al menos las ultimas calles que me restaban por caminar, pero no había señales de él asi que estaba destinada a caminar esta noche.

Cuando pasé frente a la universidad me di cuenta de que en una de sus paredes se encontraba una enorme publicidad con un mensaje bastante atrayente.

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La Universidad de Roselile era famosa por hacer que sus alumnos lograrán ir extranjero y tener a los mejores profesores del mundo. Todos los jóvenes que he conocido han estudiado ahí y algunos más seguimos añorando ser alumnos de Roselile. Siempre he querido hacer la carrera de negocios y Roselile es mi mejor opción. Cumplía mis expectativas y al poco tiempo estaría conociendo el extranjero como experta en negocios internacionales. Asistir a los mejores eventos y conocer personas importantes en ellos era algo con lo que siempre soñaba. Sería increíble conversar con ellos y que me contaran miles de anécdotas, pero ahora todo eso me parecía inalcanzable. Recordar como las personas me decían una y otra vez que jamás lograría lo que tanto anhelaba, me ha perseguido durante toda mi vida. Por lo general estas personas eran compañeros de trabajo que tuve en otros trabajos temporales. Les tomaba tanta confianza que solía pedirles consejos o preguntarles si creían que podría lograr mis sueños, aunque la vida fuera difícil, pero lamentablemente jamás escuchaba lo que esperaba, al contrario, ellos decían que no venían en mí las capacidades que se necesitaban para triunfar ¿Será que solo me hacía falsas esperanzas? Sea lo que sea, me convencí a mi misma de que debía dejar de lado todos aquellos ideales. El mundo ya se había burlado bastante de mí a pesar de solo querer convertirme en una persona realizada.

Comentarios como: "Ese no es lugar para alguien como tú" o "deja de hacerte ilusiones y encuentra algo de verdad" son frases que siempre aparecen en mi mente. Me pregunto si algún día... esos miedos y esas frases serán borradas de mi y podré hacer todo aquello que siempre he querido.

Finalmente he llegado a casa, aunque una hora más tarde. Mamá limpiaba la mesa de la cena que ella y papá ya habían degustado hace algunas horas.

―Mia, ¿Por qué has llegado tan tarde? No podía dormir―preguntó mamá

―El autobús tuvo la grandiosa idea de no pasar el día de hoy asi que tuve que venir a pie―respondí mientras guardaba la fruta que habían comprado por la tarde en la nevera.

―Al parecer uno de los conductores enfermó asi que uno solo se ha hecho cargo del trabajo durante todo el día. Cuando tomé el autobús por la tarde he escuchado al conductor conversar con uno de los pasajeros sobre eso. Estoy segura de que eso tuvo algo que ver con que no pasara tan tarde―

―Ahora entiendo todo pero la caminata fue muy larga―

― ¿De qué hablas? ―comenzó a reír―solías caminar a diario por esas calles―

―Lo sé, aunque el autobús me salvaba de esa larga caminata... espero que el conductor no vuelva a enfermarse pronto―respondí mientras secaba y acomodaba en su lugar los platos que acababa de lavar.

Después de cenar, mamá regresó a su alcoba y yo entré a la mía. Me dolía un poco la cabeza, sospecho que me enfermaré pronto pues me estoy exponiendo bastante a las lluvias y el frio. Desgraciadamente el estrés se ha presentado y todos los problemas están dando vueltas por mi cabeza como si hubieran decidido torturarme en este preciso momento. Cada vez sentía más ansiedad

Decidí acostarme a dormir, seguramente el dolor se irá si descanso desde este momento, creo que recordar el pasado hizo que la poca fuerza de mi cerebro desapareciera. Era intenso, pero sé que se irá muy pronto... espero.

NARRA MAMÁ DE MIA

Regresaba a mi habitación cuando decidí revisar si mía se encontraba bien. Su ventana estaba abierta y la fuerte lluvia no se detendría pronto. Como siempre, había olvidado cerrarla y ahora había gotas de aguas por doquier sin excluir el intenso viento que entraba por la ventana. Al cerrarla, la habitación volvió a ponerse cálida, pero Mia aún estaba temblando asi que decidí poner sobre ella una manta extra para que el frio desapareciera.

Su rostro se veía muy estresado, Mia había optado ese rostro desde hace algunos años y desde entonces a mi parecer ya no era del todo la misma de antes.

Encendí su celular y puse una de las canciones al azar que había en él.

― ¿Eikan? Debe ser algún artista nuevo―Era un solo de piano donde se escuchaba la voz del artista. Era muy tranquilizante y pude confírmalo en el rostro de Mia el cual ahora parecía estar tranquilo, aunque salieron un par de lágrimas de sus ojos.




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