Amber Prescott se ve sorprendida por el testamento de su mejor amiga, que le concede la custodia de la pequeña Alice. Ella nunca había pensado en tener hijos, y mucho menos en este momento de su vida, donde su trabajo como diseñadora en una reconocida casa de moda es su prioridad, pero no puede negarse al último deseo de su amiga.
Habiendo aceptado la misión de ser mamá, Amber divide su tiempo entre la pequeña y su trabajo, sin embargo, la aparición de su exnovio, con el cual tiene un doloroso pasado, pone en riesgo la custodia de Alice.