Y de repente… soy madre

Capítulo 3

Suspiro con cansancio. No han pasado ni cuatro horas desde que Alice está en casa y ya me estoy volviendo loca. La pequeña no para de llorar y eso me preocupa, ya le he cambiado el pañal y le he dado su fórmula, ¿qué otra cosa puede ser?… Es así como decido escribir un mensaje pidiendo ayuda.

[Amber]

«Ayúdame Kevin» 10:196

«No deja de llorar» 10:49

«Lo he hecho todo» 10:49

[Kevin]

«Estás pidiendo ayuda al hermano equivocado, Am» 11:00

[Amber]

«Kristín está en cirugía» 11:02

«Por favor, Kevin, necesito ayuda» 11:02

«Me va a volver loca» 11:11

Alice sigue llorando en mis brazos, no sé cómo tratar con niños, y mucho menos con bebés. Esta situación me recuerda la terrible cena que tuve con uno de mis exnovios, su sobrina estaba con nosotros, fue catastrófico ese día.

¿Por qué acepté que Loren quedara embarazada? Podría haber dicho que no, echarla de casa, pero no, la apoyé en todo y aquí estoy, con una bebé en mi regazo sin saber qué hacer.

—Vamos Alice, si sigues así, lloraremos juntas.

La bebé me mira sin entender lo que le digo, pero el fuerte timbre de la puerta hace que deje de llorar durante unos segundos.

—Tu salvador ha llegado —dice Kevin, entrando en la casa. En sus manos hay unas bolsas—. Es hermosa.

Levanta la mano para tocarla, giro mi cuerpo hacia atrás, apartando a Alice de él. Una mueca aparece en su rostro, y una risita sale de la bebé.

—No. Lávate esas manos sucias antes de tocarla —le advierto protectora.

—Ya estás con el drama de toda mamá —profiere rodando los ojos—, pero está bien, me las lavaré. —Deja caer las bolsas sobre la encimera y se lava las manos—. Pensé que sus abuelos estarían aquí.

—Se fueron hoy temprano, después de que se leyera el testamento de Loren, decidieron irse. Probablemente, estaban molestos y sorprendidos por todo lo que pasó, no lo sé.

—Yo también lo estaría si mi hija hiciera un testamento y dejara su bien más preciado en manos de una amiga… pero entonces ¿ya eres oficialmente una madre? —pregunta, tomando a Alice en sus brazos.

La niña parece estar atenta a la conversación, mirándonos todo el tiempo. Sus ojos color miel le dan un aspecto adorable.

—Todavía no, tengo una semana para decidir qué hacer con ella, y si decido quedármela tendré que iniciar el proceso de adopción.

Kevin me mira sin comprender. Repaso mentalmente la respuesta que le di, comprobando si he metido la pata en algún punto.

—¿Todavía tienes dudas de si te quedarás con ella?

—Kevin, tengo mi trabajo, no puedo dejarlo.

—¿Y vas a dejarla a ella entonces? —expresa molesto.

—Yo no he dicho eso.

—Pero eso es lo que parece.

Él sale de la cocina con Alice casi dormida en su regazo. Miro las bolsas que ha traído, son cosas para la bebé. Suspiro después de ver las prendas que le trajo. Le quedarán muy bien.

Aprovecho la paz que se ha instalado en la casa y me pongo a preparar el almuerzo. En cuanto apago la última sartén, voy en busca de Kevin, que se encuentra en la habitación de Alice, viéndola dormir en su cuna.

—El almuerzo está listo.

Él asiente, cubriendo a Alice antes de salir de la habitación.

—Tengo miedo Kevin —admito por primera vez en voz alta—. Temo fallar a Dylan y a Loren, especialmente a Loren.

—Es una gran responsabilidad, lo sabemos Am. —Me toma de la mano dándome fuerzas—. Pero tienes que decidir pronto lo que quieres hacer.

—Lo sé —suspiro queriendo llorar.

En silencio salimos del cuarto y comenzamos a preparar la mesa. Comemos hablando de trivialidades, aunque no puedo dejar de pensar en esta gran responsabilidad. ¿Seré lo suficientemente buena como para criar a ese hermoso ser? Al terminar, levantamos todo y agradezco mentalmente que Kevin decidiera pasar el resto del día con nosotras.

Alice parece disfrutar de su compañía. Gracias a su ayuda consigo guardar las cosas de Loren, pues el mirar su habitación intacta y saber que ella nunca volverá me pone más mal aún. Termino de ordenar la cocina, Alice está durmiendo en el cochecito, aprovecho y la llevo a mi recámara todavía en el cochecito. Parece estar bien dormida, sonriendo ligeramente de vez en cuando.

Tomo la caja del fondo del armario, es una caja de zapatos, Loren la cubrió con unas figuritas. La abro, sacando sus cartas para Alice. Nunca he leído ninguna de ellas, solo sabía que Loren las guardaba en mi armario.

 

💌💌 Mi pequeña Alice, desafortunadamente no tuvimos la oportunidad de conocernos, pero quiero que sepas qué mamá te amó mucho. Puede que sientas rabia cuando escuches tu historia, al enterarte de que me quedé embarazada sabiendo que no viviría para criarte, pero no encontré ninguna razón para vivir sin tu padre, ya no podía ver una vida sin él. Lo intenté, te juro que intenté seguir adelante y empezar mi vida de nuevo, más no pude, y en eso descubrí que aún había una forma de mantener vivo nuestro amor, de hacer realidad nuestros sueños. Tú mi pequeña eras nuestro sueño, lamentablemente ninguno de nosotros llegó a conocerte, sin embargo, recuerda siempre que te amábamos mucho antes de conocerte… Tu tía (ahora mamá), te cuidará maravillosamente, yo misma me aseguré de que estuvieras en las mejores manos, las suyas y desde que la prueba dio positivo te escribo todos los días, pues quiero que conozcas la historia de tus padres, que sepas cómo éramos. Te amo mucho, hija mía, espero que no me odies por mi decisión.



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En el texto hay: romance, drama, madre soltera

Editado: 03.02.2023

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